Capitulo 5 (Cadenas)

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"Estoy bien suegro, Bakugo vino a cenar con la pequeña Miki, ¡¿puede creer que aún no me dice tío?!"

Aizawa lee el mensaje por milésima vez, Monoma se lo mando hace dos días, y ambos habían establecido que estrictamente debían enviar un mensaje al día.

–¿Entonces cenaron juntos? –pregunta el peli negro a su ex estudiante de las explosiones, ambos iban al departamento del rubio y se encontraron en el elevador.

–Asi es, cuando lo ví por última vez se veía bien, no creo que esté enfermo, tal vez está en su face de negación, sabe que esos dos tortolitos no pueden estar separados tanto tiempo.

Aizawa niega en una sonrisa, sabía que la relación de esos dos era muy fuerte, por eso quería al joven como un hijo, todo aquel que hiciera feliz a Shinso, era digno de su cuidado.

–Seguro debe estar viendo esas novelas turcas y comiendo helado.

Ambos héroes salen del elevador y llegan al departamento. Bakugo se adelanta y toca la puerta, los ecos del golpe resuenan en el lugar, el silencio era más tétrico de lo habitual.

–Tengo una llave –Bakugo saca una de bolsillo –Monoma me la dió para pasar a descansar después del trabajo si lo necesitaba.

Aizawa jamás creyó ver esa confidencialidad entre dos estudiantes que en su sola existencia eran el caos.

Él rubio abre la puerta y deja pasar a su sensei primero. Lo que encontraron los dejo helados.

La pared del departamento estaba agrietada y había sangre seca en esta. Era obvio que algo muy malo había pasado.

–Bakugo–el rubio tenía sus manos hechas puño y veía con impotencia la sangre– revisa la cocina y dime si todo está tal cual lo dejaste ese día.

Él rubio hace caso a su mayor y ve con detenimiento cada traste, cada condimento, todo estaba en el lugar de siempre, pero lo extraño fue ver a Manchas rodeado de comida y este parecía llevar un buen tiempo recostado ahí.

–¿Que paso aquí?–Bakugo toma el felino en sus manos y ve que el gatito estaba más callado de lo usual, conocía a Manchas desde que era una cría y sabía que era un gato sociable y escandaloso.

–Esto es inusual –llega Aizawa y toma a Manchas, el pelinegro no entendía nada, ¿Quien entraba con violencia a un departamento y dejaba el alimento del gato accesible? Aizawa ama los gatos y sabe que no cualquiera les da tanta consideración. No podía ser una persona totalmente mala aquella que piensa en seres más pequeños.

–¿Por qué Monoma?, Ni siquiera está en el Top 5, no es un héroe que corra peligro... Ni siquiera tiene de enemigo a nadie.

Bakugo mira el departamento buscando una pista, no entendía lo que estaba pasando. Simplemente que alguien quisiera atacar a su amigo era imposible.

–Sensei...debemos activar la alerta, esto es serio.

Aizawa abraza el gatito y asiente, debían actuar pronto o de lo contrario podría ser tarde.

Alexander Dimitri lava con fuerza sus manos, toda su bata estaba teñida de rojo. Odiaba que ese trabajo siempre fuera sucio, aunque el olor a sangre le causaba un placer como si fuera un perfume afrodisíaco. Toma más jabón líquido y repite el proceso de lavar sus manos. Ya estaba cansado.

–Rene, ve a dormir un rato, debes estar cansada –ella niega y extiende la toalla al científico –esto llevará más tiempo de lo que creí, el chico tiene una voluntad muy fuerte, mira que resistir tres días, ni siquiera Mors resistió tanto y míralo, es un gorila.

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