Callejón sin salida

462 99 87
                                    

La ceremonia había dado comienzo. El ministro dedicaba algunas palabras sobre el matrimonio, el amor y la fidelidad -Si supiera que yo amo a alguien más y si estoy aquí es por un vil engaño- pensó el príncipe. Lalisa en cambio escuchaba con una gran sonrisa en su rostro imaginando lo grandiosa que sería su vida de ahora en adelante como princesa y luego reina consorte -Seré la envidia de todas las mujeres del reino- 

Jimin llegó corriendo al palacio y varios guardias fueron tras de él. Sabían que aquel chico no tenía permitida la entrada y mucho menos estaba invitado a la boda ¿Entonces por qué era que corría tan a prisa como si su vida dependiera de ello? -¡Alto! ¡Alto en el nombre del rey!- gritaba uno, pero el chico seguía sin aminorar la velocidad, tenía que llegar, debía hacer que Jungkook no se casara porque iba en contra de lo que él quería y además su padre le había hecho creer que celebrarían su cumpleaños -¿Cómo se atrevió a mentir a su hijo?- 

Al llegar al salón vio que la puerta también estaba siendo custodiada por guardias y se detuvo, volteó para tratar de ir por otro lado, pero los otros guardias que venían detrás también le dieron alcance. Estaba rodeado. 

-Joven Jimin, tenemos órdenes estrictas de no dejarle pasar- dijo uno de los guardias de la puerta quien luego suspiró -Y también se nos ordenó otra cosa, créame que no quisiera cumplirlo pues le estimo, pero son órdenes del rey- hizo un movimiento y los guardias restantes tomaron al chico por los brazos y lo guiaron hacia un pasillo lateral. El guardia principal entró al salón y fue rápidamente a algún lugar donde el rey pudiera verlo y le hizo una seña afirmativa ante lo que su majestad sonrió. 

La ceremonia continuó hasta el punto en que se le preguntó a Lalisa si deseaba casarse con el príncipe y ella aceptó. Continuó con el turno de él -Su alteza real Jungkook, príncipe del Reino Azul ¿Toma usted como esposa a Lady Lalisa?- preguntó el ministro. 

Jungkook sonrió de lado, había llegado el momento de hacerlos pasar la vergüenza de su vida -No la acepto- Expresiones de sorpresa se escucharon por todo el recinto y Lalisa volteó hacia él completamente pálida e incrédula -Me retiro- dijo él para dirigirse a la salida lateral que en ese momento fue abierta y dejó ver al rubio amordazado y amarrado de pies y manos con lágrimas corriendo por sus mejillas mientras una afilada espada casi le rozaba la garganta y luego la volvieron a cerrar sin que nadie mas que él, hubiera notado lo que había tras la puerta. 

-Creo que el príncipe estaba un poco nervioso, pero ha pensado mejor su respuesta ¿no es así hijo?- dijo el rey ante la mirada desencajada del joven quien no sabía si llorar de angustia o maldecir a su padre por lo que les estaban haciendo a él y a Jimin. 

Sintiendo que se iba a desvanecer en cualquier momento, regresó a su lugar junto a chica -Sí la acepto. Acepto a Lady Lalisa como mi esposa- 

El ministro sonrió -Siendo así, declaro que ustedes están unidos en matrimonio. Pueden besarse- dijo y la gente comenzó a aplaudir y vitorear. Jungkook apretó la mandíbula, levantó el velo de la chica dando un tirón que hizo que ella se quejara, estampó sus labios en los de ella por una milésima de segundo y se separó -Han logrado lo que deseaban- dijo a la chica y a su padre que se acercaba a felicitarlo. 

-Mi regalo de cumpleaños y boda para ti será poner a Jimin en libertad e ileso. Pero no te quieras pasar de listo Jungkook que si no, la próxima vez quizá no sea tan benévolo- explicó el rey en voz baja para que nadie escuchara. Así, conforme a lo dicho, fue a dar indicaciones a los guardias. 

Jimin fue soltado en el jardín del palacio, hecho un manojo de nervios tras la terrible experiencia. La señora Park, apenas se enteró, fue hacia él en cuanto pudo y lo acompañó a la habitación secreta un momento. Ambos se sentaron en la cama uno al lado del otro -Tranquilo, ya pasó, afortunadamente no le hicieron daño. Es una lástima que no haya podido impedir la boda, pero recuerde que solo fue una farsa. Usted siempre va a tener el amor del joven príncipe. Estoy segura de que él no se dará por vencido y seguirá luchando por estar a su lado-  

El chico, rompiendo cualquier protocolo, se dejó caer hacia su regazo sumido en llanto y la noble mujer comenzó a acariciar su cabeza de forma maternal y empatizando con él, enternecida por su reacción, pero también recordando a su difunto hijo. Después de unos minutos se fue -Tengo que regresar para coordinar lo del banquete, si no, tal vez sospechen algo- 

La celebración se llevó a cabo y comieron, bebieron y todos menos Jungkook, disfrutaron de la fiesta y la comida. Los invitados se fueron y al fin el matrimonio y el rey fueron dejados solos. 

-Todo está listo en la habitación que compartirán a partir de hoy. Vayan a su noche de bodas y mañana por la mañana saben lo que hay que hacer- la joven reverenció y Jungkook se dio media vuelta para comenzar a subir a su habitación y no a la que les habían preparado, llevándose la sorpresa de que ésta estaba cerrada y un sirviente que estaba por ahí le dijo que esas habían sido las órdenes del rey, pero que todo estaba ya acomodado en sus nuevos aposentos matrimoniales. 

Al entrar, la joven enrojeció enormemente y fue hacia su esposo -Por favor has que sea una noche especial para mi Jungkook- 

El joven negó y sonrió como si algo le hubiera parecido divertido -En primer lugar, para usted seguiré siendo Su majestad y en segundo lugar, ni piense que voy a tomarla- 

-¡Pero es su deber! ¡Tenemos que dar herederos al trono!- dijo alarmada y tratando de desatar su vestimenta. 

-Si gusta puede conseguir alguien más que la preñe. Yo no tengo inconveniente y le aseguro que le daría el trono a esa criatura. Pero conmigo no cuente para tal fin- La chica al fin desató la parte superior de su vestido y destapó su escote ofreciéndose a su marido -Cúbrase. No logra inspirar en mí nada. La única persona que inspira mis pasiones es Jimin- y diciendo esto salió del cuarto mientras Lalisa gritaba en frustración. 

Se escabulló rápidamente por el palacio y luego por el jardín hasta llegar a las bodegas y a la habitación secreta donde encontró al chico dormido hecho un ovillo en la cama. Se acostó a su lado y él despertó -Jungkook... viniste a verme... es muy peligroso- 

-Lo sé, pero mi padre quiere que pase mi noche de bodas con Lady Lalisa y eso no va a pasar- le acarició una mejilla -¿Recuerdas que en la mañana me dijiste que me darías lo que yo pidiera como regalo de cumpleaños?- el rubio asintió -Pues bien, te quiero a ti. Quiero tenerte, deseo que mi primera vez sea contigo, con la persona que amo- 

-------------------------

Yeaaaaah mi gente, vamos a tener a los chicos comiendo ramen en el próximo capítulo. Wiiiii 




Amor transgresor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora