El abrazo pareció ser eterno sin embargo solamente había sido unos minutos.
Unos hermosos minutos.
Los dos se separaron y se miraron felices de por fin estar juntos. Hasta que Marcus hizo un puchero y ofendido dijo.
—¿Por que le has hecho ropa a Aro y a Caius?— al segundo nombre lo masculló con odio y con la mandíbula tensa.— Ahora lo prefieres a ellos, ¿No?
Paola soltó una gran carcajada al verlo actuar así y más al ver el puchero en el mayor, actuando como un niño pequeño.
Que tierno.
Le encantaba esa faceta, ya no era ese hombre depresivo y amargado que conoció la primera vez. Este hombre era un hombre nuevo y vivo (vaya ironía) que demostraba nuevos sentimientos como los celos o la indignación.
O hasta felicidad.
Paola sonrió de oreja a oreja y le dijo, agarrando su mano, comenzando a tironear para mostrarle unas cositas.
—Si, le hice algunas prendas a Aro y a Caius.— le comentó, frenando en frente de un ropero y ahí lo soltó y le dio la espalda para abrirlo.— peeeeeeeeero... también te hice algunas para vos.
》En realidad... todo esto es tuyo.— susurró avergonzada señalando el interior.— No sabes las ganas que tenia que lo vieras y lo usaras pero... bueno, no estábamos bien y me daba vergüenza y tenía miedo que lo rechazaras.《
Marcus parpadeó, acto que se acostumbró a hacer luego de estar tanto tiempo con la pelinegra, sorprendido por dos cosas...
1) Sorprendido por ver la cantidad de prendas, tanto para la parte de arriba como la parte de abajo.
2)El escuchar la palabra 》miedo《 salir de los labios de Paola estrujó su corazón.
—¿Miedo?— cuestionó aterrado con tan solo pensar que Paola tuviera ese sentimiento hacia el.
—Si pero... tranquilo, todo está bien.— intentó aclarar el tema al notar la mirada llena de tristeza y preocupación del castaño.— Mi cabeza me jugó una mala pasada... me he estado imaginando reacciones y situaciones horribles y... ya sabes, nada resultó ser así.
Marcus la miró preocupado y más al ver como le sonreía habitualmente, algo que no le gustaba era como hacía de lado sus emociones o pensamientos, como si no importara o fuera lo de menos.
Y eso realmente le desagradaba.
—Paola.— llevó sus manos a los hombros de la pelinegra y le dio un suave apretón.— Si vuelves a tener esos pensamientos habla conmigo, o... con alguien capacitado... ¿Cómo se le llama?
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Latina {Jane Vulturi}
FanfictionDespués de tantos años, los Vulturi deciden reclutar a nuevos vampiros para su guardia, quedando entre cien de ellos solamente ocho vampiros gracias a sus dones excepcionales. Los reyes Vulturi estaban fascinados por los nuevos miembros, emocionados...