cuarenta y dos:

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La excusa de "debo ir al baño" siempre da resultados favorables. Era el indicativo perfecto para decir "alejarse del baño, zona de riesgo, pronta fumigación". Así es como Cheol entra y prácticamente cachetea la puerta para cerrar con un golpe similar al golpe de un gigante. «Oh, sí que tengo fuerza», algo de autoelogio no venía mal en momentos como estos, solo que no era el momento: ¡Lee SeokMin estaba ahí afuera, junto al resto de sus amigos, igual de guapo y alegre como siempre!

Tenía miedo de aparecer y verlo junto a SeungKwan, sus dos amores imposibles más grandes de todos, sin contar a Rain o a Junho de 2PM.

En fin. ¿Es probable que pierda la cabeza y la cabeza de su amiguito también? Ya que, ahora es un adulto, y las ganas de entrar en celo es excesivamente regular. SeokMin le generaban deseos de ser azotado con amor, y SeungKwan de azotar con amor. ¿Será prudente salir? Puede decir que solo se mareó o fue la falta de salidas que ha tenido y el olor a alcohol le intoxicó la nariz o algo por el estilo.

Abrió la puerta y excluyó su cabeza de su cuerpo aún oculto, aplastando sus ojos con sus párpados y usando su capacidad visora nivel cámara de última generación con acercamiento perfecto hasta la luna. Ahí estaba, Lee SeokMin, tan deseable, sus mangas arrastradas por sus marcados antebrazos y esos muslos que se lucen mucho mejor en ropa interior holgada, ese cabello corto y bien peinado, esa sonrisa de anuncio, esa nariz tan preciosa y su altura, ese alto tan sexy, delgado, grueso y seductor.

¿Cómo mierda puede seguir pensando así de él luego de cinco o seis años? Sin añadir el corazón encajonado y lanzado a las profundidades de sus traumas que le dio.

A su lado, Boo SeungKwan. Cheol podía tolerar que fueran mejores amigos, pero eso no dudará para toda la vida y, en una de esas, sienta que la caja fuerte que asegura su voluntad de saltar sobre él y lloverle en besos se quiebre y la grieta explote, liberando cada día en días de posesión, romanticismo y sexo. Quién lo diría, antes era SeungKwan quien parecía inseguro de la lealtad de Cheol con su amistad, y desde que se apegó aún más para hacerle entender que su amistad es inalterable, se terminó enamorando más que antes, y no solo en el lado sexual.

«Esto me pasa por ser gay». Salió del baño, no sin antes lavarse las manos y secarlas con movimientos de abanico.

—¿Tienes algún problema? —le preguntó Minghào, quién aparece ofreciéndole una copa con un champagne algo fuerte.

—No, nada. Solo es la falta de actividad, nada más.

—¿Hara y tú no tienen ninguna actividad?

—No, porque terminamos.

—Es una lástima, pero bien por ella. Cuando sales con alguien que no puede ser honesto, todo se ajetrea como un ciclón lleno de problemas...

—Si ya sabías, ¿por qué insistes? ¿Cuál es tu problema?

—Solo digo que no tienen ninguna capa mágica como en "Harry Potter" para cubrirte de por vida. —tras ver que rechazó la copa, bebe de su interior.

—¿Qué tipo de referencias son esas? Deja de hablar como si lo supieras todo. Te escuchas tan testarudo.

—Hay cosas que no se pueden ocultar por siempre... Muchas cosas. Pero hay una en específico que se desprende con mayor color mientras creces. Ya no eres un adolescente y nadie podrá protegerte.

Siempre que se marcha, le hace saber que sabía de algo que nadie más sabe, pero su morbo y servicia eran capaces de sobrepasar la barrera del escrache.

—¡Cheol, no seas insolente! —le grita SeungKwan, idéntico a los gritos de su madre.

Era una de las razones que lo hacían pensar de que su madre y él se llevaban mucho mejor de lo esperado, que se juntan para tomar un té y ver la novela de la tarde.

Miaw! Mío • JunCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora