Hasta el último set (Slaxl)

34. Wimbledon: final contra Nadal

34.

Wimbledon: final contra Nadal.

―Axl Rose es uno de los jugadores con menos Fair Play en el mundo ―dice Prince frente miles de periodistas en su conferencia de prensa―. Me tomo muy en serio el juego limpio y la deportividad. Él no lo hace. Coquetea con mi hermana, como si yo no pudiera darme cuenta.

―¿Señor Waters? Disculpe pero ―dice una periodista―. ¿Es anormal que alguien quiera coquetear con su hermana?

Todos ríen, y las mejillas de Prince arden. No estoy seguro si es enojo o vergüenza.

―No es normal que lo haga en un partido tan importante, cuando sabe que eso me molestará. ¿Casualidad que lo haya hecho cuando yo estaba jugando mejor que él? No lo creo. Estoy extremadamente decepcionado de él como atleta. Y lo que es peor, es que Nadal lo entrena, ¿Cómo alguien tan caballero y de juego limpio como Nadal no logra transmitirle a Rose ciertos modales?

―¿Es culpa de Rose que usted haya perdido, entonces?

―No, lo que quiero decir es que... Yo no debería distraerme con situaciones de Rose y mi hermana, y eso es responsabilidad mía, pero aún siento que el juego limpio siempre debe ser parte de los deportes.

Con aquella frase final, la conferencia de prensa finalizó.

―¿Algún comentario, Roger? ―dice Jack regresando al programa en el estudio de televisión.

―Claramente tenemos una nueva rivalidad ―responde Roger―. Rose, Cobain, y Waters son el actual top 3 de Estados Unidos. Y ambos pertenecen al top 50 de los mejores del mundo. No es anormal que se acusen de juego sucio.

―Aún así, ¿Es Axl Rose un tramposo?

―No sé si es la palabra correcta, Jack ―niega con su cabeza Roger―. Creo que Rose es una personalidad... Distinta a las demás. Y lo que sea que hace dentro de la cancha, no es una estrategia para distraer sino su propio carácter siendo honesto. Por Dios, lo hemos visto hasta desmayarse en medio de un juego, es el jugador más honesto y expresivo que he visto jamás.

Apagué el televisor, un nuevo debate convertido en polémica comenzó a resonar en todos los canales, incluido los canales de noticias Pop.

Abrí Twitter y me sorprendió ver a cuentas como Pop Base y Pop Crave hablando sobre mi polémica con Waters. ¿Desde cuándo los tenistas somos parte del chisme?

No importa.

Hoy me desperté con un único objetivo: ganar la semi-final. Decidí ignorar los comentarios, debate y polémicas circulando alrededor de los Hermanos Dorados y yo. Por el contrario, me encargué de entrenar lo máximo posible.

―Hoy Nadal tampoco vendrá ―dice Tony―. Así que si no te molesta, te entrenaré.

Esta tarde mi rival será Stefano Tsitsitpas. Griego, dos metros de altura, rasgos auténticos y extraños, cabello de ondas hasta sus hombros y una técnica de Tenis jamás vista. Está en el mejor 3 del mundo, apenas veinticuatro años, y le dicen «el rayo» por su rapidez, agresividad en saques, y veloces estrategias.

Muy pocos logran ganarle, entre ellos, los mejores tres tenistas de la historia ―Nadal, Novak y Federer― pero nadie cree que sea mi caso.

Las estadísticas lo acompañan, el público también, y los locutores redactarán el juego como si estuvieran dentro de la visión de Stefano.

―Por nada en el mundo debes dejar caer tu hombro ―dice Tony, después de largas horas de entrenamiento―. Tsitsipas buscará eso: cansarte el hombro hasta que comiences a fallar con los tiros. Ah, y también, por nada en el mundo... Dejes caer tu estabilidad emocional y mental. Sé que entrarás allí creyendo que él es el ganador para todos los demás, pero intenta ignorar ese pensamiento y creer que... Tú eres el único ganador.