AMOR DOLIDO

27 1 0
                                    


     Luego de haberle contado todo a Anat ella quedó paralizada, como en su propio mundo.

—Anat... —susurró.

—No... mi hermana no... no puede ser una asesina.

—No es sólo Akila, también lo es Asenath, como cómplice, Anat tú sabes que jamás te mentiría, he oído mucho más de lo que te he contado, eso es sólo una pequeña y minúscula parte.

—Me debo ir, pero cuando regrese hablaremos de esto, no se lo digas a nadie ¿Sí? —besando su frente— te quiero mucho hermanita.

     Anat iba subiendo las escaleras lista para cambiarse cuando le llegan unos mensajes: 

Primer mensaje: 

Asenath: No regresaré esta noche, la tormenta es muy fuerte, me quedaré en el departamento de Pol.

Anat:  ¿Y a mi qué? es tú vida.

Asenath: Lo siento, era para Akila, me equivoqué.

Anat: Ya me parecía raro que te acordaras que tienes una hermana, mejor dicho dos hermanas más aparte de Akila.

Asenath: No quiero pelear.

Anat: No te conviene.


Segundo mensaje: 

Oliver: Lo de hoy sigue en pie, la lluvia no será impedimento.

Anat: En verdad ya lo sabía... los eventos de Oliver Wot no se suspenden por lluvia.

Oliver: Ponte aún más bella de lo que eres que ya voy por ti.



     En otra parte del mundo Oliver se encontraba con un traje formal y unas rosas en el asiento trasero que serían para ella.

    Comenzó a notar como otro automóvil lo comenzaba a seguir de cerca, Oliver intentaba conducir e intentar tener paciencia, pero la paciencia se le acabó, descendió del automóvil, del otro vehículo también bajaron otros tres hombres, uno de ellos se adelantó.

—¿Así qué les divierte perseguirme? Respóndanme! 

—¿Tú eres Oliver?

—Así es y deduzco que tú eres William, conozco a los otros dos, saben de lo que soy capaz.

—Pero no sabes de lo que soy capaz —William se le acercó vorazmente e insertó su navaja dentro de él, cerca de su estómago.

      Los tres sujetos huyeron mientras Oliver caía desplomado al suelo mojado del asfalto, su camisa blanca se tiñó de roja y su rostro se empapó de gotas de lluvia.

    Él se encontraba aún con sus ojos abiertos, podía oír como voces de personas que se acercaban a él, pero él no los veía, sólo veía el rostro de Anat, sonriéndole como todos los días y le susurraba un 'Te amo' 

    Anat ya estaba lista con su vestido gris, largo y con un leve escote, se sentó en su cama a esperarlo, le envió varios mensajes pero él no respondió.

     Eran ya las 04:50AM, Anat se levantó de su cama un tanto preocupada más que molesta, sabía que Oliver no era capaz de hacer ese tipo de cosas y aún más sabía lo emocionado que él estaba con esta cena.

     Se puso de pie, se dio una ducha con agua bien caliente, una vez fuera de allí y con una toalla alrededor de su cuerpo, su móvil sonó, era Diego.

      Llamada: 

—Anat! 

—Tampoco para que me grites ¿Cómo estás? oye, Oliver no me responde y... 

—Oliver está internado —la interrumpió.

—Qué! 

—Acabas de destrozarme un tímpano.

—¿Cómo qué está internado? ¿Cómo está? ¿Dónde está? ¿Por qué no me avisaste? ¿Qué le sucedió? yo... 

—Ay por Dios! eres una máquina de hacer preguntas y pensar que seremos familia, ya me estresé solo.

—Sólo respóndeme! —con su voz entrecortada.

—¿Estás llorando por mi hermano? 

—Diego sólo dime... 

—Está bien, molestando a la humanidad, me llamaron y me dijeron que mi hermano había tenido un accidente, lo apuñalaron unos sujetos, o algo así, no me quiere contar mucho.

—¿Y su salud? 

—Lo intervinieron, no hubo ningún órgano dañado, la oscuridad y la lluvia lo salvaron, la parecer el atacante no vio bien donde apuñalar.

—¿Dónde está? 

—Te acabo de dar un mensaje con la dirección del hospital, Anat ya cálmate, si estuviese mal no te hablaría del modo en el que te estoy hablando, te llamé porque desde que abrió los ojos no para de pronunciar tú nombre, Llevo una hora oyendo tú nombre! Cómo para olvidarlo! 

—Estaba yendo para allí, cuida de mi Oliver ¿Quedó claro? 

—Claro como el agua del inodoro.

—¿Qué? 

—No lo sé, sólo lo dije, estoy haciendo un dos por uno, hablo contigo y hago mis necesidades.

—Que suerte que no eres mi novio, Qué suerte! 

—Oliver hace lo mismo, él lo llama ahorro de tiempo.

—Creo que mejor me voy, adiós.

Fin de la llamada.

ATRAPADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora