Mar y Fuego | Aemond Targaryen

Resentimientos

Las tragedias no terminaron ese día, lamentablemente Leanor Velaryon fue asesinado a manos del joven Qarl luego de una fuerte discusión días después del funeral de Laena. La familia quedó devastada, quedando dos vacíos gigantescos a los que les pertenecían Leanor y a Laena. Se celebró un funeral pequeño, solo entre los Velaryon y las familias aliadas por matrimonio, la segunda familia del rey no fue invitada por lo sucedido, pero sí aceptaron las condolencias enviadas a través de cartas.

Aemond ya había sanado su herida hecha en ese fatídico día después de 3 meses, le quedó una cicatriz y la cuenca del ojo vacía. Por un regalo de su madre empezó a ocupar un zafiro esculpido perfectamente para que cupiera ese espacio. Le quedaba bien pero definitivamente su apariencia generaba pavor por esa enorme herida, por lo que nunca se quitó el parche en público y ni en presencia de su familia. Por su gran inseguridad empezó a trabajar en exceso en sus entrenamientos y en conocimiento, ahora era un verdadero Targaryen pero se sentía demasiado temido para ser amado por alguien más que no sea Aemmyra. La princesa le había mandado cartas diciendo que aunque su familia no perdonará lo sucedido ella entendía que fue error de todos los presentes esa noche, que si él quería podía ir a verlo y seguir en marcha con su compromiso. Pero él nunca respondió sus cartas, por miedo a ser rechazado apenas ella lo viera y por el horrible recuerdo de que casi mata a su hermano mayor. Las cartas empezaron a llevar con menos frecuencia cada mes hasta que dejaron de llegar al pasar un año, aún así se enteró de que hacia intercambios cartas con su madre y que por eso se entera de las cosas que pasan en Dragonstone.

Después de 1 año de la pérdida de Leanor la princesa Rhaenyra y Daemon se casaron en una ceremonia antigua Valirya, dónde estarían unidos por el fuego y la sangre por siempre. Esta acción no significó traición para nadie, había pasado un buen tiempo y ambos debían seguir sus vidas aunque eso significaba olvidar el pasado. Meses después se enteraron del embarazo de Rhaenyra, hecho que fue alegría absoluta para el rey. Por una extraña razón se sintió muy aliviado al enterarse, diciendo que eso es lo que debió haber pasado y cometió un error al no juntarlos antes.

El príncipe por su parte luego de tanto entrenamiento fue conocido por ser perfecto para el combate. Había crecido un par de centímetros siendo mucho más alto que Aegon y más corpulento que el susodicho. Pero no todo era reconocimiento bueno, se decía que el príncipe Aemond acompañaba frecuentemente a Aegon a los burdeles de la calle de la seda, se asumió que también consumía lo que se ofrece por esos lares.

En lo personal del príncipe solo iba a acompañar a Aegon para que no le roben o no lo asalten por andar solo, borracho era muy vulnerable. Aunque sí había tenido una experiencia sexual con una mujer de allí, pero no llegó a concretarse ya que al príncipe no le gustaba lo suficiente para hacerlo, además de sentirse ahogado de culpa de manera inexplicable. Pero debía admitir que gracias a eso y más cosas que observó en los espectáculos se podría decir que tenía conocimientos en el área, cuando quisiera podría aplicarlos con cualquier mujer, el problema era que ninguna le excitaba.

Las nuevas noticias se esparcieron por el reino, decían que la princesa Aemmyra Velaryon era una joven que pasaba de casa en casa por invitación de grandes Lords y Ladies, siempre salía con una propuesta de matrimonio de sus herederos según los dichos y que al tener a su hermano mellizo o padrastro custodiando su virtud no podía dar una respuesta clara. Aún así la princesa se lleno de admiradores y las cartas de propuestas no paraban de llegar a Dragonstone, Rhaenyra no contestó ni una de ellas ya que solo esperaba que su hija escogiera a su prometido y aún no se decidía por alguno, tampoco es como si le interesará uno siquiera.

-¿Sabes que escuche? Que la hermosura de tu ex prometida tiene a todos los Lords y herederos de grandes casas en la palma de su mano, que con su belleza y gracia los engatuso ¿Puedes creer que se haya vuelto tan hermosa como dicen?- preguntó Aegon a Aemond, quienes tenían una conversación en medio del enfrentamiento.