EL DÍA DE LA DESGRACIA- SEGUNDA PARTE

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     Por otra parte: comisaría

—Señor Wot no hemos hallado nada aún, pero tenemos que esperar... 

—La encontramos! —gritó un oficial a lo lejos sumergido en su computadora.

—¿Dónde? —Oliver, Diego y Oriana se acercaron al hombre.

—Fuimos a investigar algunos pueblos donde se crio de niño William, una mujer nos dijo que lo vio, lo conoce de pequeño pero nunca intercambió palabra alguna, él estaba muy sospechoso y llevaba consigo a una joven entre sus brazos, inconsciente.

—Maldito! —gritó golpeando la pared.

—Oliver cálmate, es una pista, es algo, la hallaremos —habló Oriana.

—No la volveré a ver! —soltó.

—Claro que sí! —exclamó Diego— si sus hermanas no se preocupan en encontrarla, nosotros sí, somos su familia, Ori, tú y yo, la vamos a encontrar.

—Verás que pronto estaremos en su boda —acompañó ella.

—Acabo de encontrar exactamente el lugar en el mapa, es una cabaña abandonada o al menos el dueño murió hace veinte años.

—Vamos!

—Señor Wot déjennoslo a nosotros.

—No puedo, necesito ir —suplicó Oliver.

—Quédese aquí, es lo mejor.

—Hermano has caso —dijo Diego tomándolo por los hombros.

—No puedo más —susurró él cayendo de rodillas y cubriendo su rostro con sus manos— mi amor ¿Dónde estás? ¿Dónde te llevaron? 

     Salió de la comisaría, comenzó a caminar por las calles cuando recibe una llamada de Retto, su manager.

     Llamada: 

—Oliver! Mi querido Oliver! 

—¿Qué quieres? 

—Qué humor! 

—Secuestraron a mi prometida, es un mal momento.

—Lo siento, deseo que aparezca.

—Gracias amigo.

—Oliver... tengo algo grande para ti, pero grande en serio.

—No tengo ánimos.

—Esto es único, una oportunidad única.

—Habla.

—Conseguí una pelea con Whayi Taiwansih, el gran campeón, si ganas te consagrarás campeón mundial, te irás de Atmajma a los Estados Unidos, tendrás una vida de rey, es tú oportunidad amigo.

—Lo haré, pero no creo estar en condiciones, sólo pienso en ella, me preocupa, ese infeliz... no importa aquel sujeto que la secuestro, pero... 

—Siento que te preocupa algo más.

—Anat se sentía mal el día antes del secuestro, temo que empeore.

—Todo estará bien... oye, mi hija acaba de salir del colegio debo colgar, Oliver piénsalo ¿Sí? 

—No tengo que pensarlo, cuenta conmigo.

     Fin de la llamada.


La policía llegó a la pequeña mansión, Blas se encontraba dentro de su automóvil viéndolo todo con los vidrios cerrados.

—Policía! —gritó una oficial rompiendo la puerta, las atraparon a Akila con una pala en sus manos y a Asenath acunando a la muñeca.

     Hallaron un hoyo perfectamente hecho en el parque trasero, el cuerpo sin vida fue identificado como Annipe Tolier y las culpables Akila Tolier y Asenath Tolier, hermanas de la difunta.

—No! No me aparten de mi hija! —gritaba Asenath mientras era arrestada.

—¿Su hija es la muñeca de trapo? —preguntó el oficial con su ceño fruncido.

—Lo es —confirmó Akila— no hay ningún menor aquí.


     Blas desde su automóvil observó como se las llevaban detenidas, decidió irse de allí, había alguien que lo necesitaba.

     Caminó muy sigilosamente por la casa hasta llegar a la habitación de Hardín, éste dormía muy plácidamente, tenía en su mesa de luz un cuadro con la fotografía de su bella novia, pronto partiría a su viaje.

—Hardin —susurró sentándose en la cama— hermanito...

—¿Blas? ¿Qué ocurre? 

—Tengo que hablar contigo, es algo muy importante.

    Éste se sentó en el espaldar de la cama— Habla ¿Qué pudo ser tan malo? 

—¿La quieres mucho? a tú novia me refiero —señalando la fotografía.

—La amo, mucho más de lo que imaginas.

—Hardin —tomando sus manos— ella murió.

—¿Qué? —rió— antes de dormir hablé con ella, no juegues esas bromas.

—No es broma.

—No te creo —sonrió.

—Debes hacerlo, Hardin murió! yo la vi, estos dos ojos míos la vieron en el suelo, llena de golpes, sobre un charco de sangre, sin vida, hermano te digo la verdad.

—Estás loco —dijo frío, tomó su celular y la llamó, pero nadie atendió la llamada.

—Hardin... hermano... —el no hizo caso y la volvió a llamar, pero nuevamente nadie respondió— Hardin...

—No! Ya déjame! —poniéndose de pie, tomó una remera y se la colocó.

—¿Qué haces?

—De seguro se le acabó la batería, iré a verla, cuando el cuente de tus desvaríos se reirá como nunca.

—Akila y Asenath la mataron, la policía se la llevó.

—Iré a verla, le he dicho que no apague el móvil en la noche, pero nunca me escucha.

—Hardin ya basta! —poniéndose de pie y tomándolo de los hombros, luego lo abofeteó— Entra en razón!, ella no te contestará, ella se fue, ya no está entre nosotros, la arrojaron por las escaleras, hay sangre en ellas, hermano yo sé que es difícil, pero saldrás de esto, saldremos juntos, eres joven, hay muchas chicas y... 

—No! no está muerta, no lo está, no lo está, No lo está! 

—Hermano... 

—No me llames así! tú no eres mi hermano, lo sé todo Blas, Déjame en paz! —gritó para luego tomar su chaqueta y salir de allí, se colocó la capucha de ésta y caminó sobre la lluvia.

     Tomó su móvil y llamó a Anat: 

—Hardin... 

—¿Oliver? ¿Qué haces con el móvil de Anat?

—Está secuestrada ¿Qué sucede?

—¿Es verdad?

—¿Qué cosa?

—Mi hermano me dice que Anny murió, que Asenath y Akila la arrojaron de las escaleras, dime que no es cierto.

—¿Annipe murió?

—Eso dicen, pero yo no les creo, ahora mismo voy rumbo a su casa.

—Mantenme informado.

—Claro, adiós.

     Fin de la llamada.

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