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¡Nami está enferma!
¡La apostadora ha sido herida!

—Oye ____, es obvio que yo gané ¿No? 

Zoro esperó ansioso la respuesta.

Tanto él como Sanji estaban discutiendo a ver quien había cazado la bestia más grande. La apostadora los miró y luego siguió abrochando los botones de su camisa.

—No me interesa 

Se colocó su saco.

—Aunque, tengo hambre —agregó.

—¿No pueden dejarlo en empate? —preguntó Vivi colocándose al costado de ______.

—En las competencias no hay empate

—¡Apúrense! 

Acelerando el paso, picando la carne y colocándola en el barco, empezaron a navegar, siguiendo recto por el rio. En eso, la pirata con cicatrices alzó su vista, percatándose como Vivi tenia su mirada fija en ella.

Dudosa le devolvió la mirada.

—¿Tengo algo en el rostro?

Preguntó con seriedad.

—¿Ah? No nada, solo estaba pensado —desvió la mirada.

Guardó silencio unos segundos para luego decir: —Llegaremos a Arabasta. No te pasará nada

Sonrió de labios y Vivi asintió

—Gracias

En eso, _____ bajó las escaleras y le dio un zape a Zoro con intenciones de molestarlo.

Los dos gigantes se colocaron al final del rio mirando al mar.

Ambos con sus armas y capas, con su rostro totalmente serio, dejando que los piratas los miraran dudosos.

—Ustedes lucharon para proteger nuestro orgullo y esa chica apostadora nos curó —habló Dorry.

—Por lo tanto, sin importar lo formidable que sea el enemigo —siguió Brogy.

—No dejaremos que destruya el orgullo de nuestros compañeros

—¡Confíen en nosotros y sigan derecho! ¡Pase lo que pase sigan derecho!

Saliendo de aquella isla con éxito, tanto Usopp como Luffy estaban fascinados con los gigantes, mientras que Nami se recostó del palo de la bandera y se sentó cansada, por lo que Vivi se sentó a su lado para acompañarla.

—¡2603! ¡2604! ¡2605! 

_____ se acercó a donde estaba Zoro, el cual estaba sin su camisa con sus músculos llenos de sudor, además de cargar grandes pesas, entrenando sin parar ya que sus piernas habían sido curadas por su mejor amiga.

—Esos músculos —musitó la apostadora acercándose.

—Si hubiera podido cortar esa cera —trató de respirar—. No le hubiera causado problemas a nadie

—Hey, no te sobre esfuerces, recuerda que se puede abrir la herida de tus piernas nuevamente, idiota —advirtió.

En eso, se acercó de a poco a su amigo.

—No molestes, _____

Sin dudarlo, le dio un fuerte golpe en su abdomen, esto le dio risa a Zoro, causando que soltara sus pesa.

—Que ternura —dijo con sarcasmo— ¿Un abrazo?

—Ew, no —contestó alejándose, aunque este logró atraparla y abrazarla, llenándola de sudor—  ¡¿Donde están tus putas espadas?! 

❝𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝑷𝒓𝒐𝒎𝒆𝒔𝒂❞ [𝘔𝘰𝘯𝘬𝘦𝘺 𝘋. 𝘓𝘶𝘧𝘧𝘺 𝘺 𝘵𝘶́]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora