Capitulo 4 (Cadenas)

88 14 49
                                    

"Aquí es donde ustedes (lectoras), comienzan a odiarme"

Momoma se ajusta el saco de su traje de héroe, era su turno nocturno y estaba solo, se había alejado de sus compañeros a propósito, necesitaba probar el guante sin un héroe como testigo.

Él rubio siente el relieve del guante sobre la manga de su gabardina. Estaba listo. La noche cubría sus pasos, el silencio le ayudaba a pasar desapercibido, lo único que necesitaba era un villano, aceptaba lo que fuera, aunque sea un novato.

Sus súplicas no sé hacen esperar y escucha un vidrio quebrarse.

–¡Ayuda!

Un clásico robo a mitad de la noche, Monoma oprime el botón 10. Sale de su escondite, sigue al ladrón, el cual tenía su cara cubierta y llevaba su botín en una bolsa de tela.

Antes de que pueda huir, el rubio alza su mano y genera una explosión.

Él ladrón no espera ese ataque y antes de siquiera poder reaccionar ya estaba tendido en el suelo con notables heridas de quemadura.

–Tal vez me pase un poco–Monoma ve apenado al ladrón, no era su intención lastimarle, se le olvidó que con el guante el Quirk era algo imperfecto. Si por imperfecto se entiende que no podía medir el nivel de daño.

Sigiloso se va de aquel lugar, antes de que lleguen más héroes, necesita practicar más.

Al terminar su turno Bakugo se ofrece cocinar el almuerzo, llevaban a Miki consigo, Uraka ya había comenzado su turno.
Para fortuna de Monoma, su amigo de las explosiones no sé opone en ir a su departamento, quedaba más cerca, así que los tres van. Al llegar Bakugo toma todo lo necesario para cocinar una comida rica en proteínas y algo balanceado para la pequeña castaña.

–Tito–dice Miki tomando las mejillas del ladrón de Quirk.

–No cariño, es Tío, T-I-O

Miki ríe y sigue con su Tito, el rubio la deja ser y la lleva a su regazo, Miki toma uno de los relojes que Monoma tenía como decorativo de su traje y lo juega.

–Asi que compraran la casa –dice Bakugo mientras corta algunas verduras para el estofado.

–Si, ya dimos una parte, cuando Shinso regrese firmaremos el contrato –Monoma miraba con ilusión el catálogo para muebles de hogar. Algunas hojas ya estaba marcadas con lo que más le había gustado, Shinso nunca se oponía a sus gustos, siempre lo dejaba escoger el color de los muebles, las sabanas, de todo.

–¿Y casarse?

Él rubio mira con melancolía su teléfono, de fondo de pantalla tenia a su novio abrazando a manchas.

–Aun no lo sé, no sé si debo pedirlo o el lo debe hacer, es complicado –Monoma ve su mano donde tiene un anillo de plata, pero era de aniversario, 6 años de novios.

–Deberian de hablarlo cuando regrese, comprar una casa ya es un compromiso serio.

–Lo se

–Tiooooo
Miki grita feliz señalando a Manchas quién entra como rey por su casa después de pasar toda la noche fuera.

–No Miki, yo soy tu tío, el es un gato.

Monoma finge llorar en su drama de no ser llamado como quería.

–Titoo

–¡No!

Al terminar de comer Bakugo se lleva a su pequeña en brazos, Momoma coloca una cobija encima de ambos, afuera hacia frío y Miki dormía.

Catarsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora