Segunda Ronda en Holanda.
Al siguiente día desperté sin poder levantarme de la cama. Mi padre tuvo que masajearme ambas piernas y colocarme hielo y gel. Me vendó el hombro con una faja, ambos muslos y tobillos. No dijo ni una sola palabra.
Y ahora que tengo los músculos fríos, apenas puedo respirar sin sentir que se me traba la respiración en el abdomen del dolor que siento. Absolutamente cada parte de mi cuerpo parece estar en crisis.
―Puedes insultarme si quieres ―le dije a mi padre con voz ronca, incluso hablar me cuesta.
―Creo que con el dolor que estás sintiendo, las palabras sobran. Aprendiste la lección, supongo, tanto mía como de Jagger.
No pude comer ni bañarme en todo el día, me mantuve acostado y durmiendo hasta llegada la noche. Mi padre me dejó descansar a oscuras.
―Lo siento ―dije cuando pude levantarme en plena madrugada y me encontré a mi padre en el medio de la habitación viendo un partido de tenis de Slash mientras anota cosas en su libreta―. Sé que sigues enfadado.
Desvió su vista del televisor, dejó la libreta sobre la mesa y me miró de arriba abajo.
―Axl, cuando digo que te pareces a tu madre por lo terca y estricta, en realidad estoy mintiendo. Tienes mezcla de ambos. Y eres mejor que ella, y mejor que yo. Quieres ganar a toda costa, incluso cuando los números no te benefician, en eso te pareces a ella, y llevas todo al límite, en eso te pareces a mí, pero sabes dónde parar, dónde respetarte a ti mismo y a tu adversario. Eso no lo tienes de nosotros, solo te nace a ti.
Mis ojos se llenaron de agua.
―Eres frío como ella, pero tienes un lado humano que ella no. Eres bueno como yo, pero no eres tonto como yo. Y todo esto, y miles de virtudes más, te convertirán en el mejor del mundo. No tienes defectos. Y no lo digo porque soy tu padre, lo digo porque también fui jugador, y la forma que tú observas el juego, lo analizas, lo enfrentas y lo ganas, es inhumano. Ni yo ni nadie ve al tenis como lo haces tú. Serás el más grande de todos, y yo nunca podré estar enojado contigo. Te quiero, hijo.
Me hundí en un abrazo desesperado a él, y lloré apoyando mi rostro sobre su pecho.
Extrañaba sentirme protegido en los brazos de mi papá.
Esa noche compartimos una cerveza mientras mirábamos el partido de Slash y David Myson.
Me puso los vellos de punta al ver aquel juego por el pase a cuartos de final. David Myson ha sido el mejor jugador en puesto uno durante diez años seguidos, y ahora aquí estoy, viéndolo perder contra un jovencito de diecisiete años que adivinó todas sus estrategias.
Slash es una máquina.
Baila en la pista, corre de un lado a otro sin siquiera agitarse, explota en duros pelotazos hasta lesionar el brazo del oponente. Es como una mezcla de todos los estilos de cada tenista unido en una sola persona.
Sé que no estoy a su nivel, no podré superarlo. Pero lo estaré. Y este torneo me servirá de motivación.
Mi padre sabe, en sus pensamientos, lo que estoy pensando yo, por lo que dice:
―Mañana tienes partido después de la cena. Eres el último en jugar, así que, en lugar de entrenar, contraté un terapeuta físico para hacer terapia de piernas y hombros, necesitas recuperar tu cuerpo, no explotarlo en entrenamiento.
―Estoy de acuerdo ―respondí.
Mi padre se sorprendió, no esperaba aquella respuesta, pero tiene razón. Apenas puedo caminar y hablar, menos podré correr y jugar. Haré lo que sea para recuperarme.
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Hasta el último set (Slaxl)
FanfictionHASTA EL ÚLTIMO SET. Siempre supe lo que tenía que hacer. De niño, de adolescente, de adulto y ahora. Jamás ni en un millón de años creí que conocería a alguien como él. Carismático, eléctrico, magnético, auténtico. Pero lo conocí. Acompaña a Axl R...