Por la mañana:
—Hermana... Annipe... ¿Podemos hablar? —preguntó Asenath detrás de la puerta de la habitación de su hermanita.
—Adelante! —exclamó una Annipe la cual fingía llorar.
—¿Qué sucede? Annipe!... —exclamó sentándose en la cama junto a ella.
—Lo siento... —susurró.
—¿Por qué?
—¿Cómo qué por qué? Asenath te hablé muy mal! —llorando aún más— tú no te mereces esta actitud de mi parte, no merezco ser tú hermana...
—Annipe no digas eso, no me gusta verte así, fue una pelea de hermanas, sólo eso... yo había venido aquí precisamente para pedirte disculpas, para que arreglemos nuestros problemas.
—Óyeme bien —tomando las manos de Asenath— a pesar de todo, de nuestras peleas, de todo lo que suceda, tú siempre serás mi hermana, eres mi hermana mayor, mi referente, yo...
—No hables más Annipe, estoy llorando por todo y tú vienes y me dices eso —con sus ojos cristalizados— te quiero hermana.
—Yo igual... ¿Hoy es la ecografía? —ella asintió— iré contigo.
—Gracias, quería que todas estuviesen presentes —secando sus lágrimas— ya debo irme a buscar todos los papeles, adiós.
—Adiós...
Luego de que la puerta se cerrara, Annipe tomó el móvil que estaba en su mesita de noche boca a abajo y dijo: —¿Lo oíste Anat?
—Todo, todito, no me sorprende, acabas de hacer algo que yo inventé a los siete años, es un buen comienzo.
—Fue el mejor plan, de todos modos, extraño Cilao, quiero volver...
—Y yo quiero dormir, pero aquí estoy hablando contigo.
—¿No dormiste lo suficiente acaso?
—No, no dormí, me desvelé jugando a las cartas con Oliver.
—Comienzo a creer que no estás en un hospital.
—Lo estoy, pero cuando Anat está aburrida puede ser muy insoportable, me traerías mi ropa ¿Verdad?
—Sí, Oliver ya pasó por aquí y se la di en una mochila azul, muy atractivo por cierto.
—Annipe! Tienes quince años!
—¿Y? ¿Es eso o qué estás celosa?
—¿Quieres qué te mate acaso? tú con Hardin, yo con Oliver, O correrá sangre!
—Es mi amigo!
—Sí, sí y yo soy un hámster, adiós Annipe...
Fin de la llamada.
En el hospital:
—¿Qué haré contigo Oliver? —pensó mientras colgaba la llamada con su hermana, por su mente pasaron muchas cosas.
Recuerdo:
—Anat ya basta! es la quinta vez que intentas ponerte de pie.
—Quiero agua —se excusó.
—Está a tú lado la jarra, te serví y veo que el vaso sigue lleno.
—Oliver estoy bien, Quiero ser libre!
—No grites!
—Tú lo estás haciendo —comentó entre risas.
—Me volveré loco —susurró.
—Te oí, muy claramente.
—¿Qué hora es?
—Las 22:30Hs.
—¿Cuándo te darán el alta?
—Mañana a las 09:00Hs.
—Va a ser una noche muy larga.
—Oliver... me aburro.
—Cierra los ojos e intenta dormir.
—No tengo sueño, tengo aburrimiento.
—Intenta dormir —dijo él recostado en el sofá— buenas noches.
—La, la, la —cantaba muy despacito Anat— me aburro, me aburro, me moriré de aburrimiento, me aburro...
—Ya! Se comprendió!
—No me engañas, sé que no tienes sueño y sé que estás muy aburrido, extremadamente, pero no quieres admitirlo porque aquí tú eres... como decirlo... el adulto a cargo.
—Si estoy aburrido, pero no sé qué hacer...
—Podemos conversar y contar historias de nuestras vidas —ambos se miraron perplejos y estallaron en risas.
—¿Sabes jugar a las cartas? dime que sí.
—Querido, yo soy una profesional, claro que sé ¿Tienes un maso aquí?
—Estás de suerte —quitando el maso de cartas de su mochila— lo tomé cuando busqué ropa y lo necesario para quedarme aquí.
Y así pasaron las horas jugando y jugando hasta que ambos se quedaron profundamente dormidos.
Fin del recuerdo.
Se quedó pensativa, justo cuando la puerta se abrió dejando ver a Oliver.
—Llegó la ropa!
—Al fin! Ya me puedo ir ¿Verdad?
—Sí, cámbiate y vamos a tú casa, te dejo allí y sigo camino al gimnasio, mañana tengo una pelea.
—Deberías descansar, para estar bien mañana, no debiste quedarte conmigo.
—Créeme que sí debía, quería hacerlo, además... no fue tan malo después de todo.
—Espero que todo salga bien.
—Así será, Anat... ¿Quieres venir?
—Claro! ¿Me pasarás a buscar?
—Obvio, yo te llevo y te traigo.
—Me preocupa eso de los golpes...
—Créeme, lo voy a destrozar, ahora ve antes de que piensen que te quieres quedar.
Anat abrió sus ojos como platos y corrió al baño, Oliver rió.
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ATRAPADAS
RomanceDE UN MODO U OTRO TODAS ESTAMOS ATRAPADAS: POR UN ASESINATO... POR UNA LOCURA... POR UN AMOR... POR LA MUERTE...