Mi Turno

Mi Turno. 36.

- Yo sabía que no estabas satisfecho, es lo que esperaba después de todo, pero es mejor así- no me siento bien estando aquí.

- Vete por favor, ya nos quitamos todas las ganas que nos teníamos, es la hora en la que ya te debes ir- la chica solo soltó una carcajada.

- Hay por favor, Kevin... Sabes bien lo que puedo hacerte sentir un rato más- la chica se montó sobre su pelvis, ambos dando un gemido al penetrarse sola, y empezó con su vaivén de caderas.

Sus labios se encontraron y sus manos no se separaron de sus cuerpos, Kevin estaba perdido en su placer para que se diera cuenta de que una persona los estaba viendo, sin decir ni una sola palabra.

Salí corriendo de mi casa, no quería estar cerca de mi mamá no quiero que se sienta asqueado de tenerme a su lado, lo escuché gritar pero no lo volteé a ver, me siento muy mal, hoy se acaba de caer mi mundo y necesito a mi novio; así que me fui a su casa, al llegar, me recibió mi mejor amigo que al verme se puso nervioso y soltó un suspiro, a lado de él estaba su abuelo.

- Kevin no está...

- ¿Porqué mientes? Que de una vez se entere de que su novio es desleal a él, pasa a su habitación- vi al señor Moon irse y yo me limpié las lágrimas.

Me dirigí a la habitación de Kevin para poder estar con él, pero al llegar empecé a escuchar sonidos raros, me acerqué a la habitación y abrí la puerta para entrar y ahí vi al que se decía mi novio teniendo relaciones sexuales con una chica.

- Kevin... Gracias por demostrar que no vale la pena confiar en ti. Creo que está de más decir que terminamos- en cuanto me escuchó empujó a la chica y empezaron a vestirse.

Yo solo negué con la cabeza y salí de ahí bajé corriendo las escaleras, no me despedí de nadie, solo corrí con todas mis fuerzas, no quiero ver a nadie, lo único que quiero es morir ahora, soy lo que le recuerdo a mi mamá lo que le hizo mi papá, no soy lo suficiente para que me amen.

Me senté en una banca de un parque, no sé dónde estoy cerré mis ojos y empecé a llorar de inmediato, de repente sentí que pusieron algo en mi nariz y boca, no sé que era, ni quien me atacó solo sé que mi visión se puso borrosa y después se volvió negro por completo.

No sé en dónde estaba, pero vi un hermoso paraíso, donde veía el bello atardecer sus colores pintando el cielo completo, una persona estaba sentada a la orilla del mar, mirando fijamente al cielo, me fui acercando poco a poco y cuando estaba por tocar su hombro, el se volteó para mirarme.

- Muchas veces me pregunté si un día podría conocerte, y aquí estás... Mira cuanto has crecido, eres tan bello, así como tu mamá, yo... Estoy orgulloso de verte- esa persona se acercó a mi y me abrazó fuerte.

Sentí tanta paz al abrazarlo, cálido son sus brazos, dejó besos en mi nariz y frente, acariciaba mi cabello, con ternura y amor.

- Este collar... Te lo dio el hombre que amo y amaré por el resto de mi vida, sueltalo cuando sea necesario, cuando te sientas en peligro y quieras que te rescaten- tomó el collar que me dio mi abuelo Hansol y abrí mis ojos de la sorpresa, y me lancé a sus brazos.

- ERES... MI ABUELA YUTA... ERES LA MAMÁ DE MI MAMÁ- me sonrió aún más, y dejó un beso en mi frente.

- Siempre voy a cuidar de ti, de tu madre y tu hermano, así como cuido a tu abuelo, nunca dudes del amor de tu madre, porque es el único amor que será verdadero- asentí siempre con las lágrimas rondando por mis mejillas.

- Pero yo soy...

- Renjun te ama demasiado, nunca lo olvides- bajé mi cabeza y asentí.

- Pero el me engañó dijo que me amaba y se acostó con ella...

- Entonces no te amó, y no vale la pena para llorarlo- me sonrió alejándose lentamente.

- Esta casa, mi padre se la dejó a la zorra de Renjun, y aquí mismo, lo voy a hacer pagar- el hombre mayor solo lo miró y soltó una carcajada.

- Jaemin, como es que en ti hay tanto odio. Bueno, tengo que pasar una de las mejores noches de mi vida, gracias por venderme a tu hermanito- Moon Jongsuk, se aproxima al jovencito que ha secuestrado con ayuda del hermano mayor del niño.

Moon Jongsuk, es bien conocido por abusar de jóvenes niñas y niños donceles, muchas demandas se han puesto en su contra, pero nunca se ha ido a juicio, ya que ha pagado para que se descatime el caso o los casos, no ha sufrido consecuencia alguna de sus acciones, y por eso está en esa habitación, esperando el momento de que Eric despierte para hacer lo que se le plazca con él.

Eric empieza a despertar, sintiéndose mareado y confundido, como si todo fuera un sueño, de repente siente una mano en su tobillo, esa mano empieza a subir poco a poco, y es ahí donde se da cuenta que está desnudo, siente un gran pánico.

Una importante figura se hizo ver, sus ojos lo enfocaron y sintió pavor de ver a ese hombre ahí; no da crédito a lo que ese hombre esté intentando hacer con él, quiere levantarse pero siente su cuerpo débil.

- Oh no, precioso, no vas a escapar de mí, te he deseado desde muchos años, y ahora voy a cumplir mi deseo- lo vi quitarse la ropa y no sé de donde tomé fuerzas pero me levanté rápido y quise salir, pero me tomó de la cintura, haciéndome daño.

Pateé cerca de su rostro pero no lo toqué, me abrió las piernas de una manera brusca y se acostó encima mío haciendo que su peso caiga en mi cuerpo, mientras yo lloraba para que no me haga daño.

- YA CÁLLATE MALDITA MOCOSA- me dio una bofetada que me rompió el labio, después me dio otra sentí como su... hombría entró en mi, grité de dolor y desesperación, él ha lastimado mi cuerpo, haciéndome daño sin que se pueda reparar.

Lo único que pude hacer fue cerrar mis ojos y gritar de dolor me dolía, lo que me hace me duele, necesito a mi mamá... Que mi madre me ayude... Solo quiero que me abrace, ya he pagado su deuda, ahora lo necesito.