Diferente a lo real

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El cumpleaños de Jungkook se acercaba y el rey volvió a hacer una invitación a la celebración que se realizaría para honrar al joven príncipe, pero esta vez, solo las personas de la nobleza podrían estar presentes. El chico sabía que se realizaría un festejo, pero no sabía la magnitud de este ni quienes serían los invitados pues otro de los designios del rey era que mantuvieran todo en secreto a su hijo. 

-Se acerca mi cumpleaños dieciocho...- comentó sentado en una barca con la que paseaban por el lago. 

-Lo sé. Y también sé qué significa eso ¿Cómo te sientes?- preguntó el rubio quien a su vez ponía la mano en las del otro, al notar su aflicción. 

-Me siento mal. Nervioso, apesadumbrado... cada vez faltará menos para que tenga que casarme y no sé cómo voy a poder salir de esa. Tú sabes que he intentado desde hace tres años el que todo eso se cancele, que mi padre me deje ser feliz y quizá lo hubiera logrado de no ser porque sucedió lo de su enfermedad... Eso también me preocupa y entristece- suspiró y bajó la cabeza. 

Jimin se acercó un poco más, no podía ir a su lado o totalmente frente a él pues podría hacer que la barca se desestabilizara y acabaran volcándose en el lago. -Jungkook... no me gusta verte triste. Quisiera poder hacer algo para ayudarte ¿Qué tal si vienes a mi reino a vivir?- 

Sonrió ligeramente -No es algo que pudiera hacer, no estaría bien simplemente huir, tengo que enfrentar esto y además, estaría fallándoles a las personas del reino, a mi padre y a mí mismo- 

El otro asintió -Tienes razón, fue algo muy tonto de proponer- 

Se acercó rápidamente -Tú no eres tonto. Eres el ser más inteligente y virtuoso que...- y acabaron en el agua. Ambos salieron a la superficie riendo cual niños pequeños y tras voltear de nuevo la barca y trepar, remaron a la orilla -Hace algo de frío, nos vamos a enfermar, será mejor que vayamos...- 

-¿Qué vayamos a dónde?- dijo el menor quien ya se había quitado la parte superior de la ropa mojada dejando ver su cuerpo -¿Y ahora qué te pasó?- 

Jungkook se había quedado de piedra -¡Jimin, no hagas eso!- le puso encima el mantel que había usado la señora Park para cubrir las viandas tratando de no verlo. 

-Gracias...- sonrió y luego apreció a Jungkook -Pero tú igual estás todo mojado, deberías sacarte tus prendas o si no, quizá enfermes como dices ¿Qué tienes ahí?- 

Los ojos del pelinegro se abrieron y se alejó esquivando la manita del menor que iba directo a tocar la parte de su anatomía que ahora estaba elevada y que la ropa mojada hacía que se notara mucho más -Regresa a la habitación secreta Jimin. Nos vemos mañana...- y él echó a correr dejando al otro sumamente confundido. 

Los días subsecuentes todo sucedía con normalidad hasta que, el día previo al cumpleaños de Jungkook, Lalisa estaba más engreída pero al mismo tiempo feliz por alguna extraña razón -¿Se puede saber qué la tiene de tan buen humor Lady Lalisa?- 

-Que mañana es su cumpleaños ¿le parece poca cosa?- sonrió pero algo le dijo al chico que algo más ocultaba debajo de esa fachada. 

El rey lo mandó llamar -Como sabes, mañana se dará una fiesta en tu honor. En tu alcoba ya están los sastres reales para probarte tu traje por si hay algún cambio que hacerle, aunque creo que no será necesario pues son muy diestros en su labor. Ve a probarlo- y así hizo. 

Cuando amaneció, Jimin esperaba en la habitación secreta como Jungkook había solicitado al haber mucha gente rondando por todo el palacio debido a la fiesta. Una vez que el príncipe llegó, Jimin habló -No supe qué regalarte esta vez pero puedes pedirme cualquier cosa y trataré de complacerte- sonrió convencido. 

Esas palabras sonaban a una gran tentación pero no se atrevería a pedirle algo inapropiado -Después vemos. Por lo pronto, el verte y que seas la primera persona con quien inicie mi cumpleaños me hace muy feliz. Es una lástima que esta vez no vayas a poder asistir a la fiesta, pero me la pasaré pensando en ti y en lo mucho que te amo y en cuanto pueda, me escaparé y te vendré a ver-

Esta vez no tuvo cita con Lady Lalisa pues ella también se tenía que arreglar para el evento así que fue a su alcoba encontrándose a su padre en el camino -Felicidades por tu cumpleaños, hijo. Verás que te espera una gran sorpresa en la noche, me encargué de que todo esté en orden para ello. Supongo sabes que Jimin no está invitado a esta, pero habrá vigilancia por si se le ocurriera llegar a aparecerse, así que quizá sería bueno que le pudieras advertir- 

-Eso es una amenaza directa- el rey sonrió -Solamente le recuerdo lo que le dije respecto a qué pasaría si le llega a hacer daño a Jimin- 

-Por eso querido hijo, espero nunca volver a verlo- se acercó a él y bajó su voz a un susurro -Así como tú cumplirías tus promesas, yo también sé cumplir las mías-

La noche llegó y como bien habían previsto, la gente fue arribando al castillo y todos eran escoltados a un salón del palacio donde bancas estaban acomodadas en dos hileras, dejando un largo pasillo entre ellas. 

Sirvientes vistieron y arreglaron a Jungkook muy elegantemente, algo le decía que demasiado y un mal presentimiento se hizo presente mientras bajaba de su alcoba hacia el salón del evento. Guardias abrieron la puerta y la gente se puso de pie respetuosamente. Se quedó estático y luego volteó hacia atrás, no podía creer lo que veía; Ataviada con un gran vestido blanco, su rostro cubierto con un velo y sosteniendo un gran ramo de flores, estaba Lady Lalisa con su padre. 

-Feliz cumpleaños su majestad. Le entrego la mano de mi hija esperando sean felices en su matrimonio- dijo el hombre y la chica dio un paso modosamente. Ella fue quien tomó la mano de Jungkook al ver que él no movía ni un músculo y la orquesta comenzó a tocar -Hay que caminar por el pasillo su majestad. Creo que se podrá haber dado cuenta que no hay escapatoria. Todo fue planeado por su padre y por mi ¿no cree que fuimos muy hábiles?- dijo muy bajo para que solo él le escuchara. 

-Son unos desgraciados- se quejó entre dientes. Jugaría con ellos un rato y luego se largaría de ahí dejando a Lalisa plantada y a su padre con el coraje de no haberle ganado la partida. Se iría con Jimin apenas se diera la oportunidad. 

En las cocinas, la señora Park daba los últimos detalles al banquete que se serviría, muy contenta por los resultados. De pronto una de las ayudantes de cocina llegó corriendo muy sonriente -¡Es la boda! ¡El banquete que hicimos será para la boda de su majestad! Acabo de ver a Lady Lalisa con su vestido de novia entrar al salón. 

La cocinera dejó caer la charola que sujetaba y salió de la cocina lo más rápido que le daban sus piernas hacia la habitación secreta -¡Joven Jimin, abra, es urgente!- gritó apurada y el rubio abrió la puerta que se cerró inmediatamente al pasar la señora -¡Es la boda! Todo fue un engaño, el rey no hizo una fiesta de cumpleaños sino la boda del príncipe. ¡Tiene que detenerlos!- y al decir esto, el rubio abrió de inmediato la puerta para ir a impedir esa ceremonia.  

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¿Cómo ven? OMG chan chan chan. 



  





Amor transgresor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora