Llegaron a la habitación secreta. Jungkook se tiró en la cama con sus brazos sobre su cabeza soltando un suspiro -Ah. Eso no estuvo bien, lo sé, pero no podía quedarme callado. De verdad me enoja el no haber tenido ninguna opinión respecto a mi futuro y la persona con quien desearía casarme-
Jimin lo miraba aún de pie -Pensé que tu padre vería que aquello que hizo no es de tu agrado y te liberaría de Lady Lalisa- se cruzó de brazos -Me preguntó qué opinión tenía de ella y me contuve de decirle que a pesar de ser muy bella, me da algo de miedo y preferiría no tener que verla pero sobre todo, no me agrada que esté contigo-
Se sentó sobre la cama y miró con una sonrisa cómplice -¿Estás celoso Jimin?- se veía adorable.
-¿Celoso? ¿Qué es eso?- preguntó el chico quien apenas terminó de pronunciar esas palabras fue besado en sus hermosos labios.
-Es cuando no quieres que la persona a la que amas pase tiempo con otra- explicó con una sonrisa y lo volvió a besar.
-¿Eso es lo que siente Lady Lalisa entonces? Porque siempre se molesta cuando me ve contigo... ¿Ella siente amor por ti también?-
-Ella no me ama, dice que lo hace, pero estoy seguro de que solamente es un capricho. Sí está celosa, pero es que nadie quisiera dejar pasar la oportunidad de estar con un príncipe tan bello como yo- dijo presuntuoso pero luego negó con su cabeza -Lo siento, no quería sonar arrogante-
-Pero solo dices la verdad. Eres muy bello Jungkook- sonrió y enrojeció, sintiendo de nueva cuenta esas cosquillas en su pecho que tanto le gustaban.
-Tú lo eres mucho más, mi hermoso Jimin. Haces que el brillo del sol se sienta opacado- acarició su mejilla, su cabello, sus labios pero luego recordó que todo esto que sentía, no podía ser y su semblante se oscureció -Quedé de explicarte el por qué te solicitaba no decir nuestros sentimientos a mi padre... Verás, es algo muy complicado. Esto que sentimos tú y yo, no debería de ser, no deberíamos sentir amor... -
-No entiendo, me dijiste que el amor era un sentimiento bueno, pero luego me pides que lo oculte y que no está bien sentirlo- las cosas que sentían los habitantes del Reino Azul eran demasiado variadas y complejas y ahora, que él también sentía algunas de estas, lo abrumaban.
-Ehm... Jimin, tú provocas cosas en mí que se esperaría yo sintiera por una mujer. No debería besarte, no debería sentir que eres lo más hermoso que han visto mis ojos, no debería... desearte- enrojeció en demasía al pronunciar la última palabra.
-¿Es decir que piensas que soy una mujer?- creía que estaba claro que era un chico después de todo ese tiempo.
Frunció el ceño -No, estoy plenamente consciente de que no lo eres y ahí radica el problema. Tú sabes, a los hombres nos deberían gustar las mujeres, es por eso que me tengo que casar con Lady Lalisa, para procrear un heredero al trono-
El rubio parecía no comprender nada de lo que se le decía, como si le estuvieran hablando en un idioma completamente diferente -¿El casarte no quiere decir que solo va a venir a vivir a tu casa?- él pensaba que solo era eso -¿Qué es eso de procrear?-
No sabía si reír o enfadarse por la inocencia del príncipe -El casarme es para poder tener bebés con ella-
-¿Es decir que ustedes necesitan de otro para poder concebir? Yo siempre pensé que tu padre te había concebido, así como mi mamá a mí-
-No, yo tuve una mamá y ella me llevó en su cuerpo... los hombres no pueden tener bebés- era totalmente ilógico ¿Qué Jimin no iba a la escuela? Eso todos lo sabían.
No era que el rubio desconociera del tema, sino que para él, las cosas eran muy diferentes. -Sí que podemos. La gente en mi reino, tanto hombres como mujeres, podemos concebir. Cada uno, es libre de poder hacerlo cuando desee, cuando crea que es el momento adecuado pero solo una vez en su larga vida- explicó con detenimiento.
