ATRAPADAS

FALSAS PROMESAS -SEGUNDA PARTE

     En la Universidad: 

     Asenath comenzó a oler un aroma muy fuerte, poco a poco abrió sus ojos, vio a Pol junto a ella con una bolita de algodón en su mano izquierda y un frasco de alcohol en su otra mano.

—¿Cómo estás? si no despertabas en exactamente tres minutos iba a llamar al médico, ¿Qué ocurrió? sabes que no debes alterarte.

—¿Cuánto llevo así?

—Un minuto.

—¿Qué te alteró? 

—Lisa murió hoy, bueno ayer, aunque eran las 00:00hs, así que cuenta como hoy.

—Lo siento mucho.

—No, no su muerte lo que me trae así.

—y... ¿Qué es?

—Daniel la mató, él, él fue —comenzando a llorar— Pol, él fue, yo lo sé.

—¿Cómo lo sabes? ¿Él te dijo algo? ¿Se acercó a ti?

—No, pero Lisa no me respondió por unos instantes los mensajes, estaba hablando con ella cuando luego... mira —enseñándole el último mensaje.

—Estoy muy bien querida Asenath —leyó él— parece como si esa no fuese ella.

—¿A qué te refieres? 

—Dime algo ¿Cómo estás tan segura qué él fue?

—Ella me contactó para decirme que me cuide de él, que debía protegerme y proteger a mi hijo, él- él ya había matado a su hermana y ahora iba por ella, me dijo que había huido de Cilao, huía de él y había llegado a Atmajma, pero él la encontró, parecía que se estaba despidiendo.

—¿Y si no era ella? piénsalo Asenath, es muy probable que él haya sido, el que envió ese último mensaje, que él habló contigo.

—¿Es posible eso? ¿Es posible qué Daniel esté aquí?

—Lo está —confesó.

—¿Qué? 

—Lo que oyes... lo encontré hace unos días en las calles de Atmajma, discutimos.

—Por eso aquel día llegaste golpeado a la Universidad, era ese día ¿Verdad? -éste asintió- ¿Por qué no me lo dijiste?

—No quería preocuparte, yo me encargo de protegerte —abrazándola.

—Tengo miedo que un día tú te alejes de mi lado.

—No tengo motivos para hacerlo y nunca lo haré.

     En la noche: 

      Anat se encontraba lista mientras se miraba una y otra vez en el espejo junto a la pared de su habitación.

     Se había puesto un vestido blanco muy cómodo, con breteles y suelto, unas zapatillas azules y su cabello libre.

—La puerta sonó, ella corrió hacia ésta y abrió con una sonrisa.

—Oliver! —exclamó tomándolo por el cuello.

—No —respondió éste comenzando a reír.

—¿Qué te sucede? 

—Veo que ya se conocieron  —dijo él ahora, Oliver llegando hasta ellos.

—¿Qué?... espera ¿Qué? tú no eres mi Oliver —el otro negó como pudo dado que no podía parar de reír— Oliver Wot ¿Qué significa esta broma de mal gusto?