Capítulo 25

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Rendí el recuperatorio del último parcial que me quedaba para terminar el primer año de Filosofía y Letras, por suerte en la facultad se dejó de hablar del famoso "escándalo", leí varios debates donde personas que no conocía intercambiaban opiniones sobre mi relación con Peter y cómo se dio todo.
El verano fue una locura porque veranear en la costa Argentina era algo nuevo, por la playa pasaban carritos vendiendo choclo, vendedores ambulantes que vendían helados, facturas, churros, todo me tentaba, ¡quería probar todo! Porque sí, no tuve una infancia tradicional y quería comer cosas que ni sabía que existían.
-¿Me parece a mi o estas haciendo una cata de churros de distintos lados para puntuarlos?-Gastón elevó sus cejas divertido y asentí.
-¡Obvio querido! Es una buena excusa para comer todo lo que quiera-le sonreí y le guiñé un ojo.
-El día que esté esperando una criatura no voy a dar crédito, porque desde que te deshiciste de tu familia tóxica te la pasas comiendo de todo-Eugenia se rió y la miré mal.
-¡Dejá de embarazarme! Tu karma va a ser que la primera que tenga un crío vas a ser vos
-¡No por favor!-Eugenia "arrugó" y con Gastón nos reímos fuerte.
Peter volvió del mar todo mojado y para mi fue cómo ver una escena de la película Baywatch.
-¡Pareces un guardavidas! ¡Estas buenísimo!-lo halagué y babeada me mordí los labios, Peter se agachó para levantarme de la arena y tirar de mis brazos-¡no voy a meterme al agua!-me quejé.
Eugenia y Gastón me empujaron para facilitarle a Peter el levantarme.
-¡Está hermosa el agua!-Candela llegó de la mano de su novio Andrés-¡deberían meterse todos!
-Pero alguien tiene que cuidar cosas, ¡argentina queridos! ¡Nos pueden robar todo!-Eugenia aprovechó y recostó su cabeza arriba de mi bolso-yo cuido todo, ustedes vayan, sean felices, traguen arena, frótense las algas en la piel, ¡son buenas para el!
La vi ponerse los lentes de sol y suspiré, nadie iba a moverla de donde se había tirado.
-Vamos al spa natural-Gastón me animó y terminé cediendo.
Entré al agua y sumergí mi cabeza para refrescarme y no sufrir el calor, nadé hasta donde estaba Peter y le rodeé la cintura con mis piernas, me quedé a "upa".
-¡Lali! ¡Viene una ola enorme!-Candela me advirtió y no reaccioné a tiempo, la ola era fuerte y por unos segundos no pude sacar la cabeza del agua, terminé tosiendo y perdiendo de vista a Peter.
Él nadó hacia mi preocupado.
-En las costas de nuestro país hay buenas olas para surfear
-¡Y me lo decís ahora!-lo salpiqué con mis manos e intenté hundirlo, todo terminó en un juego en el que boludeabamos, se unieron nuestros amigos.
-¿Qué haces acá?-miré a Eugenia.
-Llegó el Chinito que es un amor y se quedó cuidando nuestras cosas, por cierto La, ¿pueden volver? Y me lo mandan..-elevó sus cejas divertida.
-Ok-acepté y ella me sonrió- vamos Peter, bueno, podes quedarte
-Salgo con vos-me hizo la "segunda".
Caminar hasta nuestra carpa fue desesperante, porque cuanto más caminábamos hacia dirección la arena quemaba más al estar seca.
Corrí y suspiré aliviada al llegar a la sombra.
-Vinimos en tu remplazo-Peter le habló a su hermano- hay una sirena que te está esperando en el agua
-Tené cuidado porque es bromista y a lo mejor te ahoga-me reí y él se rió.
-No lo creo, porque sé que en el fondo está enamorada de mi
-¡No cantes victoria!-le di palmaditas en la espalda.
Metí la mano en la heladera playera y saqué dos sanwdoches.
-¿Querés?-le ofrecí uno a Peter-¡tengo hambre! ¡El nadar sí que cansa!
Mordí los dos sin ser consciente de que al final no le di ninguno a mi novio, él se rió e internamente me morí de la vergüenza.
Recordé el comentario de Eugenia y negué la cabeza para mi misma, su "maldición" de embarazarme le iba a rebotar a ella.
-¿En qué estas pensando?-Peter me miró con picardía-¿me vas a devolver mi sandwich?
-Estoy pensando en que mejor vamos al restaurante de la playa, ¡ya mordí los dos sandwiches y casi me los termino!
-¡Ok mamá! ¡Vamos a comer mariscos o lo que se te antoje!-bromeo y su broma me quedó resonando en la cabeza hasta que llegamos al parador.
Nos sentamos adentro para estar un ratito frescos con el aire acondicionado.
-Quiero una paella para compartir-Peter pidió a la mesero y me miró-¿algo más La?
Lo normal sería que dijera que "no" porque ya comí pero en lugar de eso me permití seguir comiendo.
-¿Rabas? Y una hamburguesa vegetariana al plato con papas fritas, ¿puede ser?-el mesero se me quedó mirando.
-Los platos son abundantes, con una paella y rabas están-el mesero era buena onda, pero no iba a hacer que cambie mi pedido-¿quieren todo eso igual?
-Sí-asentí sin dejarlo hablar a Peter- quiero una limonada, ¿vos mi amor?
-Una cerveza bien fría y un agua sin gas, nada más-Peter cerró la carta y la devolvió, el mesero se fue y nos quedamos mirándonos-¿te está pasando algo?
-No-lo negué a toda costa- nunca experimenté el veranear en la costa argentina y no quiero perderme de ninguna experiencial-le sonreí y Peter también me sonrió-¿decís que pedimos muchas cosas?
-Vos pedí lo que quieras, sólo quiero que seas feliz-me besó la mano cómo un caballero.
-¿Vos estas siendo feliz? ¿Sos feliz conmigo?-pregunté sabiendo la respuesta, porque amaba escucharlo decirme cosas lindas.
-Mariana soy muy muy feliz-me besó la mano y nos separamos cuando llegaron las bebidas-¿brindamos?
-Por más vacaciones juntos-lo miré coqueta y choqué mi limonada con su porrón de cerveza bien fría.
Comí y definitivamente pedimos mucha comida, lo que sobró lo llevamos a la carpa y nuestros amigos atacaron, por suerte se terminaron todo.
Me tumbé en la arena y me sentí abombada por el calor, Peter trajo en una botella agua de mar para refrescarme.
-No creo poder levantarme por un par de horas-lo miré a los ojos y los míos se fueron cerrando.
-Descansá mi amor
Y eso fue lo último que escuché.

Se hicieron las siete de la tarde y en el cielo todavía había luz, me sentí muy pesada, pero igualmente cargué mi bolso para volver de la playa, Peter tenía a su casa familiar, Cariló era su lugar predilecto de veraneo, es más, tenía a sus amigos.
Entablar conversaciones con gente nueva me costó, sobretodo porque mis propios prejuicios me querían "derrumbar", me recordaban todo el tiempo que estuve bajo el ojo de la tormenta siendo criticada por millones, tenía miedo de que los amigos de Peter también me critiquen, crean cosas erróneas.
-No son malas personas, ¿no?-Peter entrelazó sus manos con las mías.
-Tus amigos son bastantes buena onda, experto alguna que otra mujer que me mira con cara de querer borrarme del grupo-le respondí con humor y nos reímos juntos, chocó su frente con la mía- pero me caen bien.. Casi todos-agregué a último momento- sos un hombre hermoso lo sabías, ¿no?
Peter me miró a los ojos sin dejar de coquetear conmigo.
-Lo sabía, pero me encanta que me lo digas..-me besó una mejilla- Lali, sos la primera mujer que traigo a mi casa de la costa, acá me crié.. bueno, mis primeros años cuando mis papás estaban juntos.. y en mi cabeza nos imagino acá en el futuro..
-¿Cómo nos imaginas?-le pregunté de curiosa- yo recibida.. Vos sin dejar de transmitir conocimientos, preparando trabajos para darle a otros, escuchando escritos míos, yo con suerte escuchando de tu propia boca escritos tuyos... dormir juntitos en la habitación matrimonial y que a las seis de la mañana y en vacaciones un mini Lanzani nos despierte por querer desayunar
¡¿Porqué mi cabeza se fue a esas imágenes mentales inexistentes?! La psicológica que me estaba haciendo Eugenia me estaba afectando.
-Es un muy lindo deseo para nosotros y nuestro futuro-Peter asintió- ojalá se nos de-acarició mi pelo-te amo
-Te amo Juan Pedro-besé sus labios y sentí a su mano deslizarse por mi cintura, debajo de mi musculosa-¡estamos en una cervecería Peter!-lo "reté".
-Entonces volvamos-me ofreció su mano y sin dar muchas vueltas la agarré, nos desaparecimos, nos alejamos del grupo para volver a la casa de veraneo de los Lanzani, ahí la cosa se tornó calurosa y fue gracias a nosotros mismos.
Fui sacándole la ropa a mi novio cuando y besó mi cuello, lo abracé fuertemente para hacer que caigamos en la cama.
-Lo salvaje te corre por las venas-me molestó divertido y lo callé tapándole la boca con una de mis manos.
-No me desafíes Pedro
-Amas que te desafíe-afirmó sin dudar.
Me reí porque me conocía muy bien.
Lo besé poniendo fin a nuestro juego de palabras para comenzar con otro juego, uno de nuestros favoritos.

Despertar para mi fue algo brusco, repentino, terminé corriendo disparada hacia el baño.
-¿Lali estas bien?-Candela se asomó a la puerta preocupada.
-Sí, supongo-me puse de pie para cepillarme los dientes-¿qué haces despierta? ¿Qué hora es?
-Son las seis y media, Andrés acompañó a Peter a la panadería, faltaban cosas para el desayuno y la merienda de hoy-no muy convencida con mi respuesta Candela se quedó pensativa-¿ayer te agarró un atracón?
-Comí demasiado, pero.. ¿porqué tendría que tener tanta ansiedad si no me siento ansiosa?-elevé mis cejas.
-Eugenia te viene jodiendo con..
-NO-la callé- por favor no invoques a la desgracia, ¡ahora no!
-La vida es caprichosa La-Candela también elevó sus cejas- le pido a mi novio que te compre disimuladamente un..
-¡No!-me negué a toda costa-¡no!-empecé a entrar en desesperación- no es que no quiera, ¡no ahora! ¡Todo sería mucho para un sólo año!
-La verdad que sí-Candela coincidió- ¡pero que linda te saldría la criatura!-me sonrió y por un minuto al imaginar eso el miedo se me fue- Andres puede ser cuidadoso y hacerse el tarado, decir que necesita hacer compras en la farmacia porque le encargué unas cositas, Peter no va a saberlo
-¡No sé boluda! ¡Tengo mucho miedo!
-¿Miedo a que sí o a la reacción de tu novio si es cierto?
-Ambas cosas-mordí mis labios, después llevé mis uñas a mi boca para seguir mordiéndolas por la desesperación.
-Voy a estar con vos Lali-Candela intentó calmarme.
-Ok, pero no pienso decirle a Eugenia, no quiero darle el gusto a su locura
-¡¿No pensas decirme qué?!-¡obviamente ella tenía que aparecer de la nada!

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Qué opinan? Se viene un mini Lanzani?¿🤔

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