Mar y Fuego | Aemond Targaryen

Día del nombre

La familia Velaryon excepto Laena y sus hijas, llegaron a King's Landing a celebrar el día del nombre de la princesa Aemmyra y el príncipe Jacaerys. Obviamente también por el cumpleaños del príncipe Aemond, pero si fuera otra fecha sinceramente no irían al no ser pariente de sangre directa. Los Hightower no iban muy seguido a celebrar, solo iban a veces a los de Aegon, pero sí que lo compensaba con regalos costosos. Aemmyra estaba emocionada, ya que había escuchado que Lord Corlys les había traído un regalo espacial. Aemond por su lado rogaba para que su hermano mayor no lo obligará ir a un burdel, le había dicho hace años que como regalo de cumpleaños de los 13 en adelante le pagaría una noche entera en un burdel con mujeres hermosas y de todo tipo.

-¿Llegan al medio día?- preguntó Aemond mientras acariciaba la cabellera de la princesa, quien había acomodado su cabeza en los muslos del príncipe.

-Es un aproximado pero sí, estoy nerviosa por eso. Papá me dice que me darán una reliquia familiar o joyas, siento que es un peso espiritual y oculto.- Da un suspiro y se acomoda para sentarse al lado, haciendo que el príncipe deje las caricias.- Tienen la costumbre de regalarle esos detalles a mujeres que se casarán pronto o las están cortejando. Un detalle para recordarles su origen y que se enorgullezcan de él, que ese orgullo pase a las generaciones y la sangre a la historia.

-No te asustes por eso, simplemente es una cortesía al ser familia, también simboliza lo mucho que te quieren.- Acaricia su mejilla y mira a todas direcciones, probablemente la besaría, eso pensaba la princesa.- Mis familiares de sangre pero más lejanos no me darán nada representativo, la desdicha de que mi abuelo haya sido el segundo hijo y no el que dirija la casa. Solo tengo mi sangre Targaryen pero estoy jodido ahí también, quizás madre me de algo si es que le sobra, sus 3 hijos se casarán casi al mismo tiempo. Aunque eso no es excusa a mi parecer, tu madre está en la misma situación y vienen más en camino.

-¿Por eso te pones nervioso de que alguien te vea o escuché? Pensaba que te pondrías romántico.- Hizo un puchero y Aemond se rió por su reacción infantil.

-Mi madre me mataría si sabe que hablo mal de su familia, de hecho me daría un sermón de 2 horas sobre el porque vestimos de verde y somos tan honorables. Además de que use la palabra "jodido", no suelo decir vulgaridades.- La princesa lo juzgó con la mirada, sabía perfectamente que lo último dicho no era cierto, más aún cuando estaba enojado con Aegon.

-Como si no te conociera ¿Debo creer que sólo rebajas tus pecados o que eres mentiroso?- Ambos se miraron fijamente por un tiempo, terminaron besándose suavemente. No para terminar la conversación, si no porque ambos creían que era un momento perfecto.

La joven pareja continuó hablando sobre la relación que tenían con sus familiares, aquella conversación se convirtió en una de contar anécdotas vergonzosas sufridas frente aquellos. Por ejemplo, una vez que Aemond trataba de ser un caballero cediendo el asiento a la Señora del Lord de Oldtown por estar embarazada, resultó que la señora simplemente estaba gorda.

Antes de que fuera mediodía Sir Criston Cole fue a buscar a la princesa Aemmyra para una audiencia con el rey, no era usual que llamara a otras personas que no fueran su hija mayor, la princesa Rhaenyra. Desde antes que Aegon naciera el rey siempre tuvo un amor incondicional con Rhaenyra, se podría decir que es el amor que un padre tiene a su primogénita o el simple hecho de que es la única hija viva que tuvo con la reina Aemma Arryn. Al llegar a la habitación del rey Sir Criston no sé despegaba de ella, posiblemente para asegurarse de que no escapara, pero ¿De que podría escaparse? Simplemente tocó la puerta y esperó una señal para entrar o irse.

-Adelante.- Era la voz de la Reina, quien no debería estar ahí si es que la quería el rey supuestamente.

La princesa ingresó a la habitación y vio que el rey estaba sentado en una silla al igual que la reina, probablemente sería una conversación sería al estar ambos presentes. Por invitación de la reina ella también tomó asiento.