Tras la muerte de Jeno, Jaemin descubre que lo dejó sin nada, pero lo que más le duele es que su "hermano" Eric, haya heredado lo que a él le corresponde.
Y no se quedará de brazos cruzados.
Renjun, no dejará que se metan entre él y sus hijos, los d...
- Madre, ya estamos aquí- la viuda negra, no voltea, simplemente suelta un suspiro.
- Dile a tu hermano mayor y al varón que los quiero a los dos aquí- con un poco de recelo se va la alacrana.
A los pocos minutos tanto la bruja como el mapache entraron a la gran oficina de su madre, la viuda negra.
- ¡¡¡IMBÉCILES!!! NO SÓLO TRAJERON A ESA MORIBUNDA, SI NO QUE NOS ARRIESGARON A QUE NOS ATRAPEN, PAR DE IDIOTAS- ni uno de los dos se animó a hablar.
- Madre... Quisiera explicar el por qué de nuestra actuar, este niño puede ser de gran ayuda, si me lo permite...
- NO TE PERMITO NI UN CARAJO, PAR. DE CABRONES SIN CEREBRO- el único varón en ese lugar levantó la cabeza y miró directamente a los ojos del doncel mayor.
- Me enamoré de él. Lo vi una vez por casualidad y me encantó, porque me enamoré, mamá. Vi con mis propios ojos como lo intentaron matar, perdió su bella inocencia, se la arrebataron de un solo golpe y quiero venganza- la viuda negra asintió.
- En cuanto se recupere seré la primer persona en hablar con él, y no van a interferir hasta que yo lo diga- ambos asintieron con la cabeza y se retiraron al ver el gesto que hizo su madre.
- Señora...
- Parka, ¿qué hicieron?- el doncel más bajo miró con seriedad a la viuda negra, sin pestañear.
- Es el hijo de mi antiguo cuñado, y es el sobrino nieto de quien fue mi mejor amigo en mi juventud, él niño era un inocente más que fue sacrificado para la maldad de alguien más, como todo un cordero- la viuda negra mira a su mejor amigo.
- Quién lo diría, nosotros y las mujeres son las que sufrimos más. Míranos, ya no somos más esos inocentes que nos creíamos cuentos de hadas y amor, a los dos nos traicionaron sin ningún tipo de remordimiento ni contemplar cuanto daño nos causarían- la Parka, no dijo nada.
Ambos pensando en sus días pasados y lo estúpidos que fueron en los días de su juventud, recordando cada una de las promesas que nunca pudieron cumplirles.
- Ellos si son infieles son machos, son hombres respetados, pero.. ¿En qué se convierten un doncel o una mujer cuando somos nosotros quienes nos volvemos infieles? Nos llaman putos, nos rebajan hasta los tres metros bajo tierra- ambos asintieron a esa clara afirmación.
- Nos arrebatan nuestra inocencia, nos hacen hacer cosas que nunca se nos ocurriría hacer, de un golpe nos convierten en adultos... Adultos que se asemejan a animales, vivir por un instinto. Cuando te tocan a tus hijos, hacemos lo imposible para que estén bien, sin importar lo demás- la Parka soltó un suspiro.
- Por eso huí de Atenas, por que maté al hombre que se atrevió a violar a mi hijo, por eso estoy aquí, por mi hijo me manché las manos de sangre, ya no me puedo salir de este negocio y ver a mi hijo... A mis hijos, ya no puedo verlos a la cara y decirles que yo soy su madre- una lágrima rodó por sus mejillas mirando un punto fijo sin sentir la mirada de su amigo.
- Lo sé, créeme que lo sé, yo maté al papá de mis hijos, en el momento en el que dañó a mis dos hijos mayores, ahí fue cuando desataron un huracán en mi, como si me convirtiera una leona, luchando contra las hienas por defender a sus cachorros, y no me voy a arrepentir nunca de eso. Mis hijos donceles mayores nunca sabrán lo que significa ser madre- ambos asintieron.
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