Marcos, Caius, Aro, Demetri, Félix, Rebecca y Alec se encontraban sentados rodeando la mesa, en silencio observando con atención a las dos mujeres en frente suyo.
Que terriblemente les daba miedo su cara de concentración y el silencio que los rodeaba.
Al notar que sus dos reinas/esposas no iban a abrir la boca, Aro carraspeó en un intento de saber el porqué estaban reunidos en el salón de su mujer y para que los llamaron.
—Reina mía.— habló Aro.— ¿Qué es lo que te preocupa?
—¿No es obvio? Aro Vulturi.— masculló molesta Sulpicia.
—Mierda.— pensaron todos al escuchar el tono de voz de la pelinegra y no ayudaba para nada la mirada irritada de Athenedora.
Mientras tanto Aro estaba pensando que había pasado o hecho para que su mujer estuviera de aquella manera.
¿Se había olvidado de algún compromiso?
Caius no dijo ni una palabra.
Prefería quedarse callado.
Marcus al ver que el comportamiento de las mujeres de su ex cuñado y del rubio los dejó mudos, decidió hablar.
—Athenedora, Sulpicia.— las llamó suavemente, teniendo dos pares de cuchillas sobre el.— ¿Por qué todos estamos reunidos aquí?
—Hombres...— mascullaron las dos, irritadas.— ¡¿En serio no se dan cuenta?!
》¿Quién falta en este lugar?《
—Paola.— respondió rápidamente Rebecca.
—Y mi hermana.
—Exacto.— habló esta vez Athenedora.— ¿Y saben por qué no están aquí?
—Eh... ¿Porque se olvidaron?— cuestionó Félix, recibiendo una mirada asesina de parte de sus reyes.
En ese mismo momento, Félix decidió no abrir más su boca.
—Por supuesto que no.— respondió la peliblanca.— No están aquí, porque así lo quisimos.
—Y eso, ¿Por qué?— preguntó confundido Demetri.
—¡Es obvio!— estalló Rebecca, irritada (al igual que sus reinas) al ver que no se daban cuenta.— Es porque Jane y Paola no están bien.
—Exacto.— sonrió aliviada Sulpicia.— Gracias Rebecca por ser la única que piensa en este lugar.
—Han pasado semanas... ¿Y siguen sin hablarse?
—Bueno... no es que hablaran todo el día, ni mucho menos se consideraban amigas para hablarse...
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Latina {Jane Vulturi}
FanfictionDespués de tantos años, los Vulturi deciden reclutar a nuevos vampiros para su guardia, quedando entre cien de ellos solamente ocho vampiros gracias a sus dones excepcionales. Los reyes Vulturi estaban fascinados por los nuevos miembros, emocionados...