~7~

748 52 0
                                    

𝗝𝗲𝘀𝘀𝗶𝗰𝗮

Mi alarma sonó haciendo que soltase un quejido ya que no quería levantarme y menos para ir al instituto, aunque, en ese momento, recordé la motivación que tendría para ese día. Y esa motivación tenía nombre y apellidos: Eli Moskowitz.

Me puse unos vaqueros anchos azules clarito, un top blanco, mis zapatillas y un chaleco marrón.
Coloqué mi bisutería y bajé a desayunar.

—Buenos días—le dije a mi padre con una sonrisa.

—Buenos días—saludó mi padre—. Te veo contenta.

Yo asentí.

—Oye, Jess—me dijo mi padre—. El otro día en la fiesta te vi con unos chicos, y uno de ellos es alumno de Cobra Kai.

Me tensé al momento.

》Es ese dojo del que tantas historias te conté. Lo decía porque no me gusta que vayas con Cobras.

—Ni siquiera lo conoces—le dije.

—No me hace falta, sé como es Cobra Kai—respondió.

—Pues no pienso alejarme de él, es mi amigo—dije.

—Jess, en serio—dijo.

—No, papá—dije para posteriormente tomar una tostada e irme de allí.

No pensaba alejarme de Cobra Kai.

Fui en mi coche al instituto. Una vez allí, aparqué el coche para luego entrar.

[...]

Salí de mi primera clase para ir a la biblioteca ya que tenía hora libre.

Pude ver a Eli caminando hacia la misma dirección que yo así que me acerqué a él.

—Hola—le dije sonriendo.

—Hola—saludó él de la misma manera.

Me paré frente a él haciendo que se detuviera y que me mirara confuso.

Dejé un pequeño beso en sus labios.

Él me sonrió.

—¿No te da vergüenza besarme aquí?—cuestionó.

—¿Otra vez con eso?—cuestioné—. Ya te dije que no. Me gustas mucho y me da igual lo que los demás piensen.

—¿Yo t-te gusto?—preguntó.

—Pues claro, tonto—respondí—. ¿O piensas que soy una cualquiera que besa a todo el mundo?

Él negó.

—Vamos—le dije.

Caminamos hasta la biblioteca donde pudimos ver también a Demetri y a Miguel.

—Hola, chicos—los saludé sentándome al lado de Eli.

—Hola—saludó Miguel.

—¿Entonces se acabó el kárate?—cuestionó Demetri.

—Creo que sí—respondió Miguel

—Tal vez sea mejor así—mencionó Demetri—. Empezabais a tener demasiada confianza en especial tú, Miguel.

—¿Y eso no es bueno?—pregunté, confusa.

—No—contestó Demetri—. Con la confianza tan solo consigues un ojo morado y la mochila en la basura.

𝖠𝗆𝗈𝗋 n̶o̶ 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾𝗌𝗉𝗈𝗇𝖽𝗂𝖽𝗈 || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora