EL SECRETO DE AKILA

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     Dos meses después: 

     Akila había vuelto a experimentar varias veces, ya sus ataques de pánico y en todos, Blas estaba con ella, eso la hacía sentir mucho más tranquila aunque él le insistiese muchísimas veces en que hiciera terapia, que él conocía a uno bueno, pero ella siempre se negaba o cambiaba de tema, intentaba huir de ese tipo de temas, aunque había algo de lo que no podía huir y esos eran sus sentimientos, Blas, se encontraba de igual modo, era ya casi imposible ocultarlo, pero hubo algo que la hizo dudar, acerca de si lo que ambos sentían, podía ser un final feliz.

     Hace tiempo, ya que Blas hablaba acerca de tener una familia y como en un futuro anhelaba tener una, ella sólo se limitaba a asentir con la cabeza, muy en el fondo sentía que lo mejor para todos era seguir callando.



     Asenath se veía al espejo casi a todas horas, su vientre comenzaba a notarse cada vez más y eso la hacía más feliz que cualquier cosa en el mundo entero.

     A pesar de que hoy no era uno de sus mejores días, la habían llamado desde la morgue para identificar el cuerpo de Lisa, dado que ella no tenía a ningún familiar.

     Ninguna de sus hermanas sabía nada de todo esto, sólo Pol que la acompañaría hasta allí.

—Llegamos —dijo él— ¿Segura qué puedes con esto? —tomando su mano.

—No lo estoy, pero, a veces la vida no se sienta junto a ti a preguntarse si estás lista o no, sólo te arroja al vacío... olvídalo, ya vamos.

    Pol la abrazó durante todo el trayecto hasta llegar a el lúgubre lugar.

—¿Cómo te encuentras? —le susurró él al oído, ella asintió, sólo asintió sin oír lo dicho.

    Había unos policías dado que ahora Daniel era un prófugo de la justicia, habían investigado la muerte de Lisa y las cámaras de seguridad del hotel lo habían captado, Asenath no quería saber nada acerca de todo esto, pero los mensajes, sus últimos mensajes habían sido con ella, se veía involucrada de un cierto modo y le alegraba en el fondo saber que estaba ayudando a atrapar a Daniel, pero le dolía el saber que en cierta forma le hacía eso al padre de su hijo o hija.

     Ambos ingresaron a aquel cuarto con un tapabocas —y aún así el olor era demasiado fuerte—  el médico abrió una de las tantas pequeñas puertas donde tomó lo que parecía ser un cuerpo sin vida, pero Asenath, sólo veía una gran bolsa con un bulto en su interior, se negaba a creer que Lisa estuviese ahí dentro, su mente no podía aceptarlo.

     El profesional deslizó el cierre dejando ver el rostro de aquella mujer, Asenath soltó un grito, Pol colocó una mano en su vientre dado que creyó que le había sucedido algo al bebé, ella continuaba llorando, el médico guardó el cuerpo y se acercó a ella quien estaba sentada en una silla.

—Tú vientre está duro... —dijo Pol algo nervioso más que preocupado.

—Disculpen, pero... debemos continuar —habló un oficial desde afuera.

—Asenath... Asenath mírame —volvió a hablar Pol, ella lo abrazó.

—No te quiero alterar más —habló el médico —sólo dime un sí o un no ¿Es Lisa Patriot? 

—Sí... es ella... ¿La degollaron? 

—Asenath, esto no te hará bien —le susurró Pol.

—Sólo quiero saber.

—La degollaron y violaron —añadió el médico— sólo diré eso, no entraré en detalles.

     Ella asintió y con la ayuda de ambos se puso de pie, pero Pol decidió cargarla, ella no dijo nada sólo cerró sus ojos.

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