Se sorprendió en demasía, en todos los libros que le había prestado en estos años, no había nada al respecto, eso era increíble. El chico podía ser capaz de tener hijos. Una imagen de Jimin con un abultado vientre cruzó por su mente -Te verías maravilloso-
Durante ese tiempo, el rey se puso a pensar en las palabras de Jimin y su hijo -Tal vez si Jungkook conociera a más mujeres... quizá encontraría a alguna que le gustara más que Lalisa y si eso sucediera, por supuesto consentiría el cambiar a su prometida- luego analizó que igualmente, solamente había convivido con Jimin y era su único amigo porque no conocía a más jóvenes de su edad -Sí, ha de ser por eso que desea siempre estar con él y le tiene muchas consideraciones, no por la aberración que me estaba imaginando-
En unos momentos, mandó llamar a sus consejeros reales y les informó que se llevaría a cabo una fiesta por el próximo cumpleaños del príncipe, pero que en esta ocasión, la celebrarían invitando a todos los jóvenes del reino. Redactó un edicto y un equipo de mensajeros fueron enviados rápidamente a las plazas principales de todo el reino para informar de dicho evento.
Tras algunos meses de preparación, el día del magno evento llegó. Su majestad avisó a su hijo la noticia de que todos y cada uno de las y los jóvenes del reino estarían invitados a celebrar con él su decimo séptimo aniversario -Hijo, deseo que pases un muy buen momento, olvida que estás comprometido con Lady Lalisa. Si ves a alguna otra chica que capte tu atención, dime. Puedes cambiar de prometida así no sea una noble. Tienes mi permiso y mi apoyo- Jungkook sonrió y reverenció asombrado, pero también conmovido porque su padre, a su forma, había cedido y aceptado un poco su error.
El chico fue corriendo a contar la noticia a Jimin -Eso significa que no está empecinado en que sea Lady Lalisa quien se case conmigo como yo había supuesto. Puedo cambiar de idea acerca de quién quiero que sea aquella persona- sonrió -Quizá hasta pudiera decirle que deseo que seas tú- lo besó.
Más tarde, Jungkook llevó a Jimin un traje de gala para que lo usara en la fiesta a la que por supuesto estaba más que invitado -Es una lástima que sea un traje mío de hace algunos años, me hubiera encantado que te hicieran uno muy especial y a la medida. Vamos, pruébatelo, yo...- le iba a decir que le dejaba solo para que se cambiara, pero el chico ya había comenzado a quitar sus ropas como muchas veces antes lo había hecho, sin embargo, esta vez fue diferente. Esta vez, al ver sus estilizadas piernas y su torso desnudos, el cuerpo del príncipe pelinegro reaccionó. Atinó a cubrirse un poco y dar la vuelta de tal manera que él no notara el tremendo enrojecimiento en su rostro y qué decir de aquel bulto en su entrepierna.
Jimin percibió que algo le sucedía -¿Qué pasa? ¿Te duele algo?- el chico se acercó serenamente a él y lo abrazó por la espalda.
Sintió su calor, su cuerpo pegado al suyo... no lo podía soportar, pero debía hacerlo, no podía sucumbir ante sus deseos carnales -¡No, suéltame Jimin!- le gritó y se separó de él rápidamente.
-Jungkook ¿Por qué?- ¿Qué sucedía? Se volvió a acerar para abrazarlo y recibió un pequeño golpe con el codo y el brazo -¡Que te quites!- escuchó y se quedó pasmado.
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Esta vez no tardé nada en actualizarles mi gente lectora. Besos, lindo sábado.
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Amor transgresor.
Fiksi PenggemarDicen que si miras la luna podrás sentir una paz indescriptible, pero también cierta nostalgia pues, a pesar de que hoy en día no hay nada en ese bello astro, esto no siempre fue así. En la luna, si observas con atención y luego cierras tus ojos...