Mi Turno. 17.

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- Hansol, vine a verte, desde que estás aquí no te he visto ir a la tumba de tu difunto esposo- mi hermano entró a mi oficina con su bebé, próximo a cumplir un año también.

Sonreí al ver a mi sobrino, de saber que mis padres estarían orgullosos de él, porque logró todo lo que quiso, doy por hecho que nunca tomó en cuenta la opinión de los demás.

- Jinkwon, ven aquí- me levanté para tomar a mi sobrino en mis brazos- no sé si soy yo o es que Eric está más grande, será tan chiquito como su mamá...

- ¡¡¡QUÉ TE PASA!!! Yo estoy de buen tamaño, soy alto para la estatura promedio, querido hermano- solté una carcajada, que mi sobrino soltó también una.

- Eric y Jinkwon, me recuerdan a mis hijos, y lo estúpido que fui al dejar ir a mi hijo en cuanto su mamá falleció, ni siquiera a mi hijo pude cuidar, por eso voy disrio a la tumba de Yuta, para poder pedir perdón por la vergüenza que soy al no poder cuidarlos- mi hermano se acercó a mi y me abrazó fuerte.

- Estabas dolido, y confundido, es no justifica que hayas sido estúpido, lo sé bien, pero también pasabas por un duelo- asentí sin dejar de mimar a mi sobrino.

- Además que tú no me veas, no quiere decir que no vaya a ver a Yuta, solo que no tardó mucho- Changmin no dijo más nada.

A la media hora se marchó, dejándo tan silencioso mi oficina, cerré mis ojos, y a mi mente vino mi hijo de dos años, cuando lo vi por última vez de esa edad.

-Mamá...papá...mamá.

- Que Dios me perdone pero si a mi hijo le pasa lo mismo... Si lo pierdo como perdí a su madre, ya no lo soportaría- seguí trabajando para despejar mi mente.

Miro a Jisung y solo ruedo los ojos, no sé en qué momento me obsesioné con él, tanto que tiré mi dignidad para no separarme de él

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Miro a Jisung y solo ruedo los ojos, no sé en qué momento me obsesioné con él, tanto que tiré mi dignidad para no separarme de él.

- Jaemin, hay veces que estás bonito y hay otra en las que estás despreciable pero eso no viene al caso, quiero que te quites la ropa y me complazcas- se me vino la imagen de Hansol a la mente.

- Sabes una cosa, por primera vez no es mi interés abrir las piernas para ti, hay alguien más que con tan solo de imaginarlo, me tiemblan las piernas- me salí de mi habitación casi corriendo.

Pero me tropecé con el dueño de mis más locas fantasías, nos miramos a los ojos y de inmediato me soltó, lo quise besar pero se alejó de mí.

- ¿Cómo está la persona más amada en el mundo? Ven mi hermoso bebé- abrazó a Eric, y se quedó con él.

- Suba a su cuarto de juego, ahora lo alcanzo, por favor, papá- Hansol, solo asintió, empezó a subir las escaleras, mientras yo me quedé con la zorra.

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