Muerte de un soberano y surgimiento de una reina

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Llegó la que sería la última cena del rey, todos estaban en sus mejores ropas ya que entendían la importancia de la noche, la salud del rey no era un secreto entre la familia y solo esperaban lo mejor para el reclamo de Rhaenyra al trono. Los verdes restantes estaban siendo espectadores de la situación, como cuervos viendo un cadáver antes de atacar. Bajo las ropas finas y sonrisas falsas, habían armas destinadas a degollar a sus enemigos, esa noche pasaría lo impensable y todos estaban preparados para la acción.

La princesa Aemmyra llevaba a su pequeña en brazos, una bebé muy risueña en comparación a la cara de preocupación y furia de Aemmyra, sabía que los verdes intentarían algo esa noche, los dragones estaban despiertos y ella también. Aemond por su parte estaba más relajado, en guardia pero esperando el mejor escenario, se negaba a aceptar que tuviera que asesinar a su sangre si llegaba el momento.

-¿Hace cuánto no ves a tus hermanos? Alégrate un poco por ellos querida, yo saldré con la espada y tú te quedarás sana y salva con Saera.- Dijo Aemond agarrando de la cintura a su esposa y darle un beso en la mejilla.

-¿Crees que no haré nada? Myrax me está esperando, se como llegar rápido, Saera subirá conmigo. Los quemare a todos si tratan de huir, malditas serpientes...-Dijo con furia, presentía la catástrofe en las puntas de sus dedos.

-¿Qué harás con Aegon?- Preguntó Aemond, sabía perfectamente que ese era el mejor peón de los señores de la corte y Otto Hightower.

-Puede irse con sus bastardos, seguramente se atreverán a poner un bastardo criado en pocilgas en el trono en vez de una mujer, los hombres son realmente imbéciles, no me sorprendería esa decisión.- Dijo Aemmyra con un tono burlón, podía decir sus comentarios en contra de los hombres con mucha facilidad, su marido no era alguien que se pusiera solo el saco.

-Seguramente ya se encargó de eso él solo, me preocupa que se lleve los hijos de Helaena si es el caso o a la misma Helaena. Eso sí sería un caos, sangre real pura esparcida en las tierras libres y con dragones, tendríamos que ir a buscarlos y a la sangre salpicada en esos salvajes.- Dijo con asco, odiaba a ciertos pueblos de las tierras libres.

-Que Helaena se quede conmigo esta noche entonces, nada debe salir mal, solo sigamos a Daemon si es necesario.- Dijo en un susurro, estaban a pasos de llegar al comedor.

El rey aún no estaba presente, la reina, Rhaenyra, Daemon y sus hermanos ya estaban sentados, eran casi los últimos en llegar. Aemmyra saludó a sus hermanos con la misma tensión de ellos hacia ella, no era una ocasión que celebrar, por lo menos no ese día. Baela era la única alegre, mostraba con orgullo su panza de 6 meses aproximadamente, era evidente que venían dos dragones en camino.

-Cuidado Baela, sería muy peligroso si te caes.- Dijo Aemmyra al ver que ella venía corriendo.

-Perdoname, usualmente recibo muchos regaños, no soportan mi energía.- Dijo con un puchero, sobándose su vientre e invitando a Aemmyra a hacer lo mismo.

-Jace, sostén a saera.- Dijo la princesa, él acepto gustoso y la admiro junto con Luke, ambos fascinados por su sobrina.

Los saludos y las risas duraron un par de minutos, al llegar el rey todos tomaron asientos y se empezó a servir la comida. Sentaron al rey con cuidado, ni siquiera tenía la fuerza de caminar, lo cargaban en una silla con gran dificultad por el peso y el cuidado extremo.

Los brindis empezaron de su parte, bendiciendo la unión de la familia nuevamente y a los nuevos hijos presentes, incluso felicitó a Baela por su embarazo, pero solo porque significaba el nacimiento de un futuro rey o reina. Otto Hightower mantenía silencio al lado de la reina, ella solo asentía a todo lo que decía el rey, parecía hipnotizada en un punto fijo, Daemon la miraba amenazante, quizás era su forma de huir de eso. Jace miraba a Aegon, no de forma despectiva ni nada, lo miraba con pena y compasión, los sentimientos ocultos en la mesa eran complicados para definirlos en simples palabras.

Mar y Fuego | Aemond Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora