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𝗝𝗲𝘀𝘀𝗶𝗰𝗮

—Clase, tenemos visita—habló el sensei Lawrence—. Este es el señor Kreese. Viene de espectador. Fingid que no está aquí. Díaz. Calentamiento.

Miguel pasó al frente e hizo el saludo al igual que todos.

—¡En posición!—dijo Miguel—. Patada frontal—todos hicimos lo que dijo—. Puñetazo frontal. Toqué lateral—hicimos un dab para después reír.

—¿Qué ha sido eso?—cuestionó el sensei claramente molesto.

—Solo brobeábamos—respondió Miguel—. Quedan once meses y medio para el All Valley.

—Sí, y ya sabemos repartir golpes—continuó Halcón

—Ah, ¿sí? O sea, que ya lo sabéis todo—dijo el sensei—. No os queda nada por aprender.

Aisha soltó una risa.

》¿De qué se ríe, señorita Robinson?

—Perdón, sensei, no lo entendería—mencionó la rizada.

—Inténtalo.

—De la Cobra-aspersor—respondió Aisha.

—¿Qué es?—cuestionó Johnny.

Todos movieron su brazo mientras hacían un sonidito con la boca.

Yo miré a mi alrededor algo confusa.

—¡Silencio!—gritó el sensei—. Mañana a las cinco de la mañana. Esquina de Fulton y Raymer. Quien no aparezca quedará fuera del equipo. Se acabó la clase.

[...]

Dios mío, ya no podía más.

Esto de levantarme a las cinco no era lo mío, ¿para qué negarlo?

—¿Por qué hacemos cemento?—preguntó Miguel.

—Nada de preguntas—respondió Johnny.

—Vale—respondió Miguel.

—Seguid removiendo—ordenó el sensei.

—Dios mío, me voy a morir—dije dejando de mover la pala.

—Dame, yo muevo. Tú echa el agua—me dijo Miguel.

—Gracias a Dios—dije haciendo que Miguel riera.

Se escuchó el claxon de un camión de cemento.

¿Qué mierda?

El sensei nos reunió a todos frente al camión

—¿Creéis que ganar os da derecho a vaguear?—cuestionó el sensei—. Pues oírme bien. Ganar un torneo no significa una mierda. Un campeón nunca para de entrenar. Debéis seguir avanzando sino os quedaréis atascados.

》Es como el cemento. Si el tambor no empieza a girar, el cemento se endurecerá y se atacará. ¿Queréis que os pase eso?

—¡No, sensei!

—Bien—respondió el sensei—. Pues meteos dentro, y hacedlo girar.

Fruncí el ceño.

—Sensei, sentimos haber hecho el vago—se disculpó Aisha.

—Lo hemos entendido—continuó Halcón.

𝖠𝗆𝗈𝗋 n̶o̶ 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾𝗌𝗉𝗈𝗇𝖽𝗂𝖽𝗈 || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora