Capitulo 7 (Liberación)

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Corrijo, este es el capitulo más largo que he escrito hasta ahora

Monoma sabía que no era bueno estar solo. Su mente siempre jugaba en contra y buscaba una forma de herirse. Pese a saber eso a la perfección, el rubio despidió en la mañana a su novio con una sonrisa y diciendo que no debía preocuparse por él, que podía cuidarse solo, que era un adulto responsable, con uno que otro problema mental, pero con suficiente cordura para mantenerse vivo unas horas sin vigilancia.

Debido a un ataque en la zona comercial, Uraka estaba muy ocupada, así que no podría estar con él.

Shinso tenía guardia y pensó seriamente en pedir el día hasta que alguien pudiera relevarlo, pero decidió confiar en su pareja y dejarlo solo. Era la primera vez que lo hacía, ante él estaba la primera oportunidad de ponerlo a prueba, después de tres sesiones con Alfa, su veterano amigo le había dicho que Monoma estaba dando pequeños, pero significativos pasos, asi que confió y se aseguró- antes de salir -de dejar bajo llave ciertos objetos.

Dio un beso a su pareja y salió rumbo a su trabajo, desde que Monoma había regresado trabajaba por ambos y compensaba ciertas cosas con los ahorros compartidos. Los señores Monoma habían dejado en claro que ellos pagarían una generosa cantidad mientras su hijo no estuviera en disposición de regresar a su vida laboral, pero Shinso negó inmediatamente, defendió su postura con un simple “Somos adultos y una pareja, nosotros debemos solucionarlo”, pero era una falacia si el más alto reflexionaba que no incluía a Monoma en los temas financieros, solo le decía que debía preocuparse por sanar, de volver a su vida de antes.

Aunque eso lo veía casi imposible, por lo que el rubio había externado, ya no pensaba regresar a la agencia de héroes, su carrera había dado por concluida a tan joven edad, incluso Endeavor había hablado con el de darle todo el tiempo y reincorporarse cuando estuviera listo, pero no, el negó sin contemplar la idea, asegurando que alguien como él ya no merecía tal trabajo.

Asi que su futuro se había tornado incierto.

Monoma una vez solo en aquella casa -y con Manchas e hijo que le ignoraban -decidió vagar por la casa en busca de algo que hacer, para sus lamentares limpiar no era una opción, la casa estaba impecable, le sorprendía de sobre manera que su novio no fuera el desastre de siempre. Todo estaba en su lugar y aquello no le daba nada que hacer.

Otra cosa que le hubiera gustado hacer era jardinería pero no le dejarían tener artículos de jardinería tan fácilmente, además hace unos dias descubrió que tenía una pequeña vecina curiosa que siempre le saludaba en las mañanas que salía a despedir a su pareja, asi que descarto la posibilidad de hacer algo en los alrededores de la casa, sabía que Alfa de había dicho que tenía  que dar el primer paso para socializar, solo que a muy duros esfuerzos pudo reunirse con su sobrina como para intentar comunicarse con otra infante.

Monoma negó, debía buscar algo que hacer, entonces llevo sus manos a la mejilla y noto que su piel estaba áspera, eso le dio una idea, tal vez un paso para olvidar era regresar a sus rutinas narcisistas, y es que el rubio amaba cuidar su piel con varias cremas especiales, el rubio va al tocador de su baño y busca entre cajones, su pareja le había dicho que todas sus cosas las había traído durante la mudanza, asi que sus cremas debían estar guardadas, busco entre todos los cajones sin éxito hasta que abrió un cajón oculto donde había una cajita negra, Monoma la tomo con curiosidad y descubrió su contenido, eran navajas, las que Shinso usaba para afeitarse en las mañanas.

“Déjalas donde estaban”

Como una hipnosis escucho la voz de su inconsciente que por alguna razón le recordaba mucho al tono de voz de Alfa.

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