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¡Pregunta importante al final del capítulo!

𝗝𝗲𝘀𝘀𝗶𝗰𝗮

—La limusina llega a las seis—escuché que decía Kyler—. No lleguéis tarde o nos iremos. Porque mi cita y yo tenemos una misión.

—Ya, seguro que ni existe—mencioné para luego ir al banco que había pegando a la pared.

Abrí mi mochila y comencé a buscar mi botella.

—Hola—dijo Robby a mi lado.

—Hola.

—¿Vas a ir?—cuestionó.

—¿Al baile?—pregunté—. Sí, claro. Que esos niñitos disfruten de su fiesta—saqué la botella—. Además, ¿me ves con un vestido ahora?

—Atención—dijo el sensei—. En posición.

Todos hicimos lo que dijo.

》La clase de hoy va sobre el equilibrio, pero no como lo enseña Miyagi-Do. Os enseñaremos a meteros en la cabeza de vuestro rival y a dejarlo desequilibrado. Por parejas.

Robby me miró y yo asentí indicando que podíamos ponernos juntos.

Lancé un puño y el lo paró.

—Deberías ir—dijo—, a fastidiarle la noche a Sam; la dejaría bien desequilibrada.

—Aún más si tú vinieras—comenté.

—Yo ya no soy alumno—respondió—. No me dejarían entrar.

—A lo mejor sí—mencioné—. Si vienes conmigo.

—¿Me estás invitando al baile?—cuestionó.

—Es un movimiento táctico—respondí sonriendo.

—No hay tiempo—dijo—. Necesitamos un coche y un esmoquin.

—Es muy buena idea—dijo Silver detrás de Robby—. Y si vas a ir, irás muy elegante—aseguró antes de alejarse.

Robby me miró alzando los hombros.

—¿Qué pasa, gente?—cuestionó Stingray entrando al dojo—. ¿Os acordáis de ese anuncio? Seríais muy pequeños, o ni habríais nacido.

》Eddie, ¿qué pasa? Me alegro de verte—chocaron puños—. Dieter, ¿qué tal tu madre? Ojalá me llamará, tendrías un padrastro genial.

Lo miré frunciendo el ceño.

》¡Sensei! ¿Me presento al servicio y ni siquiera me da las gracias?

—¿Gracias por qué?—cuestionó Kreese.

—Pues por defender el dojo y cumplir mi condena, señor sensei—respondió.

—Oye, estamos entrenando para un campeonato. ¡Venga a lo vuestro!

Volvimos a lo que estábamos haciendo.

[...]

Ya casi estaba lista, solo faltaba pintarme los labios.

Mi vestido era verde pino, las mangas eran caídas dejando así mis hombros al descubierto. Era ajustado por arriba y se soltaba a la altura de mi cintura acabando con una apertura en una de las piernas.
También llevaba unos tacones muy bonitos aunque dudaba aguantar mucho con ellos.

El timbre sonó por lo que dejé mi pintalabios sobre la mesa, tomé el botonier y fui a abrir.
Robby estaba allí vestido con una chaqueta roja y una camisa negra.

𝖠𝗆𝗈𝗋 n̶o̶ 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾𝗌𝗉𝗈𝗇𝖽𝗂𝖽𝗈 || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora