𝖠𝗆𝗈𝗋 n̶o̶ 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾𝗌𝗉𝗈𝗇𝖽𝗂𝖽𝗈 || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶

~15~

𝗝𝗲𝘀𝘀𝗶𝗰𝗮

Me estaba preparando tras darme una ducha para ir con los Cobra a celebrar nuestra victoria.

Realmente no quería ir pues, según Aisha me había dicho, Moon y obviamente Halcón estarían ahí.

Con Moon no estaba muy enfadada, pero sí incómoda por lo que no me apetecía tener que cenar con ellos.

Dejando todo eso de lado terminé accediendo pues una victoria no se consigue todos los días.

Me puse un body de manga larga verde, unos pantalones de cuero y un bolso del mismo color que la parte de arriba. Acabé poniéndome las botas y peinando mi pelo dejándolo con una trenza.

Bajé llegando así a la entrada de mi casa donde me encontré con Amanda. La única a parte de Anthony, aunque él no cuenta porque se la pasa con sus videojuegos, que me hablaba en esa casa.

—¿Vas a salir?—me preguntó.

—Sí. Iré a celebrar con mis amigos el triunfo de mi dojo—respondí—. No le digas a papá, se enfadará el doble de lo que ya está.

—Tranquila, no diré nada—besó mi cabeza—. Ve con cuidado.

[...]

Me lo estaba pasando bien con mis amigos, pero no quitaba que estuviera incómoda, cosa que me impedía disfrutar del todo.

—Iré al baño—dije.

Una vez donde dije, hice mis necesidades para después lavarme las manos a la vez que una llamada entrante hacía que mi teléfono sonara.

—Hola, Robby—saludé al descolgar.

—Hola—saludó del otro lado de la línea—. Acabo de terminar el entrenamiento con tu padre. ¿Vamos a algún lado?

Puse una mueca pues sí quería ir, pero me sabía mal dejar a mis amigos tirados.

—Estoy cenando con los del dojo—respondí.

—Oh, bueno. Es que es el único momento libre que he tenido esta semana—mencionó—. Pero no pasa nada.

Lo pensé un momento antes de hablar.

—Bueno, iré—accedí—. ¿Te recojo de tu casa?

—Em... vale—respondió aunque no parecía muy seguro.

—Vale, te veo ahora.

Colgué antes de salir del baño. Me dirigí a los chicos.

—Debo irme. Me ha surgido algo importante—informé.

—Bien, pues nos vemos mañana—dijo Aisha.

Me despedí de todos antes de irme.

Conduje hasta North Hills donde sabía que Robby vivía. Lo pude ver esperándome al lado de donde él vivía.

Subió a mi coche junto con una bolsa que traía en sus manos.

—Hola—saludó al subir.

—Hola, ¿cuál es el plan?

—Iremos a un parque. Suele estar vacío por la noche—informó.

Yo asentí para luego seguir sus indicaciones.

[...]

Ya llevábamos un rato ahí los dos hablando. Me hacía olvidarme un poco de las cosas y eso me gustaba. Aunque puede que no fuera eso lo único que me gustaba.