Capítulo 3. ¡Que calor!

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Un nuevo día había llegado para el clan Vulturi

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Un nuevo día había llegado para el clan Vulturi. El sol del verano, resplandecía desde lo alto, iluminando con sus rayos cada maldito lugar de las tierras italianas, obligando a los vampiros a esconderse en la oscuridad del castillo. Pero a pesar del sol y el calor, era un día tranquilo, escuchándose un silencio de muerte por todo el lugar, como si no hubiera nadie en el castillo, bueno... casi. El único lugar que no había silencio, era en la habitación de la morocha.

—¡QUE CALOOOOOOOOOOR OH-EH-OH! ¡QUE CALOR QUE TENGO YO!— gritó, moviendo sus caderas mientras buscaba alguna prenda en el ropero que no fuese tan aburrido.— ¡Y QUE LEVANTE LAS MANOS COMO YOOOOOOOO, EL QUE QUIERE UN VINO EN CARTÓN! ¡EL QUE QUIERE UN VINO EN CARTOOOOOON!

》¡Titititi- ti- ti- ti!《

Mueve las caderas de un lado a otro con las palmas hacia arriba.

》¡Pibes chorros! ¡Y dice!

¡Eh!

¡Eh!

¡Eh!

¡Eh!

¡Eh!《

La morocha dejó su canto por la mitad y de usar sus manos como pistolas apuntando hacia arriba, al haber escuchado unos golpes en la puerta de su habitación. Se acercó con pasos normales hacia ella y la abrió, encontrándose a un chico un poco más alto que ella, de cabellos castaños, sonrisa ladina y ojos rojos llenos de diversión.

—Hola.— sonrió Paola.— ¿Querés un vino en cartón?

—No.

La morocha hizo un puchero.

—Que ortiva loco.— respondió.— Entonces si no querés vino, ¿pa' que estas acá?

—Es hora de comer.

—¿Comida?— frunció el ceño.

— Si, anda vamos.— giró sobre sus talones, yéndose por un pasillo. La morocha no dudó ningún segundo en seguirlo, cerrando detrás suyo la puerta.— por lo que escuchamos ayer... ya sufriste por mano propia el don de Jane.— se burló el vampiro.

—¿Jane?

El vampiro la miró confundido y dijo.

—Jane es la que te torturó ayer.— le respondió.— tus gritos de dolor se escucharon por todo el castillo.

—Ohh...— abrió la boca en O.— hablas de la rubia amargada que tiene cara de oler mierda.

El vampiro rió a carcajadas al escuchar la descripción de la morocha.

—Exacto.— sonrió burlón.

La latina solo se encogió de hombros y dijo.

—No me da miedo...— respondió sinceramente.— puede que su don, como le dicen, es súper doloroso pero... si ella no lo tuviera... ¿Sería igual de peligrosa?

Latina {Jane Vulturi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora