Bakugo había decidido ir a la enfermería, ese día noto a Uraka pálida y con un evidente dolor de cabeza. Sus queridos amigos eran tan idiotas que ignoraban su estado de salud. Eso le pasaba por juntarse con dos emos y dos en etapa de luna de miel.
La enfermería estaba por el pasillo de la clase B, le sorprendió que al pasar por esto se escucharan risas.
Eso era ya extraño en esa Academia, aunque no le da importancia y sigue su camino. Al llegar a la enfermería no se encuentra a la enfermera, pero si a Momoma.
–¿Que haces aquí?
Monoma tenía varias cajas de diferentes tipos de té y pastillas en la mano.
–Vine a ver a la enfermera pero no está, se tomó el día libre, así que el maestro Aizawa me dió el permiso de tomar lo que necesitará.
Desde que Bakugo y Monoma habían peleado juntos en la guerra, un respeto se formó entre ellos, por lo que ninguno de los rubios buscaba pelea, era algo innecesario. No podías insultar a aquella persona que había arriesgado su vida por un bien mayor, que te vio en el peor momento de tu vida.
–Ya veo, ¿no puedes dormír?
Bakugo nota que todo lo que tenía en las manos era para conciliar el sueño.
–No, pero no son para mí, son para Awase, cómo presidente sustituto debo velar por los intereses del pueblo, y el buen descanso de nuestro presidente es primordial.
Bakugo tan solo ríe, sabía que Monoma podía ser muy ocurrente, aunque al igual que el, no estaba en la enfermería por una dolencia personal.
–¿Sabes si hay algo para el dolor de cabeza?
Monoma se burla.
–Yo te veo muy bien.
En ese momento Bakugo si tuvo ganas de insultarlo, pero se contuvo.
–No son para mi.
Responde hiriendo un poco su orgullo.
–Creo que tomamos la carrera equivocada, enfermería calzaba mejor con nuestro espíritu altruista.
Pese a aquella burla Monoma abre un cajón especial y toma una cajita.
–Una pastilla cada 6 horas y tú princesa estará mejor –se las avienta al chico explosivo y las toma sin problema.
–¿Cómo...?
–No es secreto para nadie que ustedes se han vuelto cercanos, mucho menos los hábitos auto destructivos que ha adoptado la chica gravedad. Consejo, que se aleje de las pesas por un tiempo.
Bakugo sabe que es inútil protestar, así que toma las pastillas.
–Gracias y consejo para ti también, has algo con el emo de las ojeras, últimamente lo he visto más antipático de lo normal por qué cierto rubio ya no sigue cierta rutina.
Ambos rubios salen de la enfermería.
–No entiendo por qué Shinso está afectado, el insistió en que yo lo dejará en paz y eso hice, además mi prioridad ahora es la clase B.
A Bakugo poco le podía importar la vida personal de otros, pero eso no quitará que era observador y que en ocasiones escuchaba cosas que no debía. Los últimos días habia notado a Shinso nostálgico y alejado de todos, incluso de Kaminari. Shinso necesitaba al rubio, aunque el no lo expresara o incluso el mismo no se diera cuenta.
–A veces pedimos cosas que realmente no queremos–dice Bakugo frente a la puerta de la clase B.
–Pues yo no soy adivino y mi corazón no es de piedra.
Momoma se siente un poco avergonzado de hablar de esas cosas con el rubio, pero le gustaba a la vez, casi no podía hablar de eso con nadie.
–Bueno, en eso tienes razón, que se joda.
Ambos rubios rien, solo de la forma en que ellos pueden, con malicia. Él chico de las explosiones se da cuenta que Monoma es de los pocos cuerdos que quedan en la Academia, se da cuenta que el esta tranquilo, no como la mayoría de su clase.
También sabe que nadie de su clase llegará a la talla de Kirishima y que ya no tenía con quién entrenar.
–Por cierto, ¿te gustaría entrenar al finalizar la clase?
–¿Es una cita?
Pregunta "inocente" Monoma.
–Que te den
Y el rubio con su orgullo herido se da la vuelta para ir a su salón y darle las malditas pastillas a la castaña.
–Te veo después de clase en la sala de entrenamiento, lleva flores, mis favoritos son los tulipanes.
–Muerete
Y entre gritos de ambos la Academia vuelve a tener vida.
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Catarsis
FanfictionLa Academia de Héroes no volvio a ser la misma después de la destrucción de la Guerra entre héroes y villanos, pese a ello los estudiantes deben intentar regresar a su vida normal entre aulas de clases, incluso si las pesadillas y el luto de sus com...