En lo que hoy es conocido como la Luna, hace casi cinco mil millones de años y antes de que comenzara a contarse el tiempo de existencia de esta y de la Tierra, existió el Reino del Resplandor eterno. Este reino era próspero, hermoso, lleno de bellas construcciones hechas de un material duro, transparente y brillante que hacían que emitiera un bello resplandor y de ahí su nombre.
Los habitantes de este lugar eran muy parecidos a los humanos, sin embargo tenían ciertas características que los diferenciaban; por ejemplo, al momento de nacer y hasta alcanzar la adultez, su desarrollo era igual pero una vez que llegaban a su tope de madurez física, ellos envejecían muy paulatinamente, teniendo una longevidad de miles de años. Otra diferencia es que no necesitaban a otro para poder reproducirse. Ellos mismos, cuando lo desearan podían llegar a hacerlo pues tanto ellos como ellas podían concebir aunque solamente una vez en su vida. Quizá una de las mayores diferencias estaba en el interior de su alma, pues estos seres no conocían de envidias, vanidad, mentiras u odio así que tanto el reino, como sus habitantes, resplandecían con la mayor pureza.
Por otra parte, en el planeta Tierra, existía el Reino Azul donde habitaban los humanos tal y como los conocemos, con las mismas características físicas, pero también albergando en su interior tanto sentimientos buenos como malos. Ambos reinos y sus habitantes convivían en paz y había forma de pasar de uno a otro a pesar de la gran distancia que los separaba en realidad. La única regla que existía para su convivencia era que no podían procrear entre ellos ni quedarse a vivir en el otro reino.
Un día, la princesa del Reino del Resplandor Eterno, se enamoró perdidamente del Rey del Reino Azul y aún sabiendo que estaba en contra de las reglas de su pueblo, se entregó a él y quedó preñada del mismo. La princesa a pesar de todo, estaba encantada de poder tener ese bebé, fruto de su amor, sin embargo, al comentarle al rey acerca de que sería padre, éste solamente la despreció y ella se sumió en un profundo dolor. Desdichada, fue con su padre el rey y comentó su situación, éste la perdonó por haber roto las reglas, pero el problema fue que ella, ya no era pura, ya no era como los demás habitantes, había quedado manchada y ahora era como los humanos, impura y capaz de envejecer como ellos, así que con todo el dolor de su corazón, tuvo que desterrarla y enviarla al Reino Azul donde vivió sumida en la tristeza junto a su hijo solamente treinta y ocho años.
El rey, proclamó una nueva regla donde todo habitante del reino del Resplandor Eterno, tendría prohibido cualquier nexo con el Reino Azul y así, hizo que destruyeran el pasaje que comunicaba ambos reinos para evitar que otro de los habitantes, tuviera el trágico destino de su hija. Al morir este, el reinado pasó a otra familia, pero continuaron con la misma regla y haciendo fama a los humanos de ser seres terribles a los que había que evitar a toda costa.
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Y aquí, mi gente bonita, otra historia. Esta vez no las hice esperar mucho para entregarles algo nuevo. Va a ser más de tono light y fantasía, pero igual escrita desde el fondo de mi corazón para todas ustedes esperado sea de su agrado. Ya saben que sus comentarios y estrellitas serán recibidos como muestras de aprecio con una sonrisa en el rostro.
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Amor transgresor.
FanfictionDicen que si miras la luna podrás sentir una paz indescriptible, pero también cierta nostalgia pues, a pesar de que hoy en día no hay nada en ese bello astro, esto no siempre fue así. En la luna, si observas con atención y luego cierras tus ojos...