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La pelinegra abrió los ojos con sorpresa luego de recibir en la cabeza una pequeña caja de cartón que solía contener jugo de manzana en ella.

Se sentó apresurada, más una respiración agitada, y parpadeó varias veces.

Chanfles, ¿se había drogado acaso? No tiene ni la menor idea de qué desastre había ocurrido ahora.

Yacía en el suelo de la cafetería, junto a restos de comida esparcidos a la distancia, por suerte ella estaba limpia. Solo traía un par de moretones en los brazos.

Confundida, abandonó el suelo para levantarse, quedando parada, con las piernas temblorosas, mareada y con la vista algo borrosa.

Usando los puños, se talló los ojos. En cuánto logró ver mejor, observó a su alrededor.

Mesas tiradas, comida por todos lados. También, regalos que, seguramente, pertenecían a las parejas de hace unas horas.

Buscó con la mirada a sus amigos, reconoció a Xavier, quien yacía en el suelo con la nariz ensangrentada.

Por otro lado, Divina, que aparentemente, se encontraba inconsciente.

—¿Uh?

Yoko estaba golpeado a un chico, y viceversa, se miraba mucho mayor a ella. Recordó haberlo visto varias veces en la biblioteca.

Intentó correr, quería detener la pelea. Pero no lo consiguió, sus piernas se mantuvieron congeladas.

—Mierda..

Le dolía un poco la cabeza, pero eso no era lo más importante, quiere recordar qué sucedió.

Presionó su cabeza, buscando hacer memoria. Lo cual consiguió.

Abrió la boca de la sorpresa.

Todo esto sucedió por una mariposa, a causa de que a uno de primer año se le ocurrió perseguir a una bendita mariposa.

Volteó a ver a su izquierda, el grupo por el que le había caído esa caja de jugo seguía enfrentándose. Oh bueno, ni siquiera los conocía, ya qué.

La azabache pensó en todo lo que había pasado.

[...]

Luego de que Wednesday y Enid llegaron a la mesa que ocupaban sus amigos en el almuerzo, charlaron un rato.

Por otro lado, en el patio de la escuela;

—¡Mira Wan, una mariposa! — Gritó entusiasmado un joven que iba en primer año.

—¿Nunca has visto una acaso? — Cuestionó su amigo, Rowan.

No logró oírlo, debido a que el menor perseguía a la mariposa con una sonrisa que daba la ilusion de que la inocencia emanaba de su rostro.

Rowan lo siguió, a paso lento. Solo por si se caía o algo así, el joven corría sin parar.

En un dado momento, ambos chicos pasaron al lado de la mesa en que se encontraban Wednesday y sus amigos, adentrándose en la cafetería.

Ambos llamaron mucho la atención de los presentes, incluyendo a la prota y su grupo de drogadictos.

—Que exagerados, es una mariposa solamente. — Susurró apenada Enid.

—Umm, bueno, si está linda la mariposa. — Confesó Eugene.

—¿Pero qué necesidad de perseguirla como loco? — Preguntó Ajax.

Wednesday continuó con su jugo de manzana. Observó expectante el espectáculo que se formaba a solo unos metros de ella.

El menor (de nombre Charlie, por cierto.) seguía tratando de atrapar a la pobre mariposa, pero esta vez, corría sin siquiera fijarse en el camino, empujando sin querer a algunas personas. Rowan tuvo que disculparse con cada una.

[ 𝘈𝘨𝘶𝘫𝘦𝘵𝘢𝘴 // Wenclair ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora