❝𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝑷𝒓𝒐𝒎𝒆𝒔𝒂❞ [𝘔𝘰𝘯𝘬𝘦𝘺 𝘋. 𝘓𝘶𝘧𝘧𝘺 𝘺 𝘵𝘶́]

027

¡Nueva Nakama, Nico Robin!
¡Momentos de paz!

—Solo son tres barcos —murmuró Zoro preparándose para pelear.

—No tenemos más opción —siguió Sanji.

—¡Bien, vamos!

Justo cuando iban a pelear estos se tropezaron con las lanzas que había recolectado Nami.

—¡¿Qué rayos?!

—¿Ah? ¿Eso? Usopp dijo que lo guardáramos porque tal vez podría sernos de utilidad.

—¡Estorban! 

—¡No lo necesitamos!

—¡Oh, _____! ¡Eres genial! —animó Luffy ignorando este inconveniente con las lanzas, mirando como su enamorada detenía más de estas, apoyándose del borde del barco mientras que extendía sus manos creando otra red.

—M-Mierda —murmuró a nada de caerse.

Sus ojos se abrieron ante esto, tratando de sujetarse del borde del Going Merry fracasando en el intento, sin embargo, alguien logró sujetar su mano antes de que cayera al agua.

—¡Luffy!

—¡Te tengo! —musitó sonriente jalándola para poderla subir al barco.

—Acabemos con esto de una vez.

Extendió su mano hacia el barco y apretó su puño, viendo como empezaban a explotar uno por uno. Zoro sonrió aliviando ante tal hazaña, dejando ver a la apostadora sentarse en el suelo agotada.

—Buen trabajo —elogió el espadachín mirando a su amiga.

—Esto agotada.

—Sea como sea logramos quitárnoslo de encima ¿No? —Zoro obtuvo como respuesta varias quejas—. Oigan... ¿Y esa respuesta tan desanimada? ¡_____ nos hizo un favor acabando con la gran mayoría!

—¡La extrañamos!

—¡Dejen de llorar! ¡Si no querían separarse de ella la hubieran traído a la fuerza!

—¡Ah! ¡Que salvaje! —se quejó Chopper mirándolo.

—¡Eres lo peor! 

—Marimo.

—Santouryuu.

—Espera, Luffy, Santouryuu no es un insulto.

Nota: Técnica de cuatro espadas

—______ ¿No te sientes triste? 

Nami la miró con lágrimas en sus ojos.

—Por supuesto pero, debemos respetar su desición —contestó colocándose de pie con ayuda de su mejor amigo.

—Por fin salimos de esa isla —interrumpió la voz de una mujer con tranquilidad.

—Sí...

—Buen trabajo, apostadora.

Fijándose de quien se trataba todos se alteraron obligando a Zoro y a _____ a prepararse para pelear en cualquier momento.

—¡¿Viniste a vengar tu organización?! —interrogó el espadachín— ¡Nosotros seremos tus oponentes!

—¡¿Qué hace aquí?!

—¡Ataque de enemigo! ¡Ataque de enemigo! —alertó Usopp llorando del miedo.

—¿Quién es? —cuestionó Chopper curioso.

—Da igual quien sea ¡Es una chica hermosa!

Con cuidado se acercó a la apostadora y la obligó a bajar su mano, usando su habilidad para quitar las armas que la apuntaban.