Capítulo 1

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El día que le dije a mis papás que iba a estudiar una carrera se me rieron en la cara, los dos nacieron en cunas de oro y mantener el apellido de nuestra familia limpio de dramas siempre fue la prioridad.
¿Quién trabajaba para mantener la fortuna heredada por generaciones? ¡Misterios de la vida y ese!
En mi imaginación detrás de este estilo de vida debe haber algo turbio... ¡No puede ser que no tenga idea de que trabaja mi familia!
Claramente no tuve problemas económicos al anotarme en la carrera de Filosofía y Letras, fui solita y me encargué de cumplir con todos los trámites, todo el quilombo del papelerío.
-Mariana Espósito-la directora de la Universidad de vínculo universal, más conocida cómo la U.V.U- un gusto conocerte, me imagino que ya te dieron el itinerario del año entero
Asentí.
-¡Sí! Y me encantan las materias del programa-sonreí feliz- ¿la clase arranca en media hora, no? ¡Ya revisé el programa mil veces pero tengo miedo de que se me pase el horario!
Cuando me ponía nerviosa hablaba muy rápido y seguido, terminaba agitada por el aire.
-¡Estas bien con el horario! Y por cierto soy Ana-la directora se terminó de presentar.
-Un gusto Ana
Ella me despidió porque tenía que hablar con otros alumnos, volví a mirar la planilla y tuve ganas de compartir mi emoción.
Se me ocurrió hacer un vivo desde mi cuenta de Instagram, esperaba que alguno de mis millones de seguidores me deseara "suerte".
-¡Hola! ¡Buen día a quienes nos despertamos temprano para cursar! ¡Cómo les conté anteriormente voy a estudiar en la U.V.U, una universidad cuyo objetivo es llegar a las personas desde lo humano, las emociones, por eso me anoté en Filosofía y Letras, por medio de la lectura uno puede emocionarse, y con la escritura emocionar,¡así que estoy muy feliz! ¿Me desean suerte?-sonreí a la cámara y leí los mensajitos que me mandaban mis seguidores, algunos eran buena onda, otro crueles, me trataban de hueca, cambien se burlaban de mi pelo, "rubia trucha" era uno de los "insultos" más tranquilos.
Seguí leyendo comentarios que me estaban mandando en el medio del vivo y en eso una persona me habló, desconcertada me di vuelta, no llegué a prestar atención a lo que me dijo.
-¿Qué?-lo miré y los ojos verdes del joven me dejaron encandilada, eran profundos..
-Qué esta no es la secundaria, es una universidad, los Tik tok y vivos no están permitidos dentro del establecimiento
-¡¿Quién te creés que sos para decirme que hacer o no?!-lo confronté.
El chico me miró serio y después sonrió.
-Nadie, no soy nadie-se fue.
Por poco olvido que estaba hablándole a la cámara, hice caso sólo para no ganarme un enemigo en mi primer día de clases.
Entré al aula y al revisar la hora quise morirme, ¡se me hizo tarde! Por diez minutos.
Procuré hacer poco ruido y no llamar la atención con mi entrada, pero fue imposible.
Me trastabillé con mis propios pies, los tacos no habían sido un acierto, ¡para nada! Al levantarme lo hice avergonzada, vi a toda la clase mirándome desde todos los ángulos posibles.
Se me rompió la pantalla del celular, mis labiales terminaron rodando y llegaron a los pies del profesor.
Levanté mi mirada para encontrarme con la del profesor, él elevó sus cejas y se quedó inexpresivo, acto seguido me ignoró y siguió presentándose.
-Soy el profesor Juan Pedro Lanzani, doy Literatura y seguro se imaginan que vamos leer mucho, analizar.. explorar autores y estilos de escritura, poesía, ¡todo lo que imaginaron vamos a trabajarlo! Quiero que los alumnos de primer año saquen el provecho de cada clase, y siempre voy a estar a la disposición para aclarar dudas, todos van a usar una cuenta de mail en el que los profesores mandan el material y las tareas, ¡es esencial la comunicación entre compañeros! Explico en un ritmo rápido y tienen que acostumbrarse a eso, ¡porque ya no están más en el colegio!-cuando pronunció esas últimas palabras me miró a mi, sentí a su mirada lapidaria, sí, me gané a un "enemigo" en el primer día, y no es otra persona que mi profesor.
La clase pasó de manera lenta, cada alumno levantaba la mano para consultar dudas con respecto a su manera de evaluar, corregir, cómo tienen que ser las entregas y más.
-¡Bueno nos vemos mañana!-Juan Pedro nos saludó con la mano cuando sonó el timbre, varias mujeres y hombres se le acercaron exclusivamente para llamar su atención, porque lo quiera o no el hijo de puta es muy lindo-me tengo que ir gente, ¡mañana sigo respondiendo!
Lo vi agarrar su maletín y salir del aula, un grupito de tres chicas lo miraron desde lejos y se lo "comieron" con la mirada, ¡que horror!
Yo también abandoné el aula, di la vuelta manzana para encontrar una cafetería y pedirme un café para llevar, el vendedor me lo dio y al salir del lugar por poco lo derramo en el suelo, ¡otras vez mis zapatos con taco me causaron problemas!
-Si seguís así vas a quebrarte algún tobillo
Me giré y quién había observando todo el episodio era Juan Pedro.
-Mañana vengo con sandalias con plataforma, nunca más tacos
-Sandalias sin plataforma, ¡y sin esta vestimenta exageradamente ridícula!-elevó sus cejas y le dio un sorbo a su café.
-¿Estas criticando mi sentido de la moda?-me reí y después de escucharme a mi misma me quise morir- en fin, ¿zapatillas está bien?
-Podes sandalias, pero sin plataforma, y algo más, algo que no tiene que ver con tu vestimenta, tratá de llegar temprano mañana, y no quedándote perdiendo tiempo con fantasmas
-¿Fantasmas?-lo miré desconcertada.
-Prefiero decirle así a la gente que sigue a otra gente en las redes sociales-se rió cómo si le hiciera algún tipo de gracia, quería decirle que sus actitudes y modalidades estaban cayéndome mal, pero no podía, porque Juan Pedro era mi superior... Pero dentro de la universidad.
-Claro... Igual, no sos quién para opinar acerca de mi aspecto y mi vida privada, no me conoces, no sabes quién soy, sólo sos mi profesor, dentro de la institución, y en teoría lo que te incumbe es dar la materia
Juan Pedro se quedó estático y sonrió de manera "canchera".
-Mariana Espósito, ¿no? La directora me contó el chismesito de que iba a entrar una influencer, consejo, empezá a usar ese tiempo de boludeo para estudiar, porque no no te veo futuro
-¿Siempre sos así de pesimista o es por quién soy?-me crucé de brazos y seguro se me frunció el ceño-mi ropa, mi apellido y el que sea influencer no me hace peor alumna
-Todavía no te vi trabajar y tampoco te evalué, recién vas a poder decir eso después de aprobar la primera entrega
-Ok.. Vas a ver que va a irme bien, gracias por todos tus consejos-di media vuelta para irme y finalmente mi café se cayó al suelo al trastabillarme con mis tacos-¡la puta que lo pario!-me salió del alma.
Escuché a Juan Pedro reírse, volví a dar media vuelta para fulminarlo con la mirada.
-Chau Mariana-el estúpido me saludó con la mano.
-Una cosita "profe"-solté un suspiro- ¿qué clase de directora le cuenta chismes a un un profesor?
-Todos los que trabajamos en la universidad nos enteramos de todo- hizo una pausa- pero si te interesa tanto que te de una respuesta la directora Ana es mi mamá, y me entero de absolutamente todo.. Ojito con malgastar el tiempo de los profesores rindiendo mal
La respiración se me aceleró, ¿cómo es que me metí en un terreno desconocido? No tenía porque saber una información así.
Él sonrió con una sonrisa de satisfacción que quería borrar de una cachetada, seguro se creía muy vivo y superior a loa demás.
-Me estas juzgando mal, voy a demostrarte y demostrarle a toda esa banda de chismosos que soy buena, buena alumna, ¡voy a ser la mejor!
-Suerte-se rió burlón.
-Viniendo de vos es muy amable que me desees suerte-le guiñé un ojo y acto seguido aceleré mi paso para irme, llegué a la puerta de la universidad y me caí otra vez al suelo, ésta vez me raspé la punta de la nariz.
Llamé por teléfono a mi chofer.
-Alicia, ¡gracias por venir!-le sonreí y me puse el cinto de seguridad- ¿me llevas a comprarme zapatillas?
-¿Qué clase de zapatillas?
-Deportivas, o.. No, mejor sandalias sin plataforma, a cualquier lugar con mercadería de primera calidad
-Entonces vamos a las mismas tiendas de siempre
-No.. No hace falta eso, que lo que valga sea la calidad del calzado, no el precio
Alicia se quedó sorprendida y asintió con la cabeza.
Así fue que terminé en un Outlet de una marca de zapatos que no conocía, una que llevaba años en el mercado, que era tradicional.
Cuando entré al negocio nadie me reconocío, sí llamé la atención de los vendedores pero me trataron como a cualquier persona.
Estuve muy indecisa, por eso terminé comprando varios pares de sandalias y zapatillas, la felicidad del vendedor era algo adorable, yo solía comprar siempre en los mismos lados, y al parecer esta persona no estaba acostumbrado a una compra tan grande.
El señor se presentó cómo el dueño de la marca, y para ayudarlo con el tema de los clientes grabé varias historias para recomendar a mis redes sociales.
Volviendo a mi departamento en Puerto Madero pasé por un lugar de sushi, lo pedí para la cena, mientras comía revisé mis mensajes y me sorprendí, me habían agregado a un chat grupal, el de todos los alumnos de mi cursada, ahí habían incluido al profesor de Literatura, revisé su foto de perfil, se veía sexy...
Ok, no.
Mejor me voy a dormir.

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