veintidos:

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-Hola -saludó cuando Bora lo localizó.

-Hola, Cheol.

Se sienta a su lado, sin ningún tipo de fuerzas para pasar de largo. Bora era agradable y él se sentía bien, pero no es cómodo cuando le gustas a esa chica que no sabe que eres gay.

-¿Qué tal tu día? -ella no parecía resentida.

-Bien, aunque muero de hambre.

-¿No has comido? Qué extraño; tú amas comer. Además, hoy hubo arroz con nuggets de pescado.

-De hecho, es lo que más amo comer en el almuerzo de la escuela, pero el apetito no apareció a tiempo.

-¡Oh! Eso ya no es un problema.

Toma su mochila, la abrió y, de su interior, saca una bolsa con mini pastelitos cubiertas de cremas de diversos sabores y colores. Se lo tienda a Cheol con una sonrisa.

-Puedes comer lo que quieras. Yo no quiero volver a verlos por un buen tiempo.

-¿Hm? ¿Por qué? -las recibe y no duda en ver detalladamente los panquecitos restantes.

-Un consejo: no te comas más de tres o cuatro.

-Creo que con dos estaré bien. Muchas gracias, lo aprecio mucho.

-De nada.

-Voy a probar este. -saca el que tiene una cubierta rosada y le da un único mordisco, porque se la echa toda a la boca-. ¡Hm! Este es de fresas, y sabe delicioso.

-Me alegro que te hayan gustado.

-¡¿Dónde las compraste?!

-Bueno... -avergonzada-... yo los hice.

-¿Tú? ¿Sabes cocinar?

-Solo dulces. Los vendo a pedidos, y gano algo de dinero para pagarme la universidad, si es que decido ir al instante.

-¿A cuántos? ¿Sabes qué? Hazme una docena, las pagaré. Mañana, la próxima semana o cómo sea. Hazlo y te pagaré muy bien.

-¿Tanto te gustaron?

-¡Están deliciosos! -agarra el de cobertura café extremadamente oscura y también se lo echa de un mordisco-. Wow... este es un poco más amargo. -se lo termina de tragar-. Quiero media de fresas y media de vainilla.

-Oh, está bien, lo haré. -evita cualquier tipo de contacto visual, todo para no mostrar su rubor.

-¿Realmente me darás toda esta bolsa con pastelitos?

-Claro, no hay razón para no hacerlo.

-Gracias, en serio.

-No es nada.

El camión dobla unas cuantas calles y el tiempo para ambos se acababa. Bora se veía mucho más callada, y Cheol tenía entendido más o menos el porqué, pero le incómoda. Bora era la primera chica que se le declara abiertamente, y es a la primera que debe rechazar con la mayor ternura posible. «Eres linda, pero... no».

-He notado que te estás haciendo muy amigo de Junhui.

-¡¿Qué?! -sospechando lo peor.

-Lo noté. -vuelve a mirarlo, aunque el rojizo seguía, pretendiendo que no lo siente-. Él y yo igual somos amigos. De hecho, hablamos muy seguido.

-He notado que se llevan muy bien.

-Es muy guapo y encantador. Me sorprende que me haya dicho que no le gusta nadie del salón.

-¿No? -más aliviado.

-No me ha revelado ningún nombre. Pero lo entiendo, porque es el más nuevo. ¿Te ha dicho a ti?

Miaw! Mío • JunCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora