Capítulo 21. ¡Marcus!

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Paola sonreía radiante viendo las hermosas y coloridas telas que había en frente suyo.

—Son muy bonitas.— susurró Paola acariciando las telas.— pero me llevaré el negro y el rojo.

—¿Rosso e nero?

—Si.

—Bene.

Paola miró como el hombre agarraba los rollos gigantes de telas para entregárselas a Marcus que este los agarró confundido pero lo aceptó. Paola fue hacia la cajera y pagó con la tarjeta de Marcus los dos rollos de telas sorprendiendo a la vendedora pero que aceptó con mucho gusto el dinero que próximamente entraría a su negocio.

—Grazie.— habló la vendedora con una sonrisa en sus labios.— ha una bella giornata.*

—Prego.— sonrió Paola, salió del local y caminó hacia la derecha hasta llegar a un callejón encontrándose a Marcus entregando los dos rollos de telas a uno de la guardia, siendo el tal Gideon sosteniendo tranquilamente los dos rollos entre sus brazos y con una mirada amargada. Paola sonrió inocentemente hacia el hombre mientras que Marcus lo miraba con seriedad.

—Les llega a pasar algo a esas telas.— habló Marcus con una mirada intimidante.— una partícula de suciedad, un hilo sobresalido tú la vas a pagar. ¿Entendido?

—S-Si amo.— inclinó con la cabeza con respeto y miedo.

—Gracias por ayudarnos.— habló Paola.— trata que no te vea nadie...

》¿Te imaginas que alguien vea los rollos volando? O bueno, apenas los humanos lo identificarían solo verían dos machas negras y rojas.《

—Ya vete.— ordenó Marcus, viéndolo irse rápidamente sin antes haberse inclinado hacia el con respeto.

—¿Por que tanta seriedad?— preguntó divertida Paola a su costado mirando a Marcus de brazos cruzados.— Relájate, por fin estamos solos.

》Recorramos tranquilos el lugar, además me falta comprar algo mas.《

—Tienes razón.— susurró Marcus, los dos saliendo del callejón comenzando a caminar con calma por los locales.— Debo decir que me sorprendiste al decirme lo que querías como premio.

—¿Por?— preguntó confundida.

—¿Telas? ¿Una máquina de coser?— preguntó divertido Marcus.— ¿Eres una abuelita dentro del cuerpo de una adolescente?

—¡Oye!— se quejó divertida, empujándolo suavemente.— Hay muchos adolescentes que les gusta realizar estas cosas. 

—Es que... estoy sorprendido.— respondió tranquilo.— siempre me sorprendes Paola.

—Que puedo decir...— fanfarroneó, moviendo sus cabellos falsos siendo una peluca de cabellos rubios.— soy una caja de sorpresas. 

—Lo veo.— respondió Marcus.— ¿Lo aprendiste de tu abuela? ¿De algún familiar?

Paola negó con la cabeza y sonrió algo nostálgica.

—No, aprendí sola.— contestó.— nadie de mi familia sabia tocar una maldita aguja y un hilo... 

》Me hubiera gustado tener una abuela que supiera hacer aquellas cosas o una madre que realmente se interesara en hacerme los trajes, pero lamentablemente tenía que realizarlo yo misma porque no me iban a pagar una modista y ellas no iban hacerlo por mí... Asi que...《

Latina {Jane Vulturi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora