Justo cuando intentaba volver a cerrar sus ojos Akila grita desde abajo:
—Annipe te buscan!
No quiso responder, su garganta dolía, estaba mal.
La puerta sólo se abrió un poco y sintió un peso a su lado como si alguien se hubiese sentado en su cama.
Aún no abría sus ojos, no quería hacerlo, pero sintió como dejaban un beso en su mejilla y luego otro en su frente, éste duró más tiempo obligándola a abrir sus ojos.
—¿Hardin? —susurró apenas audible.
—Tranquila estoy aquí... estás ardiendo en fiebre, Akila se acaba de ir ¿Dónde están tus otras hermanas?
—Anat desaparecida con Oliver... supongo, Asenath fue a trabajar.
—¿Te dejaron sola? estás enferma...
—Lo sé, de todos modos no lo saben, sólo Akila lo sabe, pero no le intereso, por lo que estoy sola —susurró intentando cubrirse más con la frazada, pero éste se lo impidió— Hardin suelta mi frazada.
—Esto te hará mal.
—Tengo frío —volviendo a cerrar los ojos.
—Si tienes fiebre y te abrigas la temperatura subirá, créeme, es por tú bien.
—¿Por qué viniste?
—No me respondías las llamadas, me preocupé y tan errado no estaba.
—No quería que supieras que estaba enferma, deberías irte, no tengo ánimos para nada, quiero dormir —volteándose.
Hardin quitó sólo un poco la frazada y tomó a Annipe por la cintura y hombros —al estilo nupcial— dirigiéndose al baño de la habitación.
—Bájame...
—No, debes ducharte, que el agua fría toque tú piel, así la fiebre bajará, tú confía en mi, el doctor Hardin está a tú servicio.
—Te amo —susurró abrazada a su cuello.
—Es la primera vez que lo dices —sonrió, con Anny en sus brazos, ella sólo llevaba un short y una musculosa violeta.
—Es la fiebre.
—¿Segura?
—Si no me metes al agua te amaré hasta la muerte.
—Pero yo no quiero que te mueras, así que Al agua patito!
—No! —por más pataleos y súplicas algo débiles, Hardin la dejó sentada en la bañera y abrió el grifo comenzando a mojar sus brazos— Está fría... Hardin por favor...
—Es la idea, que esté congelada, todo va a estar bien -besando su mano.
—¿Y si no se pasa?
—Te vuelvo a cargar y te llevo al hospital.
—No debes estar aquí, te puedes... te puedes contagiar...
—No me importa, no lo haré, si te sanas estaré aquí y si empeoras estaré aquí, siempre, aunque ya no me aguantes.
Luego de unos minutos, éste la sacó de la bañera sentándola en una de las sillas del baño para secar su cuerpo con una toalla, ésta parecía estar un poco mejor.
—Debo ir por ropa seca, mientras tú quítate esa, te entregaré la ropa pasando una mano por la puerta, no veré, descuida.
—Hazlo tú —susurró.
—No quiero incomodarte, tienes fiebre, no lo haré.
—Hardin no te pido que mates a nadie, tengo fiebre, ya estoy un poco mejor y no tengo ánimos de moverme, confío en ti, sé que jamás harías nada que me incomodase.
—¿Segura? —ésta asintió— enseguida vuelvo.
Con Asenath en la Universidad:
—¿Alguna pregunta? —todos negaron— muy bien, por hoy la clase termina, tengan un buen día.
Todos se retiraron mientras ella ordenaba sus cosas.
—Señora Asenath! —exclamó el conserje llegando hasta ella.
—Dígame, ¿Qué ocurre?
—Daniel le envía esto —enseñándole un sobre azul.
—G-Gracias... —dijo muy tensa, una vez que el hombre se hubiese ido, abrió el sobre leyendo el papel:
Necesito Hablar Contigo
Búscame En La Calle 145 Micamor
Al Atardecer.
D.A.
—Allí estaré —susurró para si misma.
En el hospital:
—Nos vamos a casar, me casaré —habló recostada en el sillón observando el anillo.
—Sólo te pido que esta vez no huyas Anat.
—Quien ama no huye, te amo, no tengo motivos para huir.
—Seré el padrino de la boda de Diego.
—¿Yo iré?
—Claro que sí, iremos juntos, así te presento a la familia.
—Para que conozcas a la mía deberíamos ir a Turquía...
—¿Qué?
—Es una larga historia, mi madre se fue allí en busca de todos los actores turcos de una novela y mi padre la fue a buscar.
—Pensé que estaban en Cilao.
—A ciencia cierta no lo sé, no puedo hablar con ellos porque es peligroso.
—Lo entiendo, ya habrá tiempo.
—Oliver... me quiero casar en la playa.
—Sería perfecto, el lugar donde nos conocimos.
—¿Y William?
—Temes que intente dañarnos —ella asintió— habrá que huir de él.
—No quiero pasar toda mi vida huyendo, no sé como llevar todo esto, no lo sé.
—Alguna forma habrá, algo encontraremos para poder librarnos de él.
—Quiero tener una familia y una casita en el mar, o cerca de él.
—Lo tendremos, el tiempo va a jugar a nuestro favor, ven —dijo golpeando el lado el lado vacío de la cama.
—Oliver...
—Nada de Oliver, mi futura esposa no dormirá en un sillón de hospital, ven.
Ésta sonrió y se recostó junto a él, recostando su cabeza en su pecho.
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ATRAPADAS
RomanceDE UN MODO U OTRO TODAS ESTAMOS ATRAPADAS: POR UN ASESINATO... POR UNA LOCURA... POR UN AMOR... POR LA MUERTE...