Guerra silenciosa

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La Reina Alicent se despidió de su hijo para ir a celebrar su victoria con las otras casas, Aemmyra debía hacer lo mismo, pero se quedó unos minutos más para que su prometido oficial no se sintiera solo antes de tiempo. Ya estaba vendado, pero debía guardar reposo para garantizar la sanación total del hombro, un descuido grave significaba abrir más la herida.

-Bien, según lo que hablamos la boda se celebrará en 3 días, ya debería haber cicatrizado un poco y sobre todo haber disminuído las posibilidades de una catástrofe. No sé cuántos se quedarán para la boda, los Lords tienen ciudades y responsabilidades.-Dijo la princesa mientras acariciaba el rostro de Aemond y lo regañaba si trataba de mover su brazo herido.

-¿Crees que a los Lords les importa más un montón de ganado humano? Estar presente en una ceremonia Valirya es el mayor honor que podrían presenciar, pero sinceramente no quisiera que nadie estuviera presente. Me gustaría consumar nuestro matrimonio apenas finalicemos el ritual, los maestres y septones deberían correr despavoridos.- Dijo Aemond sonriendo, su prometida no le tomo mucha gracia.

-No te dejaré tocarme si estar herido, eres tan rudo que podría agrandarse la herida hasta la mitad de la espalda,  te vas a descoser como un muñeco.- Aemond bufó y Aemmyra le dio un besito de consolación.

-Es solo un corte más pequeño que el pene de un enano, me tratan como si fuera una doncella de porcelana. No me moriré por un corte, tú y mi madre me han vuelto loco.- Dijo molestó, a lo que la princesa respondió con una palmada en su pierna por la vulgaridad de sus palabras.

-Hombres que se jactaban de ser indestructibles murieron por mucho menos que eso, no seré una viuda a la semana de matrimonio. Te ahorcare yo misma si te levantas de esta cama sin el permiso del maestre ¿Me escuchaste? Te rebanare con Hermana oscura si me dejas viuda por tus tonterías.- Amenazó su princesa, lo cual hizo que Aemond riera.

-Mi futura esposa es una mujer con gran temperamento ¿Qué será de mí si la hago enojar?- Dijo Aemond mientras ella giraba los ojos y se disponía a darle otro beso, si no fuera porque el maestre se retiró con sus ayudantes y volverían en cualquier instante lo hubiera mimado más.

-Debo irme, celebraré en tu nombre, pero por supuesto de eso se encarga Aegon. Cuídate mucho por favor, vendré después de comer.

La princesa se retiró sin esperar una respuesta de él, ahora debía enfrentar los murmullos de la gente por el escándalo del torneo y la cara de Cregan. Llegó justo a tiempo cuando inicio el banquete, habían dicho cosas en su nombre y algunos presentaban sus buenos deseos para el matrimonio por venir, también habían confirmaciones de asistencia. El almuerzo era cerdo ahumado, Luke hizo un par de bromas sobre eso, Aemond lo hubiera degollado por recordarle esa humillación, se preguntó que diría su prometido si viera como defendía a su antiguo agresor verbal. Sobre el tema habían ciertas disputas, Aemmyra aseguraba que todas las ideas fueron de Aegon, Jace lo había confirmado pero que también ambos hermanos estuvieron de acuerdo en apoyarlo por mísera inmadurez ¿Los 3 serían los verdaderos agresores o la mente maestra que se limpiaba en sus cómplices sobre sus pecados?

Helaena estaba feliz, no mostraba una pizca de preocupación aún cuando hirieron a su hermano, solo se sorprendió un poco pero es como si se hubiera preparado para ese momento toda su vida. Obviamente pregunto por él aún así, pero ella sabía la respuesta, a veces daba miedo que supiera tantas cosas y se omitiera la reacción genuina ¿Cuántas cosas había visto para estar tan plena? Era buena señal pero ¿Ella misma era esclava de sus visiones o disfrutaba de ellas para poder estar en paz o en alerta? Las dudas comenzaron a surgir de una manera que antes no se había presentado, Aemmyra amaba a Helaena y casualmente se aprovechaba de su don para saber detalles ¿Que sucedería el día en que todo vaya mal? ¿Helaena se lo confesaria o lo diría en acertijos mientras mira un punto dijo? ¿Ya había visto todo lo que sucedería en esta vida o en las generaciones futuras? ¿Ella podría ser una profeta que se come sus predicciones para el bien del mundo? Su preocupación por Aemond y el enojo que le tenía a Cregan probablemente era la raíz de su extenso malestar, se juzgo a si misma por volver a cuestionar a Helaena pero era inevitable hasta cierto punto.

Mar y Fuego | Aemond Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora