Capítulo 24

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Llegó el veinticuatro de Diciembre y cociné, hice lo que pude, un pionono relleno con queso, fiambres y verduras, eso era todo lo que era capaz de preparar por ahora, poco a poco aprendía más.
-¿Me veo bien?-miré a Eugenia que vino a mi casa para prepararse conmigo, esta vez ella se escapó de pasar nochebuena con su familia para pasarlo con su mejor amiga.
-¡Te ves hermosa!-Eugenia me hizo girar y le sonreí-¡el rojo es definitivamente tu color!
-Lo sé, pasa que me parecía mucho.. Es una cena tranquila, pero voy a conocer por primera vez al papá de Peter, y a su pareja
-Qué raro eso, ¿no? Que los papás de Peter no estén juntos, que después de tanto amor y dos hijos lindos no hayan seguido..
-Tal vez eran muy jóvenes en ese entonces, o todo se dio demasiado rápido-solté un suspiro- no lo sé, pero criaron dos hijos maravillosos, el Chino es buena onda, un divino
-Entonces no tenes nada de que preocuparte.
Terminé de prepararme y bajé hasta el piso del departamento de Peter, toqué el timbre, en la mano traía una botella de un muy buen vino.
-Hola mi amor-Peter me besó-¡lo hermosa que estas! ¡por favor!-me halagó.
-Hola Peter, ¡yo también llegué!-Eugenia lo jodió y los tres nos reímos, los vi saludarse.
Caminé hacia la cocina y ahí estaban Ana, el Chino y el papá de Peter.
-¡Hola!-hice un saludo general y besé la mejilla de cada uno, por último la de Julio- un gusto conocerte, soy Mariana, pero me dicen Lali
-Lali-Julio-me sonrió- el gusto es mío, ¡ansiaba tanto conocerte! Escuche todas cosas lindas
-¿Realmente?-dudé poco convencida de eso y él asintió sin dejar de sonreírme- bueno, ¡mejor!-me reí nerviosa- ¡traje vino tinto para la cena!-les mostré la botella- y un pionono, Euge mostrales mi obra de arte
Mi amiga les mostró la bandeja con el pionono.
-¡Un gusto conocerlos a todos! Soy la mejor amiga de Mariana, me llamo Eugenia y me dicen China
-¡China! ¡Somos tocayos!-el Chino elevó sus cejas y le guiñó un ojo a mi amiga coquetamente.
-¡No tenes remedio!-Peter le palmeó la espalda a su hermano- ahora sí podemos arrancar a comer
-¿No falta alguien?-miré a mi alrededor- la pareja de tu papá
-Ya no tengo pareja-Julio respondió rápidamente.
-Perdón, yo no..-la verdad era que no sabía donde meterme.
-No pasa nada, estoy feliz así cómo estoy-me sonrió amablemente.
Noté que Ana le lanzó una mirada desde lejos, había un clima raro.
-Peter, ¿pasó algo con tu papá y tu mamá?
-La verdad no lo sé, sólo espero que si todavía se quieren no sigan siendo tarados y vuelvan-Peter me miró y elevó sus cejas- aunque a veces las cosas no son tan fáciles
-Tiene sentido que no sean tan fáciles-mordí mis labios-¿comemos? Muero por probar mi pionono, en realidad tengo miedo de que sea un asco
Mi novio me sonrió divertido y besó mi mejilla.
-Veremos veremos ahora lo sabremos-me lo susurro en el oído y besé su mejilla.

Faltan minutos para que sea navidad, las conversaciones fluyeron sin dificultad, la familia de Peter a pesar de todo era unida, cálida, y eso me trajo un poco de "envidia", porque nunca mis fiestas fueron así, pero la realidad es que ahora no tengo porque envidiar algo, porque su familia se volvió lo familia, y me dieron la bienvenida sin dudarlo.
Contamos en voz alta segundo por segundo hasta que se escucharon algunos fuegos artificiales, todos chocamos nuestras copas con champagne y nos abrazamos.
Rodeé el cuello de Peter con mis brazos y lo besé dulcemente en los labios, nos sonreímos y soltamos un suspiro a la vez.
-Feliz navidad La-me sonrió-¡tengo algo para vos!-me hizo seguirle los pasos y alejarnos de todos.
-No hacía falta Peter-lo "reté".
-¡Me da igual lo que me digas! Sé que te va a gustar-me dio un paquete cubierto con papel de regalo, lo abrí y era un cuadro, enmarcado y detrás de un vidrio había un poema de Pablo Neruda, era un manuscrito.
-¡¿Qué?! ¡Es una locura Peter! ¡Que lindo!-me emocioné y los ojos se me llenaron de lágrimas-¡estas loco!
-Es un poema que es sobre el amor-me hizo una caricia en la frente y lo besé- te gustó un poco, ¿no?
-Me encantó Peter-me detuve a leerlo y las emociones me hicieron llorar- es de los mejores regalos que recibí, sobretodo porque se nota que me conoces-elevé mis cejas y nos reímos- el mío es una cagada, ¡ahora me da cosa dártelo!
-¡Yo quiero ver que es!-sonrió.
-Es un poema-lo miré y saqué de mi cartera un papel doblado varias veces- pero que hice yo
La cara de Peter cambió a una de felicidad y se quedó expectante a que se lo lea.
-¿Queres leerlo vos?-lo miré y negó con la cabeza-¡bueno! Leo yo-hice una pausa para prepararme, inmediatamente me puse nerviosa, nunca le mostré algo tan personal a otra persona.
Solté un suspiro y sonreí:
"Bocanada de aire que hace que despegue del suelo para volar, quiero ir al más allá, nunca más sola, siempre de la mano, nuestros dedos encajan a la perfección, somos cómo los rompecabezas pero magnéticos, podemos estar lejos e igualmente atraernos, opuestos complementarios, antítesis, si tanto te esperé en otras vidas aunque dejemos el plano terrenal voy a encontrarte, amor mío sos mi amor y nunca me sentí tan desbordada de la emoción, respiro con dificultad porque no me importa nada, quiero un beso más, seré soñadora pero quiero creer en que la vida siempre nos va a reencontrar, mientras tanto podes abrazarme con brazos, y yo puedo abrazarte con letras.. Papel, pluma y tinta, voy a escribirnos para que seamos eternos".
Levanté mi mirada y Peter estaba quieto, entré en pánico, pero negó con la cabeza y soltó una carcajada.
-Es hermoso La... ¡Por fin me dejaste leerte!-se puso a jugar con mi pelo-bueno, vos me leíste lo que escribiste, pero me imagino que voy a poder leerlo siempre
-Siempre-asentí y metí mi poema en un sobre verde- para vos
La emoción en los ojos de Peter me dejó en claro que desbloqueé un nuevo candado en nuestra relación, el desnudarme en palabras, lo que nos hizo conocernos ahora hizo que nos enamoráramos más.
Besé la punta de su nariz delicadamente y nos abrazamos.
-¡Quiero comer postre!-Eugenia se quejó y nos interrumpió-¿terminaron?-se nos rió en la cara.
-¡Vamos a comer postre!-accedí y volvimos a donde estaban los demás.
Intercambié regalos con los familiares de Peter, y al igual que su hijo eran detallistas, seguro le preguntaron que cosas me gustaban para sorprenderme.
-¿Saco una foto?-el Chino agarró la cámara de Eugenia- la Chinita me estuvo enseñando técnicas y quiero ponerlas en práctica.
Me acerqué a la mamá de Peter y ella me abrazó cálidamente, sonreímos y el Chino sacó varias fotos, después Eugenia programó su cámara para una foto grupal.
Posamos, nos reímos e hicimos caras.
-Quiero una copia-Peter miró a mi amiga-¡sos muy talentosa!
-Gracias, es mi sueño vivir de esto, y estoy intentándolo
-Nunca dejes de hacerlo-el Chino le sonrió otra vez en modo coqueto, era obvio que quería captar la atención de Eugenia.
-Nunca, ya me lo prometí a mi misma desde que descubrí lo que me gusta-le guiñó un ojo.
-¿Me parece a mi o entre estos dos hay pica?-Peter los miró de reojo.
-Creo que sí-me reí y me aferré a mi novio- ¿brindamos otra vez?
-¡Mariana! ¡¿Querés embriagarme?!-Peter no perdió la oportunidad de molestarme.
-¡Sí! Así te torpezas, caes sobre la cama y no tenes ninguna escapatoria-le coqueteé y los ojos de él se iluminaron.
-A este paso hacen un bebé antes de que te recibas-Eugenia apareció de la nada y tiró ese comentario.
-¡Tocate una teta!-la obligué y me hizo caso- ¡ahora no!
Peter se rió por toda la ridícula situación.
-¿Yo también me toco los pechos?-me desafió con la mirada- prefiero tocar tus pechos
-¡Veo que hoy no te despertaste tímido!-le di una palmadita en el hombro.
-¡¿Alguno quiere más champagne?!-Julio traía una botella nueva.
Miré de reojo a Peter y asentí.
-¡Por favor!-busqué mi copa y la acerqué, Julio me sonrió.
Brindé un par de veces más antes de despedirme de todos, subí hasta mi piso y me tiré en la cama, recién ahí revisé los mensajes que tenía en mi celular.. la mayoría eran mensajes que mis seguidores me dejaron en las redes, por suerte fueron lindos, ya dejaron de "tirarme" tanto odio.
Una notificación me avisó que tenía varias llamadas perdidas, y decidí escuchar un mensaje, era mi mamá deseándome una feliz navidad irónica, y no perdió la oportunidad de contarme las cosas que estaba perdiéndome, ¡era tan ignorante! Yo estaba bien donde estaba, no necesitaba nada más.
Estaba por quedarme dormida cuando mi teléfono volvió a sonar, esta vez era Peter que me mandó un mensaje para saber si todavía estaba despierta, por si quería que durmiéramos juntos.
-¿Ya terminaste de ordenar todo?-lo miré a los ojos cuando se tumbó a mi lado- perdón que no ayudé, estaba algo tonta y mareada
-Brindaste mucho mi amor-esbozó una pequeña sonrisa y me guardó entre sus brazos-¿queres dormir?
-Sí, quiero dormir-asentí, besé fugazmente sus labios y lo miré a los ojos por última vez antes de apagar el velador- feliz navidad Peter, sí fue una navidad feliz
-Muy feliz-coincidió.
Apagué la luz y me acurruqué contra el cuerpo de Peter instintivamente, necesitaba su cercanía, necesitaba sentir su calor, oler su perfume.

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