Mar y Fuego | Aemond Targaryen

Boda por deber

En menos de una hora Baela estaba peinada y vestida, su velo era tan hermoso que hasta Aemmyra llegaba a tener envidia por no haberse casado con ese vestido, aunque el significado de la boda Valirya era irremplazable. Daemon llegó para ver cómo estaban, Baela y él se quedaron hablando mientras Aemmyra se retiraba, debía saber qué demonios paso con Helaena. Todos estaban expectantes en el jardín, usando abanicos con el calor inmenso que hacía ese día, estar afuera unas horas de más los estaba derritiendo.

Aemond se encontraba hablando con Aegon, curiosamente estaba presente y con su mejor traje, no parecía un borracho ni todo lo que era realmente, parecía un buen hombre, lo que hace vestirse bien. Discutían sobre que Aemond jamás casaría a sus hijos con sus sobrinos, no quería los malos genes de Aegon y este se hacía la víctima.

-Si nace Saera Targaryen o Baelon Targaryen, como tú los quieres llamar en el caso de que sean niño o niña ¿Por qué rechazas a mis hermosos hijos para que sean sus esposos?- Pregunto Aegon, quejándose sobre su negativa anterior.

-Vivo con el temor de que tus hijos sean como tú, prefiero evitar desastres y también hay otro tema importante. No quiero casar a mis hijos con parientes cercanos, a no ser que sea estratégico y no simplemente por ser. Digamos que Jace y Baela tienen un hijo, si tengo una hija sería una reina consorte de los 7 reinos en un futuro, uniría más la sangre ya que la única unión entre estas familias son la mía con Aemmyra.- Dijo Aemond, pero la verdad quería que sus hijos se casarán con quienes quisieran y no por arreglo.

-Más interesado que una puta en busca de oro, me has decepcionado, nuestros nietos serían una maravilla.- Desvió la mirada, optó por un comportamiento dramático.

-Ahora que tendrás un nuevo hijo, al nacer tendran casi la misma edad, si tienes suerte podría pensar en una unión, pero si a mí hijo no le gusta en el futuro ya no es problema mío.- Dijo Aemond dándole un poquito de esperanza a su hermano mayor.

-Bien, me convenciste.

A los minutos se informo que la novia iba en camino y se acomodaron en cada lado, Jace se puso al frente junto al maestre y espero a su prometida. Aemmyra recién llegaba y se puso al lado de Aemond, tenía mala cara y buscaba con la mirada a Helaena, quien no se veía muy feliz también.

La ceremonia empezó, la música sonaba armoniosamente, Daemon dejaba a Baela en el altar y se retiraba a su posición junto a Rhaenyra. Los maestres decían sus votos por ellos y solo tenían que repetir las frases, les pusieron unos anillos de oro y el beso fue un piquito con mucha suerte, Jace estaba por dar la mejilla pero de retracto al sentir la mirada de Daemon detrás de él. Fue demasiado incómoda toda la ceremonia, Helaena se retiró por un supuesto malestar a mitad de los votos y todos se miraban entre sí buscando respuestas, el rey era el único contento viendo la boda. Después de todo fue una ceremonia exitosa, no hubo escándalos ni nada, ya estaban casados en vista de la ley y el septon supremo.

Los preparativos para el viaje se iniciaron inmediatamente, los esperaba Dragonstone, su lugar permanente de residencia al ser herederos al trono. Solo comerían en familia y si querían podían bailar durante la comida en familia, pero todo era demasiado incómodo para ser disfrutable, Helaena aún no regresaba de sus aposentos. Aemond fue a buscarla, ya entendía el motivo de el desastre que sucedió, solo necesitaba su confirmación. Dejo a Aemmyra junto a sus hermanos ya que Luke y Rhaena también se irían después de la comida junto a la princesa Rhaenys y su esposo Lord Corlys. Aegon ni siquiera movió un dedo, no le importaba lo que le pasaba a Helaena, simplemente se quedó disfrutando el vino de la ocasión.

Al llegar a los aposentos de su hermana toco la puerta despacio, no hubo ninguna señal para que siguiera pero se adentro igualmente, encontró a Helaena de rodillas junto a su cama, llorando desconsoladamente. Se acercó de inmediato a ver cómo estaba, si de casualidad era un dolor y necesitaba ayuda médica.