Capitulo 8 (Sanación)

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Shinso ahora se sentía un acosador, había pasado un mes desde la última vez que hablo con el rubio. Ambos se ignoraban mutuamente y en el trascurso de ese tiempo Shinso había cambiado ciertas cosas.

Pasaba más tiempo con Kaminari y el lo disfrutaba, reanudó los entrenamientos con Aizawa sensei y empezó una relación más cercana con Bakugo y Uraka. Antes no tenía a nadie, ahora podía disfrutar de tardes amenas y la calidez del contacto humano.

Era complicado de lidiar en ocasiones, ya que llegaba un momento en que solo quería estar solo, pero sus ahora amigos lo comprendían y lo dejaban descansar del desgaste social.

Shinso se sentía bien, pero le hacía falta algo, o mejor dicho alguien. Al igual empezaba a conocer la palabra "celos" y "envidia".

Awase tenía todos los cuidados de Monoma, lo veía ir y venir juntos, ambos parecían cómodos con el uno y el otro.  Había confidencialidad entre ellos y una vez escucho entre las chicas de la clase B, que Monoma pasaba las noches en el cuarto del pelinegro.

Se sentía ahora aterrado por perder el amor del rubio, ya había aceptado amar, ahora tenía que actuar.

–Le gustan los tulipanes y los postres a base de fresa–Bakugo se posiciono a su lado, ambos veían hacia el salon B.

–Los tulipanes son difíciles de conseguir en esta época.

Shinso dice cansado.

–Tu negatividad me hace entender por qué Momoma está con Awase.

Golpe bajo para el peli morado pero Bakugo lo decía más para intentar bromear en una situación que para Shinso era crítica.

–Bien, iré a una florería.

–Tambien cerca de la Academia hay unas pastelería –Uraka se une a la conversación y abraza a Bakugo por la espalda. Hace unos días se había convertido oficialmente en novios.

A más de uno sorprendió esa relación y pudo sentir un aura asesina de parte de Midoriya.

–¿Donde compramos el pastel de oreo?
Pregunta Bakugo y Uraka asiente.

Así los tres amigos van en busca de los tulipanes, Shinso no decía mentiras cuando dijo que encontrar tulipanes en esa época era difícil, tuvieron que ir a más de 5 florerías para encontrarlas.

–Ok, tengo los tulipanes, ¿Y ahora?

Shinso sostenía el ramo con los tulipanes rosas, estaban envueltos en un papel blanco y un moño rojo.

–Le dices que quieres salir con el, lo besas y después hacemos una doble cita –propone Uraka mientras come un pastel.

La idea suena bien, pero la ejecución estaba lejos de ser real, para ese momento Monoma le haría tragarse su orgullo tanto como el considerará justo.

–Si no es que te golpea y destroza tus ilusiones –Bakugo era más realista y también fatalista.

Así que al siguiente día Shinso estaba frente a las escaleras de siempre, sabía bien que era el único lugar para llegar a la cafetería, así que debía pasar por ahí, si o si.
Y claro que llegó, con un Awase a su lado.

–¿Podemos hablar?

Shinso detiene a ambos amigos, Awase quiere replicar pero no tienes ganas de meterse en los líos amorosos de su ahora amigo, así que pasa derecho con los reclamos del rubio a sus espaldas.

–Me jacto de tener buenos amigos y a todos ellos no les importa dejarme contigo.

Reclamo Monoma molesto por el actuar del pelinegro.

–Estoy seguro que ellos te estiman, pero saben tomar la distancia cuando es necesario –dice Shinso un poco avergonzado por tener a Monoma a su lado–son para ti, escuche que te gustan los tulipanes.

Él rubio mantenía su expresión neutra, no quería ilusionarse, estaba harto de entregar su corazón en bandeja de plata.

–No puedo aceptar regalos de alguien que dice que no soy una persona TAN irritante.

Monoma intenta pasar de Shinso, pero este, cómo una mala costumbre lo toma, aunque para nervios del rubio, está vez Shinso es osado de tomarlo por la cintura.
–Por favor, no te vayas.
La voz salió en una suplica y Monoma se siente débil, amaba a Shinso, claro que lo hacía, lo empezo a hacer desde que lo vio por primera vez, su Quirk llamo su atención, después su físico y por  último, que Shinso lo viera con devoción mientras hablaba...nunca nadie lo había hecho.

–¿Por que habría de quedarme?

–Por que me gustas.

Shinso lo había dicho, lo que Monoma siempre quiso escuchar, pero ya no podía caer en ese estira y afloja.

–Lo mismo te decía aquí mismo, todos los días, tu respuesta siempre fue No, así que no esperes una respuesta diferente, hay que mantener la costumbre.

Él rubio intenta irse, de verdad lo intenta, pero Shinso no quería que las cosas fueran así.

–Tan solo acepta los tulipanes, y tiralos cuando yo no te vea.

Monoma deja de forcejear y hace caso, toma los tulipanes y se va, no mira atrás, pero tampoco los tira.

–Que idiota es, los tulipanes son caros y difíciles de conseguir en esta época, solo si estuviera loco lo haría.

Y el rubio abraza aquel ramo con un sentimiento de vacío en su corazón. Le gustaría que las cosas fueran fáciles, pero si se rendía a los deseos de su corazón correría el riesgo de ser herido por alguien que mataba con su indiferencia. 

Los días que siguieron no fueron tan diferentes, Shinso insistía todos los días, en el mismo lugar, a la misma hora, en ocasiones eran flores, en otras eran dulces y una vez fue un peluche de gatito, siempre era lo mismo al igual que la respuesta de Monoma.

"No"

Él rubio se sentía miserable ante cada rechazo que le daba, incluso lo hablo con sus amigos y las respuestas eran divididas, Awase le decía que Shinso debía esforzarse y hacerlo sentir seguro. Pony compartía la idea, no le había gustado ver qué Shinso jugará con su amigo cuando el se acercaba a hacer su propuesta. Por otro lado Bakugo y Uraka se mantenían neutrales y dejaban en claro que era solo su decisión, nadie más podía interferir.

Así que después de dos semanas de llevar esa rutina Monoma se rinde, sentía sus emociones a flor de piel y ese día llega al punto de encuentro con un Shinso que espera por el, en esta ocasión en sus manos tenía un collar.

–Monoma –el peli morado se posiciona frente a el–Me ...

No termina de hablar, el rubio lo abraza llorando por tener que reprimir sus emociones varios días frente a el.
Él ladrón de Quirks llora desconsolado y el más alto solo lo rodea con sus brazos. No sabía que hacer.

–Si te doy mi corazón, ¿que garantiza que no lo harás trizas?

Por qué Monoma le dijo a Shinso que amar era vivir, pero caer ante quién te hace daño, era un masoquismo innecesario e insano.

–Te prometo que tú corazón estará en un lugar seguro –Shinso se hace la promesa de cuidar a aquel rubio, a su primer amor.

–Si quiero entonces...quiero salir contigo.
Monoma se separa y limpia sus lágrimas, ante la mirada embelesada de su ahora novio, verlo llorar le dolía, pero aquella fragilidad tan expuesta del rubio le atraía de una manera que tal vez no debería.

–Monoma, me gustas–Shinso abre el seguro del collar y con mucho cuidado se lo coloca, acercándose mucho al rostro del contrario para ajustarlo.

Era un collar simple de plata con un dije de una media luna, para Shinso, Momoma era su sol y el una insípida luna.  Era su manera de estar cerca de él.

–Tu también me gustas –el rubio confiesa cómo tantas veces hizo en este lugar, pero esta vez lejos de recibir una negativa, unos labios se posicionan sobre los de el. Era un beso tímido y lento. Un beso muy inocente para una relación que nació entre el caos, el caos de sus corazones y el desastre de su Academia.

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