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𝗝𝗲𝘀𝘀𝗶𝗰𝗮

De nuevo estábamos en el dojo formados.
No sabía nada de Eli desde el día anterior cuando salió del dojo. Me culpaba por lo que había pasado ya que yo le había insistido en ir al dojo.

—Tres bajas más, sensei—le dijo Miguel.

—Son unos gallinas—continuó Aisha.

—No, es culpa mía—mencionó el sensei—. Desde que os unisteis a Cobra Kai, he sido muy duro. Os he insultado. Os he humillado. Y algunos hasta os he pegado. Y por eso... no me disculpo.

Fruncí el ceño, confusa.

》En Cobra Kai importa la fuerza. Si no sois fuertes por dentro, no lo seréis por fuera.

》Ahora mismo sois débiles. Lo sé porque yo lo fui. No tenía amigos. Era el rarito—señaló a un niño rubio con gafas—. No tanto tú, algo ligaba. Pero no era el sensei que soy hoy.

》Como la cobra, tuve que cambiar mi piel de perdedor, para encontrar mi fuerza. Vosotros haréis lo mismo.

La puerta del dojo sonó indicando que alguien entraba.

—Bienvenido a Cobra Kai—dijo el sensei.

Cuando giré mi cabeza, no pude creerlo.

Era Eli.

Se había teñido el pelo y cambiado el peinado. Caminaba con más seguridad.

—Eli, ¿qué has hecho?—cuestionó Miguel mientras que yo no podía articular ninguna palabra.

—Estoy cambiando el guión—respondió sin tartamudear una sola vez.

—¿Eres el del labio raro?—cuestionó el sensei—. Me gusta el corte. ¿Lo veis? Da igual si sois pringados, raritos o empollones. Lo único que importa es que te vuelvas duro.

》Halcón. En posición.

[...]

Tras la clase, estaba guardando mis cosas en la bolsa cuando noté como alguien me abrazaba por detrás.

—¿No vas a saludarme?—susurró Eli en mi oído.

Me giré y lo miré con una sonrisa.

—Hola—dije.

—Sabes que no me refiero a eso—mencionó.

—¿Ah, no? ¿Y a qué te refieres?—cuestioné haciéndome la tonta.

—Pues...

Tomó mis mejillas y me besó.

》A eso.

—Vale, ya entiendo—respondí algo divertida.

—Bueno, ¿qué?—cuestionó—. La única opinión que me importa es la que no tengo. ¿Qué te parece el cambio?

—Me encanta—respondí sonriendo—. También me gusta tu nueva seguridad.

Él me sonrió.

—Pues todavía no he terminado—mencionó.

—¿No?—él negó—. ¿Qué más escondes?

—Ya lo verás—respondió—. Es una sorpresa. Por cierto, llego tarde.

𝖠𝗆𝗈𝗋 n̶o̶ 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾𝗌𝗉𝗈𝗇𝖽𝗂𝖽𝗈 || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora