-No, no puedo ir. Tengo que regresar a mi reino, seguramente me siguen buscando- y además no deseaba quebrantar la más sagrada de las leyes.
El niño lo soltó -Yo que pensaba que juntos podríamos tener muchas aventuras y quería enseñarte las flores y muchas cosas de mi reino... pero bueno, también no sería buena idea ir así. Luces muy... diferente-
Jimin se miró a sí mismo -Así se ve la gente de donde yo vengo, todos somos rubios y usamos ropas blancas. Aunque mis zapatos los dejé fuera de la fuente donde me metí para evitar se mojaran-
Jungkook sonrió -Entonces traeré unas ropas para que te las pongas otro día que vengas a visitarme. Porque espero lo hagas, sabes, aquí no tengo nadie con quien hablar o jugar, solamente están mis tutores, sirvientes y mi padre y por supuesto, no es que pueda hablar mucho con él tampoco- terminó de decir con algo de tristeza.
-¿No hay niños en tu reino? En el mío hay muchos y todos vamos a la escuela y jugamos juntos- dijo el chico con algo de pena por el otro príncipe.
-Sí que los hay, pero ellos conviven con los de su clase, yo soy el príncipe y no puedo estar con ellos. Según dice mi padre, no son iguales a mí...- suspiró -Los adultos dicen cosas sin sentido algunas veces-
El niño sin darse cuenta asintió -Apenas hoy me preguntaba sobre por qué decían que los habitantes de tu reino son todos malos solamente por lo que sucedió con la princesa de mi reino. Si supieran que estoy hablando contigo, seguramente pedirían que me alejara porque eres malo, aún sin conocerte-
-¿Así que eso dicen de nosotros? No todos somos malos, hay gente buena, mucha... yo no he conocido a nadie malo aunque es cierto que lo que hizo el antiguo rey a tu princesa no estuvo bien. ¡Pero solo fue él! Ush y por su culpa ahora en tu reino nos dicen malos- el príncipe frunció su entrecejo en clara molestia.
-¿Qué tienes? ¿Por qué de repente tu frente se arrugó?- lo miró confundido ladeando un poco su cabeza ante algo incomprensible para él.
-Estoy enojado. Por eso que dicen de nosotros en tu reino ¿Qué no sabes lo que es estar enojado?- al recibir un movimiento de cabeza negativo continuó explicando -Es cuando sientes que algo no está bien o en este caso, porque están diciendo una mentira...-
-¿Qué es una mentira?- preguntó el más joven a lo que ahora el otro fue el sorprendido.
-Una mentira es cuando no dices la verdad- explicó -No sé si sea porque eres muy pequeño o porque de verdad los de tu reino son demasiado buenos el que no entiendas estas cosas- le acarició un poco el cabello mientras le sonreía -Regresa Jimin. Mañana a esta misma hora, te estaré esperando aquí con las ropas para que podamos salir a pasear-
Le sonrió de vuelta y se despidió de él para regresar a su palacio por donde había entrado. Salió a la fuente, tomó sus zapatos y echó a correr al interior del castillo donde su madre y algunos niños lo seguían buscando preocupados.
-Jimin ¿Dónde estabas? Llevan una hora buscándote pensamos que algo te había sucedido- dijo su madre brindándole un abrazo tras la preocupación.
-Estoy bien, solamente me escondí y...- no podía decir dónde había estado, le prohibirían regresar a ver a Jungkook -Y no me di cuenta que había pasado mucho tiempo. Lo lamento-
Al día siguiente después de clases los niños se disponían a jugar de nuevo en el palacio y obviamente contemplaron a Jimin para jugar con ellos, pero él se disculpó y dijo que tenía otra cosa que hacer, lo que era cierto. Fue a la fuente, bajó al cuarto, abrió la puerta del espejo y ahí estaba Jungkook con una enorme sonrisa y sosteniendo varias telas de colores opacos.
-Toma, ponte esto y vamos a jugar- le dijo animado.
Jimin se comenzó a desnudar y cambiar sus ropas con total libertad y sin ningún pudor, así como cualquier niño y Jungkook le pasaba las prendas sin reparar en nada que no fuera que se las estuviera poniendo bien y que hubiera atinado a la talla correcta. Al fin al estar listo, le pasó la última prenda, un gorrito que le puso en la cabeza y metió lo más que pudo de su cabello rubio en este -Para que no se note tanto. Aunque aquí hay gente también rubia-
Fueron a los jardines del palacio y Jimin quedó maravillado con todo lo que vio ahí, todos los colores, los olores, todo era hermoso, nunca había visto nada de eso en su monótono pero brillante reino hecho de diamante -¿Qué es eso que se mueve y emite sonidos en esos pilares opacos con cosas arriba?-
Jungkook rió por la descripción -Se llaman pájaros y está sobre un árbol, de esos árboles se saca la madera para las fogatas, los muebles y muchas cosas... ambos están vivos y los respetamos, por eso, solamente usamos los árboles que son necesarios y a los pájaros los dejamos en libertad-
Continuaron caminando por el jardín y encontraron un lago con peces y más aves por doquier, el joven príncipe del reino Azul explicaba gustoso a su igual. Cuando llegó la hora de partir, Jungkook le regaló una maceta con una planta a Jimin -Toma, es un regalo para ti. Solamente tienes que ponerle agua de vez en cuando, si quieres yo te ayudo a cuidarla, la puedes dejar en la habitación para que nadie la vea... Será otro secreto que compartiremos-
Cambió de nuevo a sus ropas blancas y al regresar al palacio directo a su habitación, todo le pareció sombrío a pesar de que resplandecía a su alrededor. Le había gustado mucho el pasto, las aves, los árboles, el lago, todos los bellos colores -Aquí en mi reino, todo es igual, nada tiene color, todo transparente, hasta la gente es igual, vestimos igual. ¿Por qué no podemos tener todo lo que tienen allá?- dijo con algo de frustración. Sin saberlo, estaba experimentando la envidia.
Ir al reino Azul se había vuelto algo que hacía ya diario, algo tan necesario como respirar. Le gustaba estar ahí y además le gustaba estar con Jungkook. Era muy amable, divertido, muy inteligente y le gustaba explicar su mundo y todas las emociones desconocidas para él. Pasó una semana y nadie los había visto, pero un día uno de los asesores del rey los vio jugando a perseguirse en uno de los jardines.
-Su majestad ¿Qué hace este niño aquí? ¿Quién es?- dijo el hombre y los niños dejaron de jugar de inmediato. Jungkook fue al encuentro del asesor seguido de Jimin, pero en un acto de protección, hizo que se pusiera detrás de él.
-Él es mi amigo y es mi deseo seguir jugando sin ser interrumpido- dijo con tono de mandato a pesar de que se estaba dirigiendo a un mayor lo que sorprendió al otro niño.
El hombre tomó aire, enchuecó un poco la boca y asintió -Como usted diga- y se fue aunque poco después descubrieron a dónde pues venía de regreso acompañado de dos guardias y el rey.
Nuevamente ambos niños tuvieron algo de temor de que los fueran a separar pero esta vez Jungkook tomó a Jimin por la mano a la vez que reverenciaba a su padre y el otro le copiaba.
-Padre ¿Podríamos hablar solos? Le explicaré, pero solamente usted puede escuchar lo que tengo que decir- Su Majestad el rey movió su mano y tanto guardias como el asesor se marcharon.
-¿Y bien Jungkook? ¿Quién es este niño y por qué está en el palacio?- inquirió con severidad.
-Es mi amigo. Por favor deje que se quede, es bueno. No tengo nadie con quien jugar- pidió apesadumbrado por la posibilidad de que otra vez tuviera que quedarse solo.
-Hijo mío, sé que no hay gente con quien juegues como los niños de tu edad, pero toma en cuenta que eres la majestad. No puedes estar con otros que no sean de tu estatus y por supuesto, no existen otros niños en la corte- explicó
El príncipe sonrió esperanzado -De ser así, no sería problema alguno que él sea mi amigo. Verá padre... él es el príncipe Jimin del Reino del Resplandor Eterno-
Jimin asintió e hizo una reverencia con formalidad ante la mirada atónita de su majestad.
------------------------------
Nuevo capítulo, con mucho gusto. Gracias por leer.

ESTÁS LEYENDO
Amor transgresor.
Fiksi PenggemarDicen que si miras la luna podrás sentir una paz indescriptible, pero también cierta nostalgia pues, a pesar de que hoy en día no hay nada en ese bello astro, esto no siempre fue así. En la luna, si observas con atención y luego cierras tus ojos...