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Con el pasar de los días, Wednesday se iba haciendo más cercana a sus amigos. Incluso, había hecho un nuevo amigo. Bueno, debido a que Enid me obligó a hablarle.

El chico se llama Tyler Galpin, trabaja en la cafetería que suelen visitar frecuentemente. Es de cabello notablemente ondulado, y alto, mucho más que Wednesday.

Es alguien atento, y, para el gusto de la azabache, suele ser demasiado amable. Aunque ella no sabe a ciencia cierta la razón del por qué se comporta distinto junto a ella, tampoco le interesa saber en lo más mínimo. Gracias a los comentarios de Enid y Yoko, se hacía una pequeña idea, pero le rogaba a Dios que por favor, por una vez en la vida, no tuviera razón. Sería demasiado con lo que lidiar, un chico enamorado de ella. Eso sí, ha de admitir, es de su tipo. Alguien puro, lo que podría llamar su opuesto. Si, el pensar en alguien distinta en todo aspecto a ella, sonaba tentador, atractivo. Pero simplemente no puede sentir ningún tipo de atracción por el, sin importar qué. Por lo tanto; trata de no generarle ideas e ilusionar al pobre muchacho, o confundirlo, y que imaginase cosas dónde no las hay, ni las habrá jamás. A pesar de no estar del todo segura, mejor prevenir que lamentar.

Todo de acuerdo con eso, pero dejándo de lado aquello, los gustos de Wednesday habían cambiado drásticamente, sobre todo cuando se trataba de comida, cualquier tipo.

Disfrutaba de los jugos de fresa cómo nunca antes en su vida, lo único en ello que detestaba era el rojo característico de el mismo. Pero su sabor definitivamente lo compensaba.

Oh sí, también ha dejado de odiar tanto las salidas, dependiendo de qué tipo. Podía aceptar pijamadas, salir a comer (en grupo, claro.) y pequeñas reuniones sobre estudio.

En cuanto a su forma de vestir, no muchos cambios. De hecho, únicamente es distinto el que comenzó a usar de vez en cuando ropa "ajustada" de vez en cuando, tampoco le gustaban prendas que permitieran que se le vea demasiado el cuerpo, si bien los comentarios de las personas no le importaban, ella no se sentía bien consigo misma, le disgustaba su apariencia física, y su opinión personal es la única que realmente le interesa.

Luego está la opinión de Enid.

Pero la rubia jamás juzgaría por las apariencias, ni criticaría estas mismas. Era muy buena para tal cosa.

Wednesday comenzó a cuestionarse la forma en que veía a Enid, según lo que sus amigos contaban entre sí. Era preocupante, todo encajaba. La rubia era el opuesto de Wednesday lo veas cómo lo veas, y Wednesday pensaba que alguien así sonaba atractivo. Durante muchas ocasiones en su vida, había pensado en la idea de conocer una persona así, y cayó en cuenta desde hace mucho tiempo que era su maldita debilidad. Cuándo veía personajes así en la tv, les llamaba la atención, algunos le atraían.

Golpeó fuertemente su cabeza contra la pared del baño antes de que le diera un ataque si llegaba a una conclusión, llamando la atención de una chica que se encontraba a dos lavamanos de distancia a ella.

-Hey, ¿qué fué eso, loca? Pudiste hacerte mucho daño. - Se quejó Bianca.

Se terminó de lavar las manos y se retiró sacudiendo las mismas en el aire, salpicando gotas de agua por su camino.

Wednesday tocó su frente, en dónde recibió el golpe. Dolía un poco.

Encendió el lavamanos y se mojó el rostro, el rubor que apareció en sus mejillas debido a sus anteriores pensamientos ya no se encontraba presente.

Más aliviada, salió del baño.

Afuera la esperaban Xavier y Divina, faltaban al menos dos campanas para que comenzaran las clases, así que no se preocuparon.

[ 𝘈𝘨𝘶𝘫𝘦𝘵𝘢𝘴 // Wenclair ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora