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El primero en hablar fué Eugene. —¿Axel?, ¿E-El.. Está bien? — Cuestionó con voz temblorosa, arrepentido de haber insistido tanto en saber.

Xavier puso una mano en el hombro del menor y dijo.—¿Se encuentra estable?

—Él.. Ha recibido 5 balazos, no lo sé. Ni siquiera fué Ajax quién me lo dijo, fué su padre, me contó que él no se atrevía a hablar del tema pero que le pidió que nos contara, y así hizo. — Respondió Yoko.

Enid tragó saliva desde donde se encontraba. Dos cosas importantes estaban en juego, su relación con Ajax, que sencillamente podría irse por el caño si la situación de su hermano empeoraba, y la más importante; la vida de Axel.

Wednesday no dijo nada, ella no tuvo la oportunidad de conocer a Axel por el momento. Y, alerta de spoiler, las posibilidades de que lo haga alguna vez son casi nulas.

Se puso a pensar: "Si Ajax no puede seguir con Enid, tendría más oportunidades...

Pero eso sería muy egoísta. Enid no es de las personas desesperadas por compañia, afecto o parejas. Además; ¿eso a cambio de la vida de un menor? Vaya broma de mal gusto."

Enid salió bruscamente de la casa sin decir nada.

El lugar fué inundado de un incómodo silencio y sin más, Xavier y Eugene se retiraron.

Siguió Wednesday, quien, antes de salir por la puerta, notó como Divina y Yoko se besaban lentamente, de una manera que te hacía sentir ligeramente miserable, y provocaba alguna especie de tristeza con melancolía.

La azabache caminó rápidamente, intentando encontrar a Enid. La vió a la distancia, pero si comenzaba a correr se vería demasiado desesperada.

Siguió caminando, hasta posar su mano en el hombro de la rubia, quién frenó en seco.

—Enid.. — Oh Dios, ¿qué iba a decirle?, ¿cómo ella podría ser de ayuda en esto?  —Espera, por favor.

La susodicha volteó hasta quedar frente a frente con Wednesday, provocándole nervios. —¿Pasa algo? —cuestionó con voz algo temblorosa.

—Yo.. uh.. — Esperó unos segundos para darse apoyo moral interiormente. —La verdad, no sé qué hacer. Enid, sé que es una situación.. un tanto, difícil. Pero.. me gustaría ser de ayuda.. Quiero decir-.. — Respiró hondo y sé preparó para humillarse terriblemente por una chica. —No tengo ni idea de cómo harán esto las personas normales. Pero, sabes que de normal no tengo nada, así que perdoname de antemano por cualquier error que pueda cometer. — Confesó entre pequeñas risas forzadas. — Sinclair.. Dios.. eh.. quería que sepas que.. yo.. puedo darte mi hombro para que en él reposes la cabeza, para que.. conmigo, te desahogues, y.. sepas que puedes contar conmigo. — Miró hacia el suelo debido a los nervios.

La rubia sintió escalofríos, no sentía nada familiar una Wednesday así. Ni sus mejores amigos se acercaron a ofrecer su apoyo de tal manera, debía estar soñando, la azabache sería la última persona que creyó que estaría para ella en un momento así.

Pero por alguna razón, le estaba gustando. Estaba disfrutando del momento, de sentir el apoyo de Wednesday. Aún insegura, sentía una calidez inexplicable en aquellas palabras, incluso si no había sido demasiado clara con su idea.

—¿Me permites.. acompañarte a casa?, quisiera, ya sabes, hacerte compañía. — Dijo la morena, a lo que Enid no respondió. En su lugar, estalló, dejó ir todo, lo dejó escapar mediante lágrimas y sollozos.

La rubia no podía pronunciar una sola palabra, se había estado guardando tanto. —Oye.. no.. perdón, no quería hacerte sentir mal! — Pidió disculpas la azabache, alzando las manos, intentando acariciar el suave cabello de Enid, pero terminando arrepentida. Posó sus manos en ambos hombros de la más alta e intentó mirarla a los ojos.

[ 𝘈𝘨𝘶𝘫𝘦𝘵𝘢𝘴 // Wenclair ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora