CAPÍTULO 15

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MOIRA

Díganme— habló mi padre y los que nos encontrábamos sentados a la mesa lo miramos —¿Qué tal estuvo su día?— preguntó.

—El mío estuvo bien— hablo Morgan. Los demás solo susurraron con un "Igual" o "bien".

—Y ¿El tuyo, Moira?— me miró.

—No sabría definirlo, había muchas caras nuevas y personalidades diferentes.

—¿Te gusto?— pregunto y yo asentí —Me alegra— sonrió y dio un bocado a su comida —Así como también me alegra que ustedes también disfruten de las clases en la institución.

Al término de la cena todos nos pusimos de pie y fuimos a nuestras habitaciones. Morgan y yo caminamos juntos y mientras subíamos las escaleras pude notar que enserio, mi hermano Liam, lo aborrecía. Lo miraba con molestia en su rostro y su entrecejo estaba fruncido.

—Eliza ya terminó de organizar tu cita con Victoria— susurró.

—¿En serio?— pregunté mirándolo.

—Si, me dijo que el lugar al que las llevaría era espectacular, también me dijo que te prepares, porque el día de mañana será su cita.

—Estoy comenzando a ponerme nerviosa— dije parándome frente a la puerta de mi habitación, abrí y entre, luego, Morgan entro —¿Qué pasa si la cita no sale según lo planeado? ¿Victoria notará lo torpe que soy?

—Pues si las cosas no salen conforme lo planeaste, puedes improvisar— él fue a sentarse a mi cama.

—¿Cómo hago eso?— fui y me senté al lado suyo.

—Has algo que seguramente va a gustarle.

—Pero no sé qué cosas le gusten.

—Bueno, eso es improvisar.

—Bien— me levante de la cama y me paré frente suyo —Ahora dime ¿Que te traes con mi hermano Liam?— lo mire interrogante.

Él me miró nervioso —No es nada, te dije que no llevábamos buena relación— dijo mirando en otra dirección.

—Estas mintiendo— me acerque más a él —Volvieron a pelear ¿Verdad?

—No— dijo sin mirarme.

—Entonces ¿Por qué te mira así? ¿Y por qué te pusiste así?

—Solo discutimos un poco por la mañana.

—¿Sobre qué?

—Ya lo dije, no llevamos buena relación.

—Bueno— me giré —Si no quieres contarme, no voy a obligarte a hacerlo.

—Solo, no estoy seguro con lo que en verdad siento— susurro y se puso de pie —iré a mi habitación a descansar— se dirigió a la puerta y la abrió —Descansa y nos vemos mañana.

—Está bien— dije —Buenas noches— le di una última sonrisa antes de verlo salir e irse.

Estaba claro que ese chico me ocultaba algo, así que tendría que averiguarlo de alguna manera.

Me aliste y fui a dormir, ya que mañana tendría clases temprano. Me recosté en la cama y me arrope, después cerré los ojos y dormí cálidamente.

(...)

A la mañana siguiente me aliste y baje a desayunar, para cuando baje la mayoría de los chicos y mi padre, ya se encontraban sentados a la mesa.

—Buenos días— salude a todos.

—Buenos días— Victoria fue la primera en responderme el saludo y también me dio una sonrisa hermosa. Los demás también me saludaron y luego me senté al lado de mi padre.

Comimos el desayuno y al término de este todos tomaron distintos rumbos, cada quien a hacer sus respectivas labores.

Yo, solo me puse de pie y salí de la casa, para que John me llevara a la institución. Entre al auto y luego John se arrancó para seguido comenzar a conducir.

—¿Qué tal las clases?— preguntó el mirando por el espejo retrovisor.

—Son interesantes.

—¿Le gustan?

—Si, mi conocimiento se expande con cada cosa que los profesores dicen.

—Que bueno, me alegra— sonrió y guardó silencio.

Una vez llegamos baje del auto y agradecí, después fui hasta el aula en el que me impartían las clases de medicina y espere con ansias a que el profesor llegara.

Las clases comenzaron y preste atención a lo que decía. En cada oportunidad que se me presentaba aclaraba mis dudas, para así, comprender todo a la perfección.

Al término de las clases fui a la biblioteca, a esperar a que la hora de mi siguiente clase llegara. Una vez llegue fui a buscar un libro y cuando lo encontré me acomode en el mismo lugar que había ocupado la última vez.

Al poco rato mi compañero de asiento llegó. Lo mire y vi que negó con la cabeza, desaprobando el que yo me encontrara de nuevo ahí. Paso de largo y fue a sentarse.

—Hola— lo salude y di una sonrisa, pero el solo me ignoró y comenzó con su lectura.

Bueno, no es como si fuéramos amigos después de todo. Pero me gustaría ser amiga de él, charlar cuando las clases terminen y hacer cosas que hacen los amigos.

Cuando mis clases terminaron, Victoria esperaba por mi fuera de la escuela. Cuando la vi corrí hasta donde ella se encontraba y la salude con una enorme sonrisa de felicidad.

—Hola, Victoria.

—¿Qué tal tu día?— pregunto con una sonrisa, lo cual me hizo sentir bien. —¿Has hecho amigos nuevos?— preguntó y yo negué.

—¿Y tu? ¿Cómo va tu día?— pregunté entrando al auto.

—Excelente— dijo una vez entro al auto, quedando justo al lado mío.

—Que bien— dije nerviosa, su cuerpo estaba a centímetros de mi.

John se arrancó y regresamos a casa. Cuando estuvimos ahí, baje rápidamente y fui corriendo hasta la habitación de Morgan, abrí sin su permiso, lo cual me dejó ver el momento exacto en el que mi hermano Liam besaba sus labios.

—¡Morgan!— entre sin su consentimiento y me acerque.

Ambos chicos dieron un brinco y después Morgan se separó bruscamente de mi hermano. Escuché a mi hermano quejarse y luego se giró y salió de la habitación y nos dejó solos a él y a mi.

—¿Sucede algo?— preguntó en tono preocupado.

—Si— respondí y fui a sentarme a su cama —No entiendo a mi cuerpo— lo mire frustrada —Cuando Victoria se me acerca comienzo a temblar, de una manera que no entiendo, luego me pongo nerviosa y mis mejillas se calientan.

Morgan rió —¿Es por eso que estas así de alterada?— pregunto y asentí —Señorita, son efectos secundarios del amor— fue a sentarse al lado mío —No cabe duda de que estás enamorada completamente de Victoria, pero hoy por la noche podrás confesar tus sentimientos.

—Si— susurré. Me levante y regrese a mi habitación. Esperando impaciente a que llegara la hora de ver de nuevo a Victoria.

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