38.
US Open: Final contra Slash.
Un tiempo atrás nos prometimos que jugaríamos la final perfecta en Roland Garros; no ocurrió, le gané en la semi-final. Lo quisimos volver a intentar en Wimbledon; no ocurrió. Y hoy, en el US Open, tampoco ocurrirá porque él ni siquiera quiere verme. Apenas me tomará como un rival más, un jugador más, un peón más del Tenis.
No voy a fingir que nuestra tensa charla no me dejó con lágrimas y lamentos en los pasillos de mi solitario piso de Manhattan.
No dejo de preguntarme por qué a Slash le molestó tanto que mi duelo haya sido distinto al de él. No es que no haya llorado por Duff. Lloré y mucho, y le dediqué mi victoria en Wimbledon, aun recuerdo mis palabras cuando me colocaron el micrófono en los labios mientras sostenía el trofeo de oro en mis manos:
―...Supongo que mi sueño de hadas se cumplió ―dije con los ojos brillosos, observando a los espectadores de pie, y a Nadal y todos los organizadores detrás de mí con sonrisas deslumbrantes―. Quiero agradecerle a mi equipo, la Academia Rafa Nadal, al mismo Rafa Nadal, a los que se fueron, y a los que están, a ustedes, y a mi querido amigo del Cielo. Yo, los quie... ―tapé mi rostro con la manga de mi abrigo y comencé a llorar, sin poder terminar de hablar.
Lo único malo de la victoria de Wimbledon, es que estar parado con el trofeo en mis manos, recordando todo el camino que hice los últimos meses para llegar a ese lugar, me hizo revivir las peores partes del recorrido.
No pude festejar. Solo llorar, abrazar a Rafa buscando refugio, y levantar el trofeo con media sonrisa poco convincente.
No me gusta recordar ni ver videos en las redes sociales de cómo hablé durante la ceremonia, en el post festejo, y demás, porque simplemente no podía conmigo mismo. El mejor momento de mi vida, no estaba completo; faltaban personas y mejores recuerdos.
3 HORAS ANTES DE LA FINAL EN US OPEN.
Después de pasar dos finales de Grand Slam, convirtiéndose este torneo como mi tercera final en mi corta carrera, aprendí que los últimos días del campeonato el ambiente se tranquiliza.
A diferencia de los primeros días de estos grandes torneos, donde hay tantos jugadores con sus familias y equipos que no cabe el espacio para todos en una misma ciudad, en los últimos días no hay alborotos entre bastidores, hay mucha calma en los pasillos de los hoteles y de los pequeños restaurantes turísticos; es como si el mundo desapareciera.
Todos mis colegas, que van eliminándose uno a uno, toman el primer vuelo para abandonar el país del campeonato, por lo que, llegada la final siempre quedamos Rybana, su rival, mi rival y yo. Y nuestra gente, por supuesto.
Estoy nervioso, a pesar de mostrarme con mucha tranquilidad durante el desayuno y el almuerzo, y también a pesar que los entrenamientos me salieron tan bien como si fuera cualquier otro día soleado en Nueva York. Pero aprendí lo que es atravesar finales, y gané una de ellas, por lo que los nervios ya no me juegan tan en contra como antes.
―Se te ve muy tranquilo, Axl ―dijo uno de los periodistas frente a mí durante la conferencia de prensa, con un anotador en sus manos―. Diferente a las demás ocasiones. ¿Slash es un rival que no te genera apuros?
Y allí está, las ganas de los periodistas por vender una nota, por crear un lío, un drama. Depende de mi respuesta mi futura relación con Slash, si es que habrá una.
Algo que me dice que no habrá.
―Cualquier rival que apunta a la final es un rival que me genera apuros, de eso no hay dudas ―dije con una sonrisa.
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Hasta el último set (Slaxl)
FanfictionHASTA EL ÚLTIMO SET. Siempre supe lo que tenía que hacer. De niño, de adolescente, de adulto y ahora. Jamás ni en un millón de años creí que conocería a alguien como él. Carismático, eléctrico, magnético, auténtico. Pero lo conocí. Acompaña a Axl R...