UN AMOR INSEPARABLE

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     Anat sólo se puso las primeras prendas que encontró, un short y una remera y salió lo más de prisa posible, pero justo en la puerta la atajó Asenath.

—Hermanas vengan! —todas se acercaron.

—¿Qué sucede? —preguntó Akila.

—Es una niña! —gritó de felicidad.

—Asenath, en serio felicidades, pero el amor de mi vida se está muriendo, luego hablamos —se explicó Anat. 

—Claro ve —respondió ella.

—Ella se va, pero nosotras seguimos aquí —habló Akila.

—No seas así ¿No oíste lo qué dijo? está pasando por un mal momento —dijo Annipe en defensa de su hermana. 

—Oigan! Qué esto es bueno! —su sonrisa era de oreja a oreja.

—¿Qué puede ser tan bueno? —se preguntó Akila.

—Sólo oye! —interrumpió— ayer con Pol fuimos a reconocer un cuerpo, más precisamente el de Lisa.

—Qué! ¿Lisa murió?

—¿Quién es Lisa? —preguntó Annipe.

—Eso es todo un... es una muy larga historia, el hecho es que luego de todo eso me comencé a sentir algo mal y... 

—¿Por qué no me avisaste? 

—Akila! déjame terminar, gracias... en fin, el doctor de allí nos aconsejó ir al hospital  y... Miren! —exclamó enseñándoles una ecografía— les presento a su sobrina.

—Lo sabía! En tú cara Annipe! —exclamó Akila, la menos sólo rodó los ojos y exclamó un—Felicidades hermana! —para luego subir a su habitación y cerrar la puerta con llave, a la lejanía se oía como ambas festejaban, ella sólo quería salir corriendo de allí, no aguantaba más tanta falsedad, la Akila de anoche y la de la mañana no eran la misma persona, tomó su móvil con sus ojos cristalizados y marcó el número del como Anat llamaba 'Su alma gemela'

Llamada:  

—Hardin...

—Es interesante oír como pronuncias mi nombre ¿Qué sucedió? 

—Nada, sólo quería oír tú voz... 

—Quiero verte...

—Otro día, hoy no... —se oyó un estornudo.

—¿Estás enferma? 

—Creo que no —se vuelve a oír un estornudo— corrijo, creo que sí.

—Mi pobre Anny... 

—Tú... ¿Cómo andas? 

—Bien, aún estoy en la cama, así que se podría decir que comencé el día oyendo tú voz... ayer peleé con Blas aunque si te soy sincero no recuerdo porqué estupidez peleamos, supongo que ya estamos  bien porque me envió un mensaje, diciendo que desayunó unos tostados de jamón y queso y tostó unos para mi, se suponía que debía bajar pero me quedé dormido, yo siendo yo —rió.

—Tú siendo tú, siempre sé tú.

—Te amo.

—Yo igual... ya... ya me voy, también debo desayunar, adiós.

     Fin de la llamada.



     En el hospital una chica fuera de si, corrió por todo el lugar hasta llegar a la habitación.

—Mi amor! —pero su expresión cambió al ver que en la camilla había un hombre bastante mayor que ella tomando las manos de su esposa, o eso parecía dado que tenía una alianza en su dedo.

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