Akila al salir de la Universidad se dirigió a la casa de Blas, lo había llamado varias veces a su móvil, pero no le respondió una sola.
Llegó hasta la puerta, tocó varias veces hasta que por fin él abrió.
—¿Por qué me evitas? no pensé que te fueras a molestar tanto.
—No te estoy evitando.
—Entonces...
—Sólo quiero alejarme de ti un tiempo.
—Te comportas como un niño.
—Tú lo dijiste desde el primer momento.
—Es que yo no comprendo por qué me dejaste así, te fuiste y me dejaste con la palabra en la boca, Blas...
—Akila ya, no quiero hablar contigo, sólo abrí la puerta porque de no ser así la tirarías abajo.
—Sólo venía a decirte que yo también sentía algo por ti, veo que me equivoqué, siento quitarte tu tiempo —dio media vuelta y se fue, Blas cerró la puerta de su casa, pero a los segundos después volvió a abrir la puerta, esta vez para seguirla.
Akila caminaba con mucho coraje por la calle, había estacionado su moto bastante lejos y ahora debía caminar hacia ella.
De repente un sujeto la frenó, tomándola de la cintura por atrás y le susurró al oído, mientras le entregaba un papelito.
—No puedes escapar del pasado Akila, sé cuanto aprecias a tú sobrina, ven a la dirección del pape mañana o despídete de ella.
Luego de decir eso, la empujó fuertemente tirándola al suelo, ella vio como él se fue corriendo, pudo reconocerlo, su voz, su aroma, era Leonardo y el verlo irse sólo hizo que sus sospechas sean más ciertas aún.
En el suelo sacó el papel que Leo había puesto en el bolsillo de su campera, lo desdobló, era una fotografía de Asenath saliendo de la Universidad, al revés de ésta decía:
'Ojivgatro 1466 -Merezzyz 2133,
el galpón de puertas rojas'
Había terminado de leer cuando oyó pasos fuertes venir hacia ella, inmediatamente vio a Blas.
—Akila! —exclamó arrojándose al suelo para estar a su altura— ¿Te hizo algo? —tomando sus mejillas— ¿Estás bien? no llegué a tiempo.
—Descuida, no fue nada —respondió, la realidad es que lo único que pasaba por su mente era su hermana.
—Te ayudo —se puso de pie tomando la mano de Akila.
Pero al hacerlo aquel papel cayó de su bolsillo donde ella lo había guardado.
—Está todo bien, Blas...
—¿Qué significa esto? —preguntó él, quien se había agachado a recoger el papel— Akila...
—Adiós! —exclamó rápidamente al intentar tomar el papel e irse, pero él era mucho más alto que ella y elevó su brazo haciéndole imposible a la chica tomar el papel— Blas!
—Akila respóndeme ¿Qué fue eso? ¿Qué sucedió? ¿Por qué está tú hermana aquí?
—Son muchas preguntas para alguien que no quiso oírme cuando toqué a su puerta, no tengo por qué darte explicaciones.
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ATRAPADAS
RomanceDE UN MODO U OTRO TODAS ESTAMOS ATRAPADAS: POR UN ASESINATO... POR UNA LOCURA... POR UN AMOR... POR LA MUERTE...