Hasta el último set (Slaxl)

7. Cuartos de final en Holanda

Cuartos de final en Holanda.

He tenido días mejores.

Ver a mi madre, a Slash, a la cancha y al rostro confuso de mi padre me generaron ciertos bajones difíciles de manejar. Apenas puedo concentrarme en la pelota y en el entrenamiento.

Sigo pensando en todo.

Extrañaba el aroma de mi madre, como también sus ojos verdosos y su tono de voz firme.

Extraño que sea mi entrenadora, y extraño verla en mi casa.

Extraño hablar con ella.

Extraño los días a su lado.

A veces siento que estoy viviendo una pesadilla temporal, que luego ella regresará y me sentiré cómodo nuevamente con mi vida. Pero sé que no será así. Y me cuesta aceptarlo.

No todas las pesadillas cesan, algunas llegan para quedarse, y uno debe aprender a sobrevivir a ellas y convertirlas en la nueva realidad del día a día.

Pero es muy difícil, en verdad la extraño.

Me dolió que me tratara como si fuera un jovencito más, un tenista de la liga indiferente a todos los demás. Soy su hijo. Y extraño que me trate como si fuera su hijo.

La extraño, simplemente, en todos los sentidos posibles de la palabra.

Y luego está Slash. Burlón, con mirada inocente, tono simpático y sonrisa casi agradable. Sentí que se me cortaba la respiración cuando me ridiculizó. Fue una presencia diferente a la de cualquier otra persona.

No sabía que nuestro primer encuentro iba ser tan desagradable, pero admito que, no esperaba nada menos. Le anuncié la guerra el día que empecé a jugar. Aun así, se mostró interesado en ser mi compañero de entrenamiento, lo que realmente me sorprendió.

―¿Y qué más te dijo tu madre? ―pregunta mi padre mientras caminamos por los pasillos del predio, a punto de jugar los cuartos de final contra Matt Sorum.

―Nada más ―suspiré, hasta hablar me cuesta―. Pasó por mi lado como si no me hubiera tenido nueve meses en su estómago.

―Vientre, Axl, vientre. Ves, es importante que sigas estudiando a pesar del tenis.

Mi padre me despidió con un abrazo e ingresé a la cancha.

Estuve un día completo entrenando casi sin dormir para poder luchar contra Matt Sorum.

Matt Sorum no es un cualquiera, es el mejor tres del mundo. Sus técnicas firmes y duras, lo han convertido en un rival difícil de superar.

Su gran ventaja es la resistencia. Puede aguantar hasta una hora seguida en un va y viene de pelota, y su técnica de piernas duras y pecho firme lo ayudan a pegar pelotazos que son exactos. Las pelotas pican en el lugar premeditado, como si lo hubiera estudiado antes de lanzar.

Es verdaderamente un genio.

Pero, su desventaja es que es tan metódico, que es fácil de adivinar cuáles serán sus lanzamientos. No todos los tenistas que juegan contra él puede percatarse de aquello, pero yo sí, y tengo mi estrategia planeada.

Nos saludamos con un movimiento arriba abajo de nuestras viseras, y nos tomamos la fotografía protocolar. Escuché a la multitud gritando por mí y por él, como también a los periodistas y a Duff insultando al juez.

―¿Cómo nos sentimos hoy, Jack?

―Increíble, Roger, en esta cobertura especial de ESPN presentaremos uno de los partidos más importantes de la carrera de Axl Rose. ¡Se enfrentará al top 3 del mundo